LUZBY BERNAL

miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿QUÉ HA PASADO CON EL EVANGELIO DEL REINO DE JESUCRISTO?

apologista | Diciembre 8, 2010 at 4:29 pm | Etiquetas: Evangelio, olvidado, perdido, REINO | URL: http://wp.me/p6Hrw-7RT
 

































  Por Ing° Mario A Olcese (Apologista)

 El anuncio salvador o condenador de Jesucristo
Nuestro mismo Señor Jesucristo nos reveló que fue enviado por Dios para anunciar el evangelio (=El mensaje, La palabra, La Buena Nueva) a todos los hombres (Lucas 4:43), y en particular, a los pobres de esta tierra (Lc. 7:22). Este anuncio esperanzador y divino Jesús lo llamó "el Reino de Dios" (Marcos 


1:1,14,15), y dijo que el que creyere en él será salvo, y el que no, será condenado (Marcos 16:16).
Así que el evangelio es un anuncio crucial que salva o condena a los hombres, según sea el caso. Es importante entender que la salvación viene por la fe en Cristo y Su Mensaje. No se puede creer en Cristo y rechazar su mensaje, sustituyéndolo por otro que es espurio y diabólico. Así que es necesario saber exactamente qué es el evangelio y qué significa creer en Cristo (=creer a Cristo) para ser salvo. Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte(Juan 8:51). Así que es vital creer y guardar la palabra de Cristo, pues es la mismísima palabra o mensaje del Padre para los hombres, el evangelio de nuestra salvación.
Este singular o único mensaje salvador tiene que ver con el Reino de Dios, las buenas noticias para el mundo que anda en tinieblas espirituales, pues la única esperanza que tiene el género humano para ser realmente feliz y sobrevivir a un eventual cosmocidio.
Satanás es el enemigo del anuncio Salvador
Es lógico suponer que si la creencia en el anuncio o mensaje de Cristo es vital para nuestra salvación, el diablo pretenda entenebrecerlo o pervertirlo para que nadie se salve. El plan de este espíritu caído y maléfico e introducir falsos evangelios o falsos mensajes, supuestamente “divinos”, para confundir y engañar a los incautos. El sabe que si distrae a los potenciales creyentes con un evangelio trucado, ellos jamás podrán ser salvos de la condenación. Entonces durante siglos el diablo ha usado a hombres “intelectuales”, “progresistas”, “humanistas” y “libre pensadores” para sembrar doctrinas que Pablo llama “de demonios” (Col. 2:8; 1 Tim. 4:1). Y millones están creyendo en cualquier cosa menos en el evangelio salvador de Cristo que es el Reino de Dios. Este evangelio divino del reino en la tierra ha sido olvidado en las prédicas de las mayorías de las iglesias de hoy, y si alguno osa predicarlo, es considerado como “carnal”, Judío”, y obsoleto. Realmente pocos ponen atención en el reino de Dios, y peor aún, muchos cristianos no tienen ni la más mínima idea de lo que éste es en realidad. Muchas ideas e interpretaciones han sido ofrecidas sobre el reino, pero poco o nada tienen que ver con el verdadero y original reino predicado por Cristo y sus apóstoles.
El Apóstol Pablo fue enfático al decir: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Cor. 4:3,4). Así que el diablo tiene una meta: cegar el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria (= Reino, comparar Marcos 10:37 y Mat. 20:21) de Cristo. De modo que el diablo odia a Cristo y su mensaje salvador del reino de Dios.
En la Parábola del Sembrador Jesús enseña que la semilla es la Palabra de Dios, pero luego el diablo viene y quita del corazón del potencial creyente la Palabra sembrada ¿para qué? Para que no crean y se salven (Lucas 8:11,12). En otra ocasión Jesús se refiere al reino como “la Palabra” (Ver Mateo 13:19). Así que el diablo quita del potencial creyente la palabra sembrada del reino en su corazón para que no se salve. El mensaje del Reino ha sido por todos los medios posibles obscurecido y olvidado en los sermones dominicales y en las grandes campañas de “evangelización”.
Yo, Apologista, tengo como cometido principal reponer este evangelio vital y prístino en su verdadero lugar que le corresponde y predicarlo a medio mundo . ¿Me ayudará usted para difundirlo a la otra mitad del mundo"? (Mat. 24:14)

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