LUZBY BERNAL

jueves, 3 de febrero de 2011

SOBRE LAS POSESIONES

Poseer cosas es muy importante en la vida de la gente blanca. Desde el principio te dicen: "Esto es mío, esto es tuyo", "No toques eso
porque no es tuyo". Te dicen que te alejes de las cosas por la
posesión, y no por respeto.


En los días de antes, nosotros nunca teníamos cerraduras en nuestras puertas. No existía el robo, pero si alguien tenía hambre,
podía entrar a tu casa y tomar comida. ¿Por qué la gente no tomaba las
cosas? Por respeto.


Tú rodeas tu patio con rejas y pagas buen dinero a quien mida el terreno para ver si la reja del vecino está una pulgada demasiado cerca
de tu casa. No regalas nada a menos que recibas algo a cambio. Todo es
económico. ¡Con razón la gente blanca necesita casas tan grandes! No
son para habitarlas, sino para almacenar cosas.


Nosotros creíamos que todo era un regalo, y que un buen hombre o una mujer buena compartían esos regalos. La gente buena pensaba que
debían dar, y no que debían recibir. No medíamos a la gente como rica o
pobre. ¡No sabíamos cómo! Cuando los tiempos eran buenos, todos éramos
ricos. Cuando los tiempos eran malos, todos éramos pobres. Medíamos a
la gente por cómo compartían.


Las cosas son importantes cuando las necesitamos. Si no las necesitamos, no son importantes. Nuestros ancestros creían que tú eras
dueño de algo sólo mientras lo necesitaras. Luego se lo pasabas a
alguien más. En nuestra forma de vida, todo tenía su uso y luego
regresaba a la tierra. Teníamos tazas y platos de madera, o cosas
hechas de barro. Cabalgábamos o caminábamos. Hacíamos cosas de las
cosas de la tierra. Después, cuando ya no las necesitábamos, las
quemábamos o las dejábamos, y regresaban a la tierra. Ahora ya no
podemos hacer eso. Ahora las cosas ya no regresan a la tierra.




Patricia D.

SOBRE LAS POSESIONES


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