LUZBY BERNAL

sábado, 8 de enero de 2011

Arquitectura de la luz

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Influencia de la iluminación en el ambiente de trabajo - La luz - Intensidad mínima de iluminación - Reactancia, magnetismo y estrés - Color y luz de espectro total - La vida a través de un cristal - Luz y neurotransmisores - Investigación en Neurociencia Arquitectura de la luz.

La arquitectura de la luz debe considerar las modernas investigaciones en neurociencia. La poderosa influencia de la luz en los neurotransmisores cerebrales modifica la atención, el humor y el comportamiento y afecta a la seguridad y el rendimiento laboral.



Influencia de la iluminación en el ambiente de trabajo.

Los habitantes de las ciudades pasamos hasta el 80% del tiempo en entornos cerrados, casa, transporte o trabajo, unos recintos opacos, con poca o ninguna la luz solar. La óptica conoce hace tiempo que la luz condiciona la agudeza visual y la percepción de los colores. Hoy el estado de la investigación en neurociencia permite afirmar que la luz es biodinámica, pues afecta profundamente al sistema endocrino y a través de él a todos los sistemas biológicos. Especialmente, la ausencia de luz solar influye negativamente sobre el estado de ánimo y afecta a la capacidad del cerebro para el manejo rápido de la información. Por tanto la calidad de la iluminación artificial en significativa para la seguridad y el rendimiento laboral.
La iluminación usual en entornos de trabajo, mal diseñada, monótona y muy insuficiente, produce falta de atención, desánimo, depresión, e incrementa el estrés y la fatiga de la jornada, lo que es causa de accidentes, absentismo laboral y bajo rendimiento.


La luz

Llamamos luz a la parte del espectro de radiaciones electromagnéticas que percibe el ser humano. Comprende la luz infrarroja, que reconocemos como calor, todo el espectro visible, con los siete colores del arco iris y los rayos ultravioletas, responsable entre otros efectos benéficos del bronceado. Las radiaciones visibles, entre 400 y 720 nm (1 nanómetro = 1x10-9 m), son especialmente percibidas por el ser humano gracias a esos sensores maravillosos que son los ojos. Nuestra retina es miles de veces más sensible que los sensores cutáneos, que también responden a las bandas invisibles de la luz, la luz infrarroja y la ultravioleta.


Intensidad mínima de iluminación

Precisamos una luz brillante, de intensidad mínima entre 800 a 1000 lux, que dice a nuestro sistema nervioso que ya es de día, y nos despierta el ánimo, sin necesidad de estímulos químicos como café o tabaco. La fotobiología nos dice que la percepción de la luz brillante por la glándula pineal, inhibe la secreción de melatonina, la hormona del sueño, y proporciona al cerebro serotonina, la hormona de la actividad.
Generalmente se calcula la iluminación mínima para permitir la capacidad de lectura. En los ambientes de trabajo son usuales intensidades desde 100 a 200 lux en pasillos, y 300 a 500 lux en despachos. Niveles de iluminación insuficientes que no permiten superar la somnolencia y estar mentalmente despierto y alerta.
Por contraste en el exterior encontramos desde 10.000 lux, en un día nublado, hasta 150.000 lux, a mediodía en pleno verano. Todos percibimos la inyección de energía vital que se capta al salir al exterior, cuando los rayos solares bañan nuestra piel. Al tomar el sol buscamos algo más que un bronceado de moda.


Reactancia, magnetismo y estrés
 
Las baterías fluorescentes tienen una frecuencia de parpadeo de 50 Hz. Esta pulsación induce ondas cerebrales de estrés, ondas Beta, además de cansancio físico, cefaleas y fatiga visual. El estrés causa una excesiva secreción de cortisol en el cerebro, matando millones de neuronas. Las reactancias, además, producen interferencias radioeléctricas, alteran las telecomunicaciones y sistemas informáticos, y son causa de una importante contaminación electromagnética (elektrosmog), que afecta a la salud.
Las reactancias electrónicas de alta frecuencia, que vibran a 20.000 Hz, eliminan la fatiga visual y el estrés al evitar el parpadeo del tubo, ya que este no llega a apagarse completamente. Además producen un encendido instantáneo, al prescindir de cebadores y condensadores, ahorran energía, alargan la vida de los tubos y eliminan el elektrosmog.


Color y luz de espectro total.
 
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Encerrados tras las ventanas, muchas veces estancas, nos falta el contacto con la luz del sol y el aire libre, al otro lado de vidrios que filtran el ultravioleta. Esto se debe a que el vidrio común, por su alto contenido en hierro, no permite el paso de las frecuencias UV. Podemos reconocer un vidrio de alto contenido en hierro por su canto de color verde.
De igual modo los vidrios de las gafas, graduadas o de sol, también impiden captar la parte ultravioleta del espectrosolar. Y recordemos que los rayos UV, que recibimos al tomar el sol, es la única fuente de vitamina D.

Luz y neurotransmisores



 
El diseño de un ambiente, debe considerar por tanto el ciclo temporal y la cantidad de luz, la luz biodinámica, de acuerdo al entorno y el clima. Pero también debe estudiarse la calidad de esa luz, especialmente su color, y además del contraste y la distribución espacial, de acuerdo a la ergonomía, según el uso de cada espacio.
La mayor parte de los arquitectos e interioristas no consideran suficientemente el gran impacto que la luz tiene sobre la atención, los reflejos y la capacidad productiva. Con frecuencia nuestros ambientes de trabajo sufren de contaminación lumínica, por exceso o ausencia de color, por deslumbramiento de luces directas, en ambientes con contraste de luz excesivo. Todas ellas son agresiones que hieren la retina y, a través del nervio óptico, impactan en lo más profundo del cerebro.
El proyecto luminotécnico debe contemplar el confort del hábitat con nuevos criterios de calidad ambiental, considerando los aspectos energéticos, visibles e invisibles, que afectan al residente, sea ama de casa, trabajador o ejecutivo, según las exigencias del trabajo. Por lo tanto el proyectista al diseñar un espacio de trabajo debe valorar, de manera prioritaria, los efecto psicológicos y biológicos de la luz, como nos muestra las investigaciones en neurociencia y fotobiología.
La intensidad lumínica y la calidad cromática de un ambiente afectan a clientes y trabajadores, cualquier escaparatista sabe que la luz intensa y brillante, estimula el consumo y sube las ventas. Un entorno luminoso adecuado, con luz biodinámica y luminarias de espectro total, mejora el estado de ánimo, produce alerta mental, aumenta las ganas de trabajar y estimula el buen humor.



Carlos M. Requejo
Arquitecto Interiorista. Gerente de JCC Gabinete de Asesoría y Proyectos de Calidad Ambiental, SL.
Coordinador del postgrado de Geobiología y Salud del Hábitat de la Universidad Politécnica de Cataluña, UPC.
WIN Magazine. Octubre1999. Domobiótica y Salud Laboral 

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