LUZBY BERNAL

viernes, 18 de febrero de 2011

“Un fuerte terremoto conmueve a la región de Oriente Medio”












Un fantasma 
recorre el 
Oriente Medio
el de 
la revuelta
popular. 
Nadie sabe 
exactamente
en que 
consiste ni
qué sucederá 
al final.
Lo cierto es que la revuelta, que comenzó en Túnez cuando
un académico que trabajaba como vendedor ambulante quedó
desempleado y se inmoló, tumbó a varios gobiernos y amenaza 
con sacudir los cimientos de la región. “Se trata de un
verdadero terremoto en el mundo árabe”, dice el ex jefe
del Mossad, Efraim Halevy.
A pesar del derrocamiento de Ben Alí en Túnez y la
constitución de un Gobierno provisional, con vistas a nuevas
elecciones, las protestas no terminan en ese país.
En Egipto, el Ejército que se deshizo finalmente del ex -
presidente Hosni Mubarak todavía está tratando penosamente 
que el país del Nilo retorne a la normalidad.
El rey Abdala II de Jordania se anticipó a los hechos y a poco
de empezar las protestas resolvió disolver el Gobierno para
designar a un nuevo primer ministro e incluir a la oposición
islámica en el Gabinete. Sin embargo, las protestas continúan.
En la Autoridad Palestina, Mahmud Abás aceptó la dimisión
completa del Gabinete, y exigió al primer ministro Salam Fayad
que conforme un nuevo Gobierno; a la vez que convocó
a elecciones legislativas y presidenciales para el mes de junio.
La medida fue rechazada por Hamás, que controla la Franja 
de Gaza, en lo que fue interpretado como algunos 
observadores como un signo de debilidad del grupo 
fundamentalista islámico que no se siente seguro sobre el 
terreno.
En el pequeño y opulento reino de Bahrein, los
manifestantes mantienen ocupada la plaza principal de la
capital Manama, a pesar que las protestas
se han cobrado dos muertos. El descontento con la casa real
sunnita no es
solamente de la mayoria chiita,sino que algunos grupos de
suniitas se han
sumado tambien a la revuelta.Segun algunos reportes,las
fuerzas sauditas estarian preparadas para entrar en caso
de que las fuerzas de seguridad
leales al rey sean desbordadas.
En Irán, la oposición perseguida ha realizado su mayor
demostración de fuerza. Decenas de miles de
opositores iraníes manifestaron en la céntrica Plaza
Azadi, en Ispahán y en Shiraz. Dos jóvenes iraníes fueron
asesinados por las fuerzas de seguridad iraníes y el
aparato paramilitar Basij, mientras que decenas
resultaron heridas y centenares fueron detenidos. Los 
parlamentarios iraníes pidieron la pena de muerte 
para los líderes de la oposición, que convocan a 
manifestarse en solidaridad con la revuelta egipcia 
y acusan al Gobierno de Irán de hipocresía al exigir 
libertad en el país del Nilo y negarla en su propio
terreno.
En el Yemen las protestas de los estudiantes
han terminado con las aspiraciones continuistas 
de Alí Abdullah Saleh, pero continúan indomables, 
hasta el atardecer, por supuesto, cuando los jóvenes 
yemenitas se sumergen en el hedonismo de la 
masticación del qat o la miraa, un 
narcótico con propiedades psicoestimulantes de
los más poderosos que se conocen.
Oriente Medio se encuentra en una situación de
transformación, que encierra una diversidad de 
paradojas, entre ellas dos fundamentales: la 
posibilidad de los vientos de libertad, por un lado, 
y el temor que las fuerzas extremistas islámicas 
capitalicen el estallido social en un mundo
construido por frágiles instituciones políticas,
sociales y económicas, y arrastren a toda la 
zona a una nueva espiral de violencia, fanatismo
y totalitarismo como sucedió en Irán, por el otro.
 AURORA 

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