LUZBY BERNAL

sábado, 17 de septiembre de 2011

El Nacimiento del Ganges

Samuel Eduardo Mendoza Madrid

El Nacimiento del Ganges. ¿Cómo nació el Río Sagrado? ¿Por qué lo adoran millones de seres?

Amig@s, a continuación una historia para meditar:
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El sabio Bagiratha vivió entregado a la Meditación y a la Austeridad...
Más de mil años permaneció dirigiendo sus súplicas y plegarias al cielo.
Allí, en el Himalaya, Bagiratha buscó la compasión y el favor de los dioses.
Finalmente, Brahma se compadeció de él...
     - Como recompensa por tus sacrificios he decidido concederte un deseo. (Brahma).
     - ¡Poderoso Señor, Creador de cuanto existe!
     ¡Mi deseo, Señor, es que los hijos del Rey Sagara vuelen al cielo de Indra!
     Sus cenizas se encuentran en el centro de la tierra...
     Fue Kurma, la gran tortuga que sostiene el mundo, la que los destruyó con fuego...
     Junto a ella están los restos de los príncipes...
     Indra los espera en su gloria...
     Pero sólo podrán ir a él cuando las aguas de un río que no sea de la Tierra los haya purificado. (Bagiratha).
Brahma escuchó las palabras de Bagiratha, y ...
     - Me complace escucharte. Cumpliré mi promesa y te concederé ese deseo. ¡Ganga bajará pronto a la Tierra! (Brahma).
Ganga era hija de Himalaya, el señor de las nieves...
Moraba en los cielos y se había negado a abandonarlos.
Brahma la había destinado a convertirse en Río y a descender de las nevadas cimas a la Tierra.
Al conocer los designios divinos...
     - ¡Cumplirás tu misión! (Brahma).
     - ¡Sí, lo haré, pero descenderé en tal forma que arrasaré al mundo a mi paso. (Ganga, entre sí).
Pero el Dios Creador adivinó los negros propósitos de la soberbia doncella.
Pidió entonces el concurso de Siva, el terrible.
     - ¡Solamente Tú puedes burlar sus designios!
     Si Tu cabeza recibe el torrente, la caída de Ganga sobre la Tierra se verá suavizada.(Brahma). 
Después, el anciano fue conducido ante la presencia del aterrador Dios...
Bagiratha adoró a Siva durante un año.
     - ¡Ayúdame, Poderoso Dios! ¡Sólo con tu auxilio se formará el Río Divino! (Bagiratha).
Entonces vio al dios con cuatro caras.
Antes, Siva había tenido un solo rostro.
Vivía entregado a la meditación y Brahma se sentía preocupado...
     - Es menester que aparte sus pensamientos del cielo y se distraiga. (Brahma, entre sí).
Para ello, Brahma creó a una bella doncella...
... Y la envió al lado del meditabundo dios.
Para verla sin tener que abandonar su meditación, Siva hizo surgir en su cabeza un nuevo rostro.
Dos nuevos rostros surgieron en los restantes lados de la cabeza del dios, al paso de la ninfa celestial.
Así, ni por un instante tuvo que abandonar sus eternos pensamientos.
Las caras que miran al Norte, al Este y al Oeste son bellas y apacibles.
En cambio, la que mira al Sur es terrible.
Con el rostro que mira al Este, Siva gobierna al mundo...
Con el que mira al Oeste deleita a todos los seres.
Con la cara que mira al Norte, Siva contempla a su divina consorte Parvati.
Pero el rostro que mira al Sur es Su rostro destructor.
En una ocasión, bromeando, Parvati cubrió los ojos del dios...
     - ... ¡Ja, ja, ja! (Parvati).
Entonces, el mundo quedó sumido en tinieblas, y la vida amenazó con extinguirse.
Para salvar al mundo, un tercer ojo brotó en el terrible rostro.
La bienhechora Luz Divina venció a la Oscuridad.
Los hombres depusieron el miedo y, agradecidos, elevaron sus oraciones al dios.
     - ¡Salve Siva!
     ¡Gracias, Poderoso Señor!
La vida volvió a la Tierra.
Conmovido por las austeridades y sacrificios del asceta, Siva dijo...
     - ¡Recibiré la caída de Ganga sobre mi cabeza, Bagiratha! (Siva).
Se dirigió en seguida en busca de la divina doncella.
Desde lo alto de una montaña llamó a Ganga.
     - ¡DESCIENDE AL MUNDO! (Siva).
     - ¡Sí, descenderé, y a mi paso destruiré a Siva! (Ganga, entre sí).
Furibunda, Ganga se transformó en avallasador torrente.
Formando una cascada desde el cielo se precipitó a la Tierra.
Y así...
      ¡SPLAAS!
Sonriente y confiado, Siva se aprestó a recibirla.
     - Sabía lo que intentaría. La castigaré y doblegaré su orgullo. (Siva, entre sí).
Para sorpresa de Ganga, su impetuosa acometida no logró inmutar al dios.
Antes de poder seguir su camino, el torrente debió sortear los rizos de la cabellera de Siva.
Como los ríos que bajan del Himalaya deben sortear peñas e intrincadas selvas...
Así también las aguas de Ganga tuvieron que abrirse paso por entre la Divina Cabellera.
Al pie de las Montañas, el Viejo Asceta esperó durante mucho tiempo la llegada del Divino Río...
     - Las estaciones se han sucedido sin que el esperado torrente llegue.(Bahiranga).
El anciano volvió a entregarse a la oración y al sacrificio...
     - ¡Permite, Poderoso Siva, que las divinas aguas bañen ya la Tierra! (Id).
Ganga continuaba impotente para vencer los obstáculos.
Movido de nuevo a compasión por el anciano, Siva permitió al fin a las aguas bajar al mundo.
Impetuoso, el torrente descendió del Himalaya.
     ¡SUOOOOOOOS!
Luego se dividió en siete cauces.
Los dioses acudieron a observar el nacimiento del Ganges, el Río Sagrado.
El brillo de sus dorados carros semejaba el de otros tantos soles.
Peces de todos tipos y colores surcaron las divinas aguas.
Numerosos santos y sabios se apresuraron a purificarse en la corriente.
Las aguas que han bañado la cabeza de Siva tienen que volver puros aun a los malvados.
El regocijador, el purificador, el cubierto de Lotos, fueron algunos de los nombres que recibieron los diversos cauces.
Tres fluyeron hacia el Oeste...
Y tres hacia el Este...
El séptimo, el más ancho, fluyó hasta el sitio en donde, ansioso, Bagiratha esperaba en su carro...
Y el anciano sabio inició su largo peregrinar...
Y a dondequiera que se dirigió, el ancho río lo siguió sin desviarse.
La clara y brillante corriente siguió ininterrumpidamente el carro del sabio.
Ora fuerte y turbulenta...
...Ora apacible y clara...
Finalmente, llegó a la orilla del mar.
     - Ahora deberá descender al fondo, hasta el centro de la Tierra, en donde se encuentran las cenizas de los jóvenes príncipes. (Bagiratha).
La impetuosa corriente del Ganges se sumergió en las aguas del mar.
Mientras la divina corriente bajaba al Centro del Mundo...
...Bagiratha oró porque sus aguas purificaran las cenizas de los hijos del rey Sagara.

En una Edad anterior, el Rey Sagara y sus numerosos hijos habían morado en la Tierra...
El monarca había decidido...
     - ¡Seré el Rey del Mundo! (Rey Sagara).
Entonces...
     - Dejaré en libertad a este brioso corcel...
       En su libre carrera fijará los límites de mi reino...
       Las tierras que él atraviese serán las mías...
       Y cuando vuelva será sacrificado a los dioses... (Id)
     - ¡Recibid benévolos esta ofrenda, Poderosos Señores de los Cielos! (Id).
El noble animal fue libertado, y ...
     - ¡Corre! ¡Recorre el mundo y engrandece así mi reino! (Id).
Pero el corcel nunca más volvió. Sagara en vano lo esperó.
     - Pediré consejo a los más sabios hombres de la Tierra.
       Debo averiguar qué suerte corrió el caballo que ya había sido destinado al sacrificio(Id).

     - ¡Tu caballo fue robado, Señor! No puedo decirte quien cometió tal acto, pero sí a dónde llevó tu preciado animal. (Sabio)
     - ¡Habla ya! ¡Dímelo! ¡Iré hasta el fin del mundo a buscarlo! (Rey Sagara).
     - Tu corcel, oh señor, está precisamente en el centro del mundo; hasta allí fue llevado por su raptor. (Sabio).
Sagara reunió a sus hijos...
     - ¡Debéis partir en seguida al centro del mundo! ¡Debéis ir en busca de mi caballo!
      ¡Castigad al culpable y volved con el corcel! ¡No olvidéis que ya había sido dedicado a los dioses! (Rey Sagara).
     - Volveremos pronto.
     Cumpliremos tus órdenes (Hijos del Rey Sagara).
Los príncipes llegaron a la orilla del mar.
     - ¡Adelante!
Y así...
Llegaron al fin hasta el elefante del Este, uno de los cuatro que sostienen el mundo...
Pasaron junto a los demás elefantes sagrados y a todos les ofrecieron sacrificios...
Y finalmente llegaron a su destino...
     - ¡Allí está Kurna, la Tortuga! (Príncipe).
     - ¡Y nuestro caballo! (Príncipe).
     - ¡Kurna lo robó! (Príncipe).
Los jóvenes decidieron castigar a quien suponían culpables del robo.
     - ¡Adelante! (Príncipe).
     - ¡Lamentará haberse burlado de nosotros! (Príncipe).
     '¡Vengaremos a nuestro padre afrentado! (Príncipe).
Armados de troncos y rocas avanzaron.
Kurna no pareció inmutarse.
Los príncipes quedaron convertidos en teas humanas.
     - ¡Sálvanos Padre!
     ¡AAAAAAy! (Príncipes).

Después, sólo un montón de cenizas quedó de ellos.
Kurma volvió a entregarse a la meditación , sin ocuparse más de los hijos de Sagara.
Sobre la Tierra, entre tanto...
     - ¡Hace ya mucho tiempo que partieron mis hijos al Centro de la Tierra!
     ¡Temo que hayan perecido! (Rey Sagara).
     - Yo iré en su busca, abuelo, y también en pos del corcel. (Nieto).
Y al igual que su padre y sus tíos, el joven se sumergió en el mar.
Como ellos también, pasó cerca de los elefantes sagrados, sostenes del mundo.
Y tampoco él se olvidó de ofrecer sacrificios a los divinos seres.
     - ¡Recibid benévolos estas ofrendas! (Nieto).
 Y finalmente llegó al centro mismo de la Tierra, donde mora Kurma.
     - ¡Allí está el bello corcel! (Nieto).
Entonces apareció Garuda, el Rey de los Pájaros, quien exclamó...
     - ¡Los hijos de Sagara fueron destruidos por Kurma con el Fuego Divino! (Garuda).
Y continuó...
      Permanecerán convertidos en cenizas aquí, y no podrán volar al cielo de Indra...
     Sino hasta que un río que no sea de este mundo baje a purificarlos. (Garuda).
Maravillado, el joven vio alejarse al mensajero de Vishnú.
     - Llevaré el corcel y las malas nuevas a mi abuelo. (Nieto)
Y así poco después...
     - ... Y eso fue lo que el Divino Garuda dijo (Nieto).
     - ¡Preparemos la pira para sacrificar el caballo a los dioses. (Rey Sagara).
Consumado el sacrificio..
     - ¡Dedicaré mi vida a implorar a los dioses la venida del río divino a la Tierra! (Rey Sagara).
El nieto del Rey Sagara se dirigió a un bosque en las faldas del Himalaya...
Allí se entregó a toda clase de penitencia para ganarse el favor de los dioses...
Toda su vida la dedicó al sacrificio y a la meditación.
Y a su muerte, su hijo continuó por la senda trazada por él...
     - ¡Haz que desciendan las aguas sagradas del cielo! ¡Que las almas de los hijos del Rey Sagara descansen en paz! (Bisnieto del rey Sagara).
A su muerte le sucedió a su vez su hijo, Bagiratha, en la noble misión...
     - Me entregaré a austeridades nunca antes vistas. Los dioses tendrán que apiadarse de mí y concederme la gracia que pediré. (Bagiratha).
Así fue como Bagiratha logró mover a compasión a Brahma...
     - ¡Le concederé un deseo como premio a su vida recta y virtuosa! (Brahma).
Gracias a la ayuda del Dios Creador de todo lo que existe y del terrible Siva, el asceta vio realizarse su anhelo.
Y así el Ganges bajó a la Tierra...
... Sumergiéndose luego en el mar, descendiendo al centro de la Tierra.
Sus aguas purificaron las cenizas de los hijos de Sagara...
Los jóvenes príncipes, sonrientes, se levantaron de entre las cenizas, y se dirigieron al cielo de Indra.
Cumplida su tarea, Bagiratha se retiró a las orillas del Río Sagrado.
Al poco tiempo murió , y su cuerpo se alejó, flotando en las santificantes aguas.
Desde entonces, los hindúes acuden por millares a bañarse en sus aguas purificadoras.
Pero conocedores de las virtudes del río, los dioses reclamaron a Brahma...
     - ¡Sólo en el mundo regará el Ganges sus dones! (Dioses).
     - ¡Bien! ¡Ganga morará a la vez en los cielos y en la Tierra! ¡También vosotros podréis gozar de sus gracias! (Brahma).
Desde entonces,  los dioses acuden al divino Lago Manasarovara, a practicar sus abluciones purificadoras. Ganga allí mora, y lo santifica todo.

Fuente: Joyas de la Mitología. Año VI, No 90. 15 de junio de 1968. El Nacimiento del Ganges. Editorial Novaro, México DF.

- Un añadido a la historia, que los amigos Vaishnavas (ie. Hare Krishnas) nos reclamarían si lo obviamos... Responde a las preguntas: ¿En qué/quién medita el Señor Siva? y ¿Quién perforó la conexión entre ambas esferas, celeste y terrestre?:

"A pesar del hecho de que el Señor Siva es la más grande de todas las grandes almas, mahatmas, Él mantiene en su cabeza el agua purificante del Ganges, la cual emana de un orificio de este universo material hecho por el dedo del pie del Señor Visnu. El Señor Siva está a cargo de la cualidad material de la ignorancia, y para ponerse en una posición trascendental, siempre medita en el Señor Visnu."

Fuente: Krsna. La Fuente del Placer.  Cap. 51. Krsna, el Ranchor. Pg. 363. Autor: SDG. Bhaktivedanta Swami Prabhupada.

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