 | LOS HOMBRES DE PAZ SERÁN LLAMADOS HIJOS DE DIOS |
“Bienaventurados los PACIFICADORES, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9).
La Palabra de Dios nos dice que los hombres de paz serán llamados hijos de Dios. Sin embargo, para muchos de los que se llaman cristianos, se les hace difícil vivir en paz con los demás, y se les hace difícil dejar de causar discordias y conflictos dentro de la familia, en la congregación cristiana, e incluso en sus centros laborales. Esto sucede simplemente porque éstos no están en comunión íntima con el Señor Jesucristo, quien dijo "La PAZ os dejo, mi PAZ os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). Por tanto, es de esperarse que los auténticos seguidores del Rey vivan en paz para con todos los hombres, con sus hermanos correligionarios y con todos los que no son de la fe. Dice Pablo, lo siguiente: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz CON TODOS LOS HOMBRES” (Rom. 12:18). “Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para CON TODOS LOS HOMBRES” (Tito 3:2).
El mismo Padre celestial tiene pensamientos y sentimientos de paz para con su pueblo, cuando anuncia por boca de Jeremías, su profeta: “Y me será a mí por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la PAZ que yo les haré” (Jer. 33:9).
Pero definitivamente el cristiano que no tiene una verdadera paz interior no puede proyectarla o mostrarla a otros, así lo quiera. Y esto se debe a que aún no es un verdadero hijo de Dios entregado y convertido de corazón, y por tanto todavía es como los impíos que no conocen a Dios. El profeta Isaías es bien tajante en este asunto cuando escribió lo siguiente: “No hay PAZ, dijo mi Dios, para los impíos (Isa. 57:21). Y Pablo dice: “Y no conocieron camino de PAZ” (Romanos 3:17).
Sólo el Padre puede dar gozo y paz que se produce por el creer por el poder de Su Espíritu Santo. Así lo revela Pablo con estas palabras: “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y PAZ en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13). “El fruto del Espíritu es amor, gozo, PAZ, paciencia, benignidad, bondad, fe” (Gál. 5:22).
Debemos permitir que la paz que viene de Dios gobierne nuestros corazones, a fin de que podamos ser verdaderamente luz en el mundo. No se puede ser lumbrera en un mundo en tinieblas si nosotros no dejamos primero que la paz de Dios gobierne y dirija nuestros corazones por Su Espíritu (Col. 3:15). Por eso es que el deseo de Pablo era: “Y el mismo Señor de PAZ os dé siempre PAZ en toda manera. El Señor sea con todos vosotros” (2 Tes. 3:16).
También el apóstol Pedro era del mismo sentir, cuando escribió lo siguiente: “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en PAZ” (2 Pedro 3:14). Y también él escribió: “Apártese del mal, y haga el bien; Busque la PAZ, y sígala (1 Pedro 3:11).
Y para los jóvenes va este sabio consejo del apóstol Pablo: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la PAZ, con los que de corazón limpio invocan al Señor (2 Timoteo 2:22). Lastimosamente, mucha juventud que dice llamarse “cristiana” se ha dejado llevar por las pasiones juveniles, y se ha vuelto rebelde y desobediente a sus padres y a las autoridades en general, para hacer lo que les viene en gana, siguiendo la corriente de este mundo impío. Simplemente se han olvidado de Dios y le han dado la espalda a Su Palabra.
Finalmente el apóstol Pablo nos dice por qué es tan importante ser pacíficos y pacificadores, en el siguiente verso: “Seguid la PAZ con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Heb. 12:14).
Así que si somos pacíficos y pacificadores auténticos, lo que nos espera es ver personalmente, cara a cara, a Dios en la vida eterna como verdaderos hijos Suyos. Así que tome nota lo importante que es seguir la paz CON TODOS PARA PODER ASÍ SER VERDADEROS HIJOS DE DIOS Y VER AL PADRE CELESTIAL PERSONALMENTE EN SU GLORIA EN LA NUEVA JERUSALÉN QUE BAJARÁ A LA TIERRA (Apo. 21:3,4).
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