LUZBY BERNAL

miércoles, 15 de septiembre de 2010

TORMENTA SOLAR

TORMENTA SOLAR DEL FIN DEL MUNDO


¿Es peligroso que el Sol haya despertado?

El Sol registra en un día tantas explosiones como en 2009

La mayor llamarada solar desde 2007

JOSÉ MANUEL NIEVES | MADRID

Miércoles , 24-02-10

El escenario podría ser cualquier gran ciudad de Estados Unidos, China o Europa. La hora, por ejemplo, poco después del anochecer de cualquier día entre mayo y septiembre de 2012. El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada... y se apagan para siempre. En menos de un minuto y medio, toda la ciudad, todo el país, todo el continente, está completamente a oscuras y sin energía eléctrica. Un año después, la situación no ha cambiado. Sigue sin haber suministro y los muertos en las grandes ciudades se cuentan por millones. En todo el planeta está sucediendo lo mismo. ¿El causante del desastre? Una única y gran tormenta espacial, generada a más de 150 millones de kilómetros de distancia, en la superficie del Sol.

Y no es que de repente hayamos decidido alinearnos entre las filas de los catastrofistas que predican el fin del mundo precisamente para 2012. Pero lo descrito arriba es exactamente lo que pasaría si el actual ciclo solar (que acaba de empezar después de más de un año de completa inactividad) fuera sólo la mitad de violento de lo que se espera. Así lo dice, sin tapujos, un informe extraordinario financiado por la NASA y publicado hace menos de un año por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS). Y resulta que, según el citado informe, son precisamente las sociedades occidentales las que, durante las últimas décadas, han sembrado sin quererlo la semilla de su propia destrucción.


«Un posible desastre»Se trata de nuestra actual forma de vida, dependiente en todo y para todo de una tecnología cada vez más sofisticada. Una tecnología que, irónicamente, resulta muy vulnerable a un peligro extraordinario: los enormes chorros de plasma procedentes del Sol. Un plasma capaz de freir en segundos toda nuestra red eléctrica (de la que la tecnología depende), con consecuencias realmente catastróficas. «Nos estamos acercando cada vez más hasta el borde de un posible desastre», asegura Daniel Baker, un experto en clima espacial de la Universidad de Colorado en Boulder y jefe del comité de la NAS que ha elaborado el informe.


Según Baker, es difícil concebir que el Sol pueda enviar hasta la Tierra la energía necesaria para provocar este desastre. Difícil, pero no imposible. La superficie misma de nuestra estrella es una gran masa de plasma en movimiento, cargada con partículas de alta energía. Algunas de estas partículas escapan de la ardiente superficie para viajar a través del espacio en forma de viento solar. Y de vez en cuando ese mismo viento se encarga de impulsar enormes globos de miles de millones de toneladas de plasma ardiente, enormes bolas de fuego que conocemos por el nombre de eyecciones de masa coronal. Si una de ellas alcanzara el campo magnético de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.


Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas embestidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad. Desde que somos capaces de realizar medidas, la peor tormenta solar de todos los tiempos se produjo el 2 de septiembre de 1859. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos (imagen bajo estas líneas). En aquella época, la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimaginables los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NAS, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir.


El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del Sol. El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, transporte de alimentos y mercancías, mercados financieros, red de telecomunicaciones... Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica.


Ni agua ni transporteIrónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mucho más a las sociedades más ricas y tecnológicas, y mucho menos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Según el informe de la Academia Nacional de Ciencias norteamericana, una tormenta solar parecida a la de 1859 dejaría fuera de combate, sólo en Estados Unidos, a cerca de 300 de los mayores transformadores eléctricos del país en un periodo de tiempo de apenas 90 segundos. Lo cual supondría dejar de golpe sin energía a más de 130 millones de ciudadanos norteamericanos.


Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las personas que vivieran en un apartamento alto serían las primeras en quedarse sin agua, ya que no funcionarían las bombas encargadas de impulsarla a los pisos superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en quedarse sin agua, ya que sin electricidad, una vez se consumiera la de las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos. También dejaría de haber transporte eléctrico. Ni trenes, ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.


Una gran tormenta solar acabaría con los transformadores eléctricos. Después escasearía el agua potable y el transporte eléctrico no funcionaría: ni trenes ni metro


Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían seguir dando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además, no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser reparados, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de transformadores de reserva es muy limitado, así como los equipos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año completo...


El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoductos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléctrica para funcionar. Y en cuanto a las centrales de carbón, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que, al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampoco las centrales nucleares serían una solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuanto se produzca una avería importante el las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se restablezca.


Sin calefaccion ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Las primeras víctimas serían aquellas que dependen de un tratamiento médico


Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aquellas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina. «Si un evento Carrington sucediera ahora mismo -asegura Paul Kintner, un físico del plasma de la Universidad de Cornell, de Nueva York- sus efectos serían diez veces peores que los del huracán Katrina». En realidad, sin embargo, la estimación de este físico se queda muy corta. El informe de la NAS cifra los costes de un evento Carrington en dos billones de dólares sólo durante el primer año (el impacto del Katrina se estimó entre 81 y 125 mil millones de dólares), y considera que el periodo de recuperación oscilaría entre los cuatro y los diez años.


Por supuesto, el informe no se limita a describir escenarios de pesadilla sólo en los Estados Unidos. Tampoco Europa, o China, se librarían de las desastrosas consecuencias de una tormenta geomagnética de gran intensidad.


Tomar precaucionesLa buena noticia, reza el informe, es que si se dispusiera del tiempo suficiente, las compañías eléctricas podrían tomar precauciones, como ajustar voltajes y cargas en las redes, o restringir las transferencias de energía para evitar fallos en cascada. Pero, ¿Tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? Los expertos de la NAS opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Composition Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbita solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que puede enviar (y envía) continuamente datos sobre la dirección y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.


ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que necesita una compañía eléctrica para prepararse ante una situación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muetran que la eyección de masa coronal de 1859 tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra. Por no contar, además, que ACE tiene ya once años y que sigue trabajando a pesar de haber superado el periodo de actividad para el que había sido diseñado. Algo que se nota en el funcionamiento, a veces defectuoso, de algunos de sus sensores, que se saturarían sin remedio ante un evento de esas proporciones. Y lo peor es que no existen planes para reemplazarlo.


El mundo, probablemente, no hará nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta suceda


Para Daniel Baker, que formó parte de una comisión que hace ya tres años alertó de los problemas de este satélite, «no tener una estrategia para sustituirlo cuando deje de funcionar es una completa locura». De hecho, otros satélites de observación solar, como SOHO, no pueden proporcionarnos alertas tan inmediatas ni tan fiables como las de ACE. Para Baker y los demás investigadores que han elaborado el informe, el mundo probablemente no hará nada para prevenirnos de los efectos de una tormenta solar devastadora hasta que ésta, efectivamente, suceda.


Algo que, según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. La «tormenta solar perfecta», de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar (como lo será 2012). Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre (el escudo que nos protege de los vientos solares), es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.



INNOVACIÓN EN LAS ISLAS BALEÓPOLIS Astrofísica

El astro rey 'ruge' de nuevo

* Comenzaron en los 80 a estudiar fenómenos de la actividad solar
* Su objetivo es llegar a saber cómo funciona una estrella

Elena Soto | Palma

Actualizado lunes 19/04/2010
A finales del mes de agosto del año 1859 los observadores solares descubrieron que estaban comenzando a formarse numerosas manchas en la superficie del Sol. Unos días después, el 1 de septiembre, el astrónomo Richard Carrington presenció desde su telescopio brillantes destellos de luz blanca que surgían de la superficie del astro. Pasadas unas horas, los sistemas telegráficos de todo el mundo se colapsaron y pudieron verse auroras polares hasta en los trópicos, en lugares tan inusuales como Cuba o Hawai.
Este espectacular suceso conocido como el Evento Carrington, que toma su nombre del astrónomo que observó los destellos provocó una de las mayores tormentas geomagnéticas registradas hasta la actualidad. Sus consecuencias entonces fueron limitadas en esa época la infraestructura eléctrica estaba en ‘pañales’ y las redes de telégrafos llevaban funcionando poco más de 10 años, todo quedó en cortes y averías de los sistemas de comunicaciones y brillantes colores en el cielo, pero ¿qué alcance tendría en un mundo altamente tecnológico como el nuestro?
Aunque, desde entonces, ninguna tormenta solar ha alcanzado tal magnitud, se han registrado algunas de gran impacto con consecuencias bastante negativas, como la ocurrida en marzo de 1989, que provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá) se detuviese durante más de nueve horas.

Fotos del sol en las que se aprecian diferencias de su actividad | NASAFotos del sol en las que se aprecian diferencias de su actividad | NASA

En 20 años la tecnología ha avanzado a un ritmo vertiginoso hasta la década de los 90 no comenzó el despegue de Internet y de la telefonía móvil,
¿cómo podría afectar al mundo en 2010 una tormenta de una intensidad similar? ¿Se podría llegar a predecir?
No conocemos los detalles
Según José Luis Ballester, catedrático de Astronomía y Astrofísica de la UIB, por el momento no es posible. «Aunque hay intentos de predecir los ciclos solares basados en diferentes técnicas, el problema básico es que sólo sabemos cómo funcionan a grandes rasgos, pero no con detalle, por lo que cualquier predicción no pasa de ser una mera hipótesis».
«Los ciclos de actividad solar están bastante bien documentados desde 1610 explica Ballester y se manifiestan por el incremento de una serie de fenómenos como pueden ser las manchas, las protuberancias o las eyecciones de masa coronaria. Aunque el tiempo medio de un ciclo es de unos 11 años, no existe una periodicidad clara y su duración e intensidad varían de uno a otro».
Si miramos una gráfica de la actividad solar desde 1600 basada en las manchas encontramos que, aunque a simple vista parece seguir un patrón regular, fijándose en el detalle se aprecian muchas variaciones.
Existen ciclos cortos, de menos de 10 años, y otros largos, de casi 14; ciclos con picos de actividad muy altos con valles que duran muy poco y otros que se extienden en el tiempo; incluso hay anomalías, épocas en que las manchas estuvieron ausentes durante largo tiempo, es lo que se conoce como mínimos y se han registrado dos en este periodo de 400 años: el de Maunder, que se produjo entre los años 1645 y 1715, y el de Dalton desde 1795 hasta 1820, dos fenómenos anormales que todavía hoy en día no son totalmente comprendidos.
La actividad solar se manifiesta en fenómenos como las manchas, las fulguraciones y las eyecciones de masa coronal y estos dos últimos pueden afectar a la tierra. Las fulguraciones provocan una liberación súbita de energía en forma de partículas altamente energéticas que generan rayos X. El mayor problema es que los rayos X viajan a la velocidad de la luz y en ocho minutos están en la Tierra. Las eyecciones de masa coronal (CMEs) son más lentas llegan a nuestro planeta en unas horas, por lo que el tiempo de respuesta es más elevado.
Nuestra estrella ha despertado de nuevo, después del final de un ciclo de mínima solar excepcionalmente largo su pico de máxima actividad fue en 2001 y todo parece indicar que en 2010 el sol comienza a remontar. Dependiendo de las predicciones, el nuevo ciclo tendrá su pico máximo en 2011, 2012 o 2013, incluso hay algunas predicciones que vaticinan que será de los más turbulentos en muchas décadas.
La tecnología es vulnerable
En la actualidad, el mayor problema es nuestra dependencia tecnológica, un factor que nos hace especialmente vulnerables a este tipo de sucesos. Una tormenta geomagnética en el siglo XXI podría causar importantes trastornos ya que las perturbaciones de la ionosfera afectan no sólo a la transmisión de energía eléctrica, sino que pueden interrumpir las comunicaciones, dañar los satélites o alterar el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de señales de navegación, por ejemplo.
Para predecir el clima espacial hay varios satélites, como el SOHO (Solar and Heliospheric Observador) orbitando en los puntos de Lagrange –posiciones orbitales ideales para instalar estaciones espaciales–, que informan sobre la energía e intensidad del viento solar o si se dirige a la tierra una eyección de masa coronal.
La investigación de la actividad solar, sin embargo, no sólo responde a la necesidad de predecir, sino también a la de saber cómo funciona una estrella. En este sentido el grupo de Física Solar de la UIB comenzó ya en los 80 a estudiar las fulguraciones. «En estos años un satélite detectó que este fenómeno presentaba periodos de unos cinco meses –explica Ballester– y que inmerso en el ciclo solar de 11 años se producía un subciclo de entre 150 y 158 días de fulguraciones asociadas a manchas solares».
Este trabajo, publicado en 1998 en la revista Nature, fue el primer artículo científico de la UIB. En él se describía la interrelación entre el flujo magnético, las manchas solares y las fulguraciones, proponiendo una hipótesis para explicar estos fenómenos de la actividad solar.
La investigación del grupo ha continuado en esta línea y a INNOVACIÓN EN LAS ISLAS BALEÓPOLIS Astrofísicacomienzos de este año han publicado en una revista de Astrofísica una explicación teórica del porqué del suceso. Parece ser que el campo magnético del sol se genera en la tacoclina, una capa muy delgada que sirve de frontera entre la parte externa e interna; cuando esta zona se inestabiliza las fricciones que se producen crean campos magnéticos que emergen en forma manchas y otros fenómenos como las fulguraciones. Y esa inestabilidad se produce cada cinco meses coincidiendo con el máximo de actividad solar.

QUE HACER CUANDO VENGA LA TORMENTA SOLAR PERFECTA


En la reciente noticia del ABC y otros medios importantes ya se comenta la posibilidad de que alrededor del 2012 pueda producirse una supertormenta solar. En wikipedia, youtube y en general en Internet encontraras bastante información sobre este fenómeno, también denominado tormenta geomagnética siendo la más peligrosa la denominada CME, (en ingles Eyeccion de Masa Coronal) que afecta especialmente a los sistemas eléctricos.


Sabemos que alguna de estas tormentas puede predecirse unas 24 y 36 horas, sin embargo algunas de ellas llegan a la tierra en apenas 20 minutos.


Todo el mundo piensa en una única tormenta solar, no obstante podríamos tener suerte y el sol podría “avisar” con pequeñas tormentas previas. Este escenario sería ideal porque afectaría solo a algunos países y regiones y pondría al resto del mundo en alerta roja. Entonces tú podrías preparar tu equipo de emergencia y tu refugio. Pero el sol es impredecible y podría mandar una única megatormenta solar DE FORMA SUBITA.


Pensemos en esta posibilidad, el famoso rayo del que hablan las profecías mayas, que nos retornaría a la edad de la luz….o mejor dicho a la total oscuridad porque la humanidad volvería a la edad media.


De repente la luz se apaga, los coches se paran y todo queda en silencio. Con un poco de suerte esta tormenta no es fuerte y solo afecta a algunas regiones y a algunos aparatos eléctricos especialmente sensibles. Es posible que funcione algún vehículo o alguna batería.


Lo primero que debes hacer es TIRARTE AL SUELO INMEDIATAMENTE Y RESGUARDARTE. El CME tiene el mismo efecto que el pulso electromagnético que genera una bomba atómica y si estas en un escenario previo a un gran conflicto militar con la posibilidad de ataques nucleares esto podría ser el anticipo de una explosión que te llegare en apenas unos segundos o minutos. La onda de calor y la fuerza de la explosión son más lentas pero puede alcanzarte.


Durante las primeras horas o días el desconcierto será total. Al no existir ningún sistema de comunicación ni electricidad NADIE SABRA QUE A PASADO….MENOS TU QUE YA HABIAS LEIDO ESTE POST.


Miles de personas quedarían desplazadas de su lugar de origen a kilómetros de su hogar, teniendo que retornar por sus propios medios. Miles de personas querrán saber de sus seres queridos y agruparse con ellos.


Una de tus prioridades será hacer acopio de agua de forma rápida, como por ejemplo llenar la bañera antes de que la presión de agua desaparezca por completo. Reúne todo lo máximo que puedas de comida. Nunca sabes si podrá restaurarse todo. Durante las primeras horas podrás pagar en efectivo en algunas pequeñas tiendas de cercanía. Prepara tu mochila de 72 horas. Ya deberías tener tu plan de evacuación a tu refugio preparado y localizadas a las personas de tu interés (familia, grupo de supervivencia, amigos, etc).


Mi sugerencia es que si vives en una zona muy poblada, especialmente urbana, SALGAS DE ELLA lo antes posible. Durante los primeros días las carreteras estarán inundadas de gente desplazándose. Coge tu mochila y huye. Puedes hacerlo mejor en bicicleta y le atas con una cuerda un carrito de niño o carrito de compra de un supermercado para cargar todo lo que puedas.


Después de solo 2 días sin agua, sin saber nada la gente se PONDRA NERVIOSA. Yo creo que en menos de una semana comenzaran los saqueos, al amparo de la falta de luz, de alarmas y de autoridad competente. Este sería el orden “lógico”:


1- Saqueo a grandes supermercados o almacenes

2- Saqueos a tiendas de barrio o de cercanía


3- Saqueo a viviendas vacías


4- Saqueo a viviendas con personas dentro buscando víveres.


5- Saqueo a particulares.


6- Comerse perros, gatos, ratas, palomas y cualquier planta urbana posible.


7- Saqueo en el extrarradio o zonas no urbanas (que incluiría comenzar el ciclo anterior).


Durante los primeros días el dinero tendrá valor y seria posible comprar alimentos durante tu ruta.
Lo mas grave será tomar la decisión de salir de la ciudad y dejar a seres queridos que no pueden venir contigo (como ancianos o enfermos) o que simplemente crean que todo se restaurara en pocos días.
Yo prefiero quedar como tonto y marchar a mi zona de seguridad que no intentar salir a ultima hora, días después, cuando ya no tienes comida, ni agua, estas agotado y las carreteras no son seguras.

Mi única opción de quedarme en la ciudad seria si tuviera un gran almacén seguro de comida y bebida o por que no quisiera abandonar a familiares o amigos.


Incluso en una supertormenta solar mucha gente no tomara conciencia y no querrá asumir el fin de la civilización. Muchos no querrán abandonar sus casas o pertenencias por temor a robo y otros pensaran que la ayuda de Protección Civil o del ejercito estará al llegar. También muchos no sabrán que hacer o donde ir.


Sobrevivir en la ciudad puede ser otra opción si existe un conflicto armado, el clima es extremo (nieve, tormentas,) o las carreteras están cortadas (por desastres naturales) o simplemente tomadas por el ejército o bandidos. Deberías agruparte con amigos o vecinos para protegeros.


Militares o policías serán los primeros grupos en organizarse de forma privada y natural (viven juntos) para sobrevivir. Tienen armas, provisiones y preparación. Algunos vehículos militares de fuerzas de asalto están preparados para ataques de Pulso Electromagnético..


Así pues durante las 2 primeras semanas tendrás tiempo suficiente para huir de las ciudades, que pueden ser autenticas trampas mortales. Las personas tendrán a agruparse en grupos más o menos armados para conseguir los objetivos anteriormente citados. Es posible que algunos grupos más o menos organizados tomen posesión de grandes recursos, como fuentes o pozos de agua natural, almacenes de comida, vehículos que funcionan, etc.


A medida que huyas de la ciudad y pases por poblaciones pequeñas o granjas deberás alertarlos de que DETRÁS DE TI es posible que venga una avalancha de personas buscando comida sin saber cuáles son sus intenciones. En esos primeros días tu juegas con la ventaja que a las personas alejadas de las ciudades querrán tener información de primera mano de que está pasando “en la gran ciudad”.


Lo granjeros y poblaciones deberán ocultar los alimentos en diferentes lugares en previsión de robos. Así mismo debe trazarse un plan URGENTE de creación de huertos y cría de ganado. Para esto será necesario mano de obra manual (sin tractor el campo no podría cogerse la cosecha) y también personas para vigilar los campos y establos. Será de tu elección quedarte con ellos o seguir tu huida. Con todo esto habrás creado un CINTURON DE SEGURIDAD hacia tu refugio. MILES de personas se podrían quedar en las periferias de las ciudades sobreviviendo en los campos cultivados y no se acercarían hacia TU ZONA DE SEGURIDAD O REFUGIO. Este tiempo ganado es muy importante, porque si resistes 3 o 4 meses en tu refugio sin problemas ya se habrá realizado una gran catástrofe humana.


Miles o millones de personas morirán los primeros meses por la falta de agua potable, sin calefacción, sin atención médica, infecciones producidas por toneladas de basuras y heces sin recoger, ratas y moscas transmisoras de enfermedades, y por supuesto por falta de comida. Las grandes ciudades son abastecidas diariamente para reponer los alimentos. En 1 semana se acabaría la comida en las estanterías de los almacenes.


¿Cuánta comida tienes en tu casa ahora mismo?
REFUGIO CLASICO


El Refugio o bunker “clásico” que encontraras en todos los manuales tiene las siguientes características:

1- Su estructura (paredes, techo, suelo, etc.) está realizada preferentemente en hormigón armado, bloques de cemento Block en varillado o de ladrillos macizos, también en varillado. Esto le da mucha consistencia para soportar la fuerza mecánica de una gran explosión y la estructura de las varillas protege “supuestamente” de efecto del Pulso Electromagnético. Sus dimensiones depende de tu presupuesto pero suele calcularse unos 4 m2 x persona.


2- El refugio clásico suele estar enterrado 1 o 2 metros bajo tierra, que independiente del grosor de los muros y la distancia protege al 100 % de los efectos de la radiación. Por este motivo muchos son construidos en jardines.


3- Suele estar edificado aparte de la casa o a una distancia prudencial de edificios o estructuras altas. Con esto se asegura que si existe derrumbamiento el bunker no quede sepultado. En el caso de acondicionar los bajos de una casa como refugio este se debe acondicionar y apuntalar correctamente para no ser enterrado.


4- Suelen tener dos entradas. Una principal de fácil acceso y cómodo para entrar y salir mercancías o materiales y otra de emergencia, normalmente un pequeño túnel. En los dos casos se aconseja camuflar u ocultar la entrada. También se aconseja que la entrada se abra hacia dentro y que este lo más blindada posible.


5- Un sistema de ventilación eficaz y estanco que garantice la regulación de la temperatura interna del bunker y el filtrado de posibles partículas radiactivas o químicas. Igualmente esta ventilación debe estar oculta al exterior.


6- Un gran depósito de agua. Esto es lo que garantiza la permanencia en el refugio. Igualmente alimentos y recursos para una duración determinada (lo normal son unos 40 días). Equipo médico, herramientas, combustible, mobiliario son otros elementos que permitirán un vida más cómoda en el bunker.


7- Por último la polivalencia. Un bunker además de su función original puede utilizarse como desván o almacén, parking, garaje, taller, bodega, biblioteca, cámara acorazada donde guardar documentos de valor como dinero o joyas, sala de meditación o música, etc.


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