LUZBY BERNAL

viernes, 13 de agosto de 2010

El YIN PRINCIPIO FEMENINO

En tiempos remotos se consideraba la feminidad como algo misterioso e insondable y se hablaba de ella como de la profundidad del inconsciente. Jamás bastarán las palabras para describir la esencia de la feminidad. Al describir con palabras la esencia femenina, esta pierde viveza, fuerza y profundidad. Resulta fácil experimentar la esencia del Yin cuando nos encontramos entre mujeres sentadas, meditando, e incluso lo consiguen las que aún no han accedido a sus cualidades Yin.

Para describir algo que va mucho más allá de las palabras, para alcanzar los más profundos estratos del ser, la mente y el intelecto, los taoístas siempre han utilizado símbolos. Éstos tienen capacidad para llegar al inconsciente, el lugar en el que se arraiga el Yin, e influir sobre él.

En el tao se ha utilizado la naturaleza del agua como símbolo para describir las cualidades Yin. El agua no posee forma y es flexible. Fluye de forma natural en sentido descendente, buscando el punto más profundo. El agua tiene el poder agua guarda y acumula otras cualidades en su seno. Y también puede ser alterada y movida por otras fuerzas, como el viento y el fuego. Fría, puede llegar hasta el punto de la congelación. Caliente, funde el hielo. El fuego calienta el agua hasta el punto de ebullición hasta que se evapora.

Puesto que el principio del Yin rige el cuerpo de la mujer, es importante que nosotras, las mujeres, percibamos, alimentemos y conservemos los preciados tesoros del Yin. Nuestra sociedad está orientada hacia el Yang en cuestiones como la salud, la terapia, el estilo de vida y las relaciones sexuales están bajo el dominio de este planteamiento y no sintonizan ni se ajustan a las pautas y exigencias femeninas. De cara a la salud y el bienestar de la mujer hay que considerar la sensibilidad y la vulnerabilidad femeninas, así como las pautas de energía del cuerpo de la mujer.

La mujer de hoy tiene que adquirir suficiente confianza en sí misma para decidir lo que le conviene y lo que no. En la enmarañada selva de infinitas posibilidades en la que vivimos en la actualidad es importante que la mujer pueda regular su programa de salud, seleccionar la terapia más adecuada y elegir los alimentos de acuerdo con sus síntomas corporales siempre cambiantes, las circunstancias de la vida y las cosas que le caen bien o mal.

En la actualidad nos encontramos en una época de nueva orientación en la que se está produciendo un cambio radical. Se están desvaneciendo las pautas y normas que han imperado hasta el presente. En todo el mundo están cambiando las fronteras nacionales. Aumenta el intercambio cultural, sobre todo en América, donde conviven y se entre mezclan culturas tan distintas. Disponemos de un sinfín de conocimientos y posibilidades y hasta nos parece una situación más bien desconcertante. Nos bombardean desde todos los ángulos los protectores de la vida para proporcionamos sensación de seguridad. Con un protector de la vida no vamos a ahogamos pero tampoco aprenderemos a nadar.

El tao nos ofrece medios para la autocuración para que nos convirtamos en seres independientes y establezcamos contacto directo con nuestra propia fuerza y sabiduría. Con él aprenderemos a desarrollar nuestro propio centro, es decir, en palabras de los taoístas, nuestro medio. «El medio», como tal.

En China, el concepto del medio se ha manifestado bajo diversas formas. La antigua China, por ejemplo, se denominaba el imperio del medio. Existían escuelas de medicina llamadas medicina del medio, y en la tradición taoísta, la activación y la mejora del medio constituye la base de todo. Encontrar el punto interior en el que los diez mil aspectos de la vida se unen en uno constituye la base de la autocuración. El medio es el lugar interior en el que le resulta más fácil al espíritu penetrar y echar raíces en la materia. El tao nos enseña a situamos en nuestro medio y a desplazamos a partir de él para conseguir lo que necesitamos.

El conflicto interno y el vacío es

Maytreyi D. Piontek
piritual que dominan en la actualidad nos llevan a un punto en el que centramos e identificamos nuestras vidas básicamente en clichés extremos. Buscamos apoyo y un lugar donde agarrarnos en los valores materiales, en las relaciones, en la categoría social, las aficiones, etcétera. Normalmente situamos nuestro principal centro de atención fuera de nosotras mismas. Tal vez sea esta ausencia interna la principal causa de nuestros problemas y lo que nos impide abordarlos, ya que, si en el interior no encontramos nada, ¿cómo podremos resolver o cambiar algo?

El primer paso para la autocuración consiste en centrar toda la atención en nuestro interior, en nuestro propio medio, a fin de crear ahí nuestro campo de energía. Nuestro medio es el punto en el que es posible mezclar o fundir nuestros diferentes estratos, como la mente, los sentimientos, el cuerpo y la sexualidad, para conseguir un todo global. Cuando nuestro medio se encuentra lleno de energía y conciencia se convierte en el lugar idóneo para la alquimia interna, el lugar en el que podremos preparar nuestra medicina interior.

Maytreyi D. Piontek

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