"Por muy grande que sea vuestra elevación espiritual y el fervor
de vuestras oraciones, no esperéis recibir la visita del Señor.
Un ángel, quizás un arcángel, vengan a traeros un mensaje, un
átomo de luz, y esto ya será inmenso. ¿Quiénes somos nosotros
para que Dios, el Amo de los mundos, se desplace?… Y por otra
parte, no resistiríamos las poderosas vibraciones de su
presencia. Como está escrito en los Salmos: «Todo se funde como
la cera ante su rostro» y las órdenes angelicales son los
transformadores que tamizan este poder para que pueda llegar
hasta nosotros sin pulverizarnos.
Es preferible saber cómo son las cosas para no esperar
inútilmente lo que no puede llegar, y principalmente no imaginar
que ha llegado, lo que todavía es mucho más peligroso. Todo lo
que podemos recibir de Dios, es un rayo, unos efluvios que vienen
de un lugar infinitamente alejado y que descienden a través de
las jerarquías angélicas. Evidentemente, en cierto modo, es Dios
quien nos responde, porque Dios se halla en todos los niveles de
la creación, pero nunca nos responde directamente."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Soy Espiritual
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