LUZBY BERNAL

sábado, 17 de septiembre de 2011

El otro frente de la defensa de Israel


Publicado 15/09/2011
Opinión
Los sionistas enfrentan campos de batalla hostiles en el mundo
El otro frente de la defensa de Israel
Autor: Ilán Bajarlia, Montevideo


Si bien un buen número de las personas que habitan la aldea global identifican defensa de países con ejércitos, esto no es necesariamente así. Ya lo decía Joseph S. Nye Jr., profesor de Harvard y ex asistente de seguridad de los Estados Unidos: "El soft power -poder suave- es tan importante como el hard power -poder duro-".
Él lo define como la conjunción de la cultura, los valores políticos y la política exterior de los países. Por lo tanto, la educación, las costumbres, la música, las películas, la moral, la diplomacia y aquello "atractivo" que los caracteriza, conforman este tipo de poder inobjetablemente importante.
Quien lo utilice mejor, tendrá mejores resultados que los que tendría gracias a las armas. Y si bien Israel posee un impresionante y envidiable ejército, hoy en día falla en su poder suave.
Sin embargo, y a diferencia de una enorme cantidad de países del mundo, Israel tiene otro frente de defensa en cada uno de los continentes: el Movimiento Sionista.
La principal diferencia entre éste y Tzahal radica en que sus miembros no son israelíes de nacimiento, pero así los identifican en donde viven.
La obligatoriedad de pertenecer al mismo, además, no depende de las leyes, sino del sentido de pertenecer a una nación que ha roto con la concepción tradicional del Estado-nación, en tanto que aquí la identidad nacionalista escapa a las fronteras mismas del país, yendo también desde Uruguay a Australia tanto como desde Canadá a Inglaterra.
Tampoco son soldados ni poseen armas, pero ingresan todos los días en campos de batalla hostiles y sin saber con qué se pueden encontrar, desde universidades, diarios o partidos de fútbol a pintadas anti israelíes en las calles, bares o charlas informales con amigos.
Sus estrategias, aunque espontáneas, difieren del paradigma con el que se identifique aquél del que estemos hablando; o, lo que es lo mismo, dependerá de los valores y de las ideas subjetivas que sostengan a cada grupo o individuo que aparezca en cuestión.
Es que lejos de ser marionetas de los Gobiernos de turno de Israel, las distintas comunidades alrededor del mundo deben ser independientes, además de heterogéneas en cuanto a la diversidad de sus posturas con respecto a cómo esclarecer el conflicto israelo-palestino.
Siguiendo, si Israel se equivoca, éstos -los judíos y sionistas del mundo entero-, en condición de hijos de los mismos patriarcas y de las mismas anécdotas que han construido tanto al pueblo judío como al Estado de Israel deben actuar de su mejor espejo: de la misma manera que creemos que cuando nuestro mejor amigo está errado debemos ayudarlo a visualizar el error en vez de darle siempre y automáticamente la razón, el Movimiento Sionista se auto-fortalecerá cuando ejercite todos los días del año, y sin miedo alguno, críticas constructivas a las acciones de la Knéset, a pesar de poder ser tratados, después, de anti sionistas, traicioneros y/o de difamadores de Israel por los más

radicales nacionalistas del ya citado movimiento.
Y todos estos, es decir, quienes son los defensores acérrimos del concepto del Estado de Israel, se las verán venir en el mes de septiembre. Ya no alcanzará e implemente con decir "Israel tiene razón"; habrá que ir mucho más allá de eso.
Se deberán cubrir los huecos que sigue dejando la diplomacia israelí en el mundo entero, y deberán repensarse las maneras no solamente de cómo defenderse, en tanto que también de cómo jugar inteligentemente y de forma limpia y concreta.
Lamentablemente, las autoridades israelíes no se despertaron antes. En lugar de intentar negociar en los momentos indicados, se dedicaron a desafiar a su principal aliado, Estados Unidos, por medio de la polémica edificación en Judea y Samaria, así como a reforzar el ego de los extremistas de Shas o de Israel Beitenu.
En adición, salieron a recorrer el mundo pidiendo la no votación a favor de un Estado palestino en las fronteras anteriores al año 1967 -y encima tardíamente- en lugar de hacer lo que dijese, entre otros, Thomas L. Friedman, el periodista del New York Times: "Intentar incluir en la votación del 20 de septiembre en la Asamblea de las Naciones Unidas una reafirmación de la ya existente Resolución 181 de la ONU que establecía la existencia de un país árabe y otro judío uno al lado del otro".
En otras palabras, de votar la legitimidad de la existencia de Israel como Estado judío y democrático a la vez que la del futuro Estado palestino.
En fin, como el panorama del otro frente de defensa de Israel es tan importante y difícil como el que tiene Tzáhal todos los días del año, entonces debemos reparar en estos puntos.
Debemos estar atentos y saber que el soft power también importa.
Y además, y citando al profesor Nye, debemos ser conscientes que una buena forma de ser exitosos en nuestra misión de utilizar bien nuestro poder suave es mostrándonos tanto a nosotros mismos como al israelí promedio similares o parecidos a los demás, esto es, al ciudadano común y corriente.
Gritarle al mundo, por ejemplo, que además de que en Israel los jóvenes hacen el Ejército obligatoriamente para defenderse de los misiles y ataques de grupos terroristas que enmarcan sus fronteras, también protestan por mayor justicia social; o que poseen el número de voluntarios per cápita más elevado del mundo
Si queremos mejorar la imagen de Israel en momentos críticos como los que se avecinan, deberemos utilizar toda nuestra habilidad tanto para atraer como para generar más confianza y credibilidad en los demás.
Generando simpatía, además de una positiva atracción hacia la sociedad uruguaya en su conjunto -y, por ejemplo, alianzas entre ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) nuestras y de otras minorías que radican y activan en nuestro país-, sería lo mismo que estar hablándoles de igual a igual, y resultaría en una importante ventaja a la probable crisis que se nos avecinará, acá también, dentro de tan solamente unos días.






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