LUZBY BERNAL

viernes, 18 de noviembre de 2011

El retiro nazi bajo el sol

Publicado 17/11/2011
Mundo Judío
El retiro nazi bajo el sol
Autor: María José Arévalo Gutiérrez, España








La hospitalidad y ayuda que
recibieron de Franco los centenares de agentes y criminales nazis refugiados en España convirtió
las costas y ciudades españolas en uno de los
territorios más seguros para no caer en las garras
de los aliados. España ha sido durante más
de cinco décadas el santuario para los fósiles
del Tercer
Reich que recibieron arropo en las costas
españolas.
La mayoría de ellos fallecieron en los años
'´80 y '´90 aunque no se descarta la posibilidad que exista algún
superviviente de baja graduación refugiado tratando de evitar un
juicio por los crímenes cometidos durante la Shoá.
Aun así hay que destacar, que existen muchos datos cruzados sobre
las fechas de defunción y lugar de residencia de muchos de estos
personajes. Entre los asesinos ocultos en el litoral encontramos a
Martin Borman (foto), asesor primero y fundamental del Führer.
Testigo de su boda en el año 1929 fue el mismísimo Hitler,
convirtiéndose cuatro años más tarde en el secretario personal
de Rudolf Hess y Reichsleiter en el Partido Nazi. Como jefe de la
Cancillería del partido, administraba el “Fondo de Dotación de la
Industria Alemana”, procedente de aportaciones voluntarias
realizadas por exitosos empresarios simpatizantes de Hitler.
Su antisemitismo lo llevó a firmar los documentos que deportaron
a los judíos a los campos de exterminios en Polonia. En octubre
de 1942 firmó un decreto, donde se expresaba que “la eliminación permanente de los judíos en Alemania no iba a ser llevada a cabo
en los campos especiales del Este”. En las últimas semanas de la
guerra, Borman se encontraba en el Führerbunker en Berlín.
Firmó el testamento político de Hitler y fue testigo del enlace entre
el Führer y Eva Braun, nombrándolo éste “el miembro más leal
del partido”. Su muerte quedó poco clara, ya que algunos
afirmaron haber visto el cuerpo de Borman en Berlín el 1º de
mayo de 1945, durante el abandono del bunker. La evidencia
presentada en el Juicio de Nüremberg demostró su implicación
en las deportaciones masivas de holandeses judíos a Auschwitz.
Testigos afirman que estuvo viviendo en Denia (Alicante) en
una urbanización de lujo al igual que Johannes Bernhardt, al
que Franco le obsequió con una villa en agradecimiento por el
gesto llevado a cabo que permitió el encuentro con Hitler. Así
mismo, Bernhardt creó la empresa fantasma Sociedad
Hispano-Marroquí de Transportes en el año 1936 en Tetuán
(Marruecos) que era controlada por el Partido Nazi con el fin
de ser utilizada como tapadera del tráfico de armas para el
bando franquista al comienzo de la Guerra Civil española. En 1936, Bernhardt viaja a Berlín para comunicarle a Hitler la petición de
Franco de ayuda militar para la Guerra Civil que estaba
comenzando en España. El Führer aceptó la solicitud del general
español y tras
dos días se iniciaron las relaciones comerciales entre ambos países.
El pago de todo el armamento se haría mediante alimentos, cereales, materias primas incluyendo minerales que pudiesen satisfacer a
Alemania. Para ello, se formalizaron dos sociedades que harían
de fondo jurídico-comercial a la operación. La empresa española se denominaba Hisma y la alemana Rowak.

Más nazis en la costa levantina

Otro ejemplo de refugiado en la costa levantina es Anton Galler,
responsable de una matanza en Italia, afincado en esta localidad
con su esposa Elfe. que se encuentran en la actualidad enterrados
en el cementerio de Denia. Nadie sospechó que aquel jubilado
austríaco de carácter afable y educado, que vivía en el número
45 de la calle Partida Florida, había vestido en su juventud el
uniforme de las SS y dirigido como comandante el batallón que
protagonizó durante la ocupación italiana, en 1944, la masacre
en el pueblo de Sant'Anna en la que murieron 400 civiles, en su
mayoría mujeres y niños.
Otro, Wolfgang Jugler, eligió como residencia una urbanización
de Marbella (Málaga), “Es un monumento a Hitler, todo está
empapelado con sus fotos, hay cuadros de él con enormes marcos
de oro”, estas fueron las declaraciones de un agente de seguros
que tuvo que visitar el inmueble para formalizar un seguro.
Paradójicamente, Jugler compró la vivienda a un judío. Fue
comandante de la Compañía Leibstandarte SS, el cuerpo mimado
del Führer, falleciendo en octubre de 2011.
Otto Skorzeny, ex coronel de las SS, el hombre que en 1943 liberó
a Mussolini en el Gran Sasso, también vivió en Denia antes de
residir en Madrid. Nacido en Austria en una familia de posible
ascendencia polaca, simpatiza con el nazismo y al estallar la
Segunda Guerra Mundial en 19´39, se ofrece como piloto a la
Luftwaffe, pero es rechazado por tener 30 años. Como mide
1.90 le proponen para las Waffen SS dentro de la guardia
personal de Hitler. Participó en las campañas de Francia,
Holanda y los Balcanes, para ser posteriormente destinado
a los Servicios de Inteligencia y al entrenamiento de comandos.
Hitler lo selecciona para participar en el rescate de Mussolini,
que había sido depuesto en Italia y encerrado en un lugar
desconocido.
Cuando la derrota alemana era inevitable comenzó a entrenar
una red de fuerzas de resistencia en caso de ocupación, los
Werwölfe, pero en vista de que no disponía de equipo ni hombres
suficientes se supone que desvió los efectivos para organizar
la huida de nazis hacia España y Argentina.
Un nombre fundamental a recordar es el de León Degrelle,
general de la Waffen SS y líder del movimiento nazi en Bélgica
durante la


Guerra. En su hoja de servicios se le atribuyen 70 encuentros cuerpo a cuerpos victoriosos. Degrelle se convirtió en uno de los generales más jóvenes del Tercer Reich. De él diría Hitler: “Si alguna vez tengo un hijo, me gustaría que fuese como León Degrelle”. Su llegada a España se produjo en 1945, escapando de la condena a muerte dictada contra él en Bélgica. El general SS se estrelló con su avioneta en la playa de La Concha (en San Sebastián), siendo inmediatamente acogido por el 
Gobierno franquista. En la época de Franco el mismísimo
Blas Piñar reconoció que su Gobierno protegió explícitamente
a Degrelle: “Autoricé la escritura de adopción -confiesa el 
líder de Fuerza Nueva- en virtud de la cual pasaba a ser León
Degrelle, hijo adoptivo de una señora andaluza y por consiguiente
cambió de apellidos”. La nueva identidad que el Gobierno franquista
obsequió al general nazi fue la de León José de Rodríguez Reina.
Y bajo esta identidad vivió en Marbella (Málaga) hasta su muerte, 
que se produjo el 31 de marzo de 1994. 
El “Doctor Muerte” se alojó en la
Costa Brava
Aribert Heim fue un médico nazi austríaco, también conocido
como “Doctor Muerte” de las Schutzstaffel en el campo de
concentración de Mauthausen Gusen. Se le acusó de crímenes
contra la humanidad al haber utilizado el método de inyecciones
directas de compuestos tóxicos en los corazones de sus víctimas.
Se ocultó en los distintos escondites que había mantenido en la
costa mediterránea española. La guarida del monstruo más
duradera, según los investigadores que le siguieron la pista,
fue en la Costa Brava, cerca de Roses, en la urbanización de
Empuriabrava, donde una colonia de jubilados alemanes,
muchos con pasado nazi, le podría haber servido como
cobertura. La Policía sospechó en su momento que, al saberse
localizado, abandono la zona de Roses en yate para recalar
en el área de Marbella (en Málaga).
Otro dos refugiados que vivieron durante años en Benalmádena
(también Málaga) como encubridores de Heim, fueron el
alemán Herbert Schaefer, cuyo pasado nazi trascendió después
de que uno de los cuadros de su colección expuesto en la
Universidad de Yale fuera reclamado por un superviviente
del Holocausto, y el austríaco Theodor Soucek, que refundó
de forma clandestina el Partido Nazi en Austria y fue condenado
a muerte por ayudar a antiguos SS a huir a España y
Latinoamérica en 1948.
Otro jerarca nazi, Frederick Jensen pasó el resto de sus días en
Marbella. Responsable de la muerte de al menos 762 judíos,
el joven oficial fue condecorado por el mismísimo Hitler. Tras
finalizada la guerra, pasó diez años en la cárcel y luego se
convirtió en un próspero industrial en Suecia. En los '´70 se
compró, junto a su esposa Karim, un chalé de 800 metros
cuadrados en la Costa del Sol. Gracias a las presiones de la
Interpol, que continuaba buscándolo, en 1994 fue detenido y
deportado a los Estados Unidos, aunque el proceso acabó de
nuevo con él en Andalucía.
Fredericke von Freienfels pasó a ser el doctor Luis Gurruchaga
Iturria cuando se refugió en Chipióna (Cádiz). Con
documentación falsa, milagro de la burocracia española, a
su alcance en un régimen permisivo, fueron aparcando de
incógnito. La mayoría de los nazis refugiados escogieron
Zahara de los Atunes (en Cádiz); sin embargo, el doctor
Gurruchaga escogió Chipióna. Era un genio de la medicina
que curaba a desahuciados y recomponía miembros afectados.
Alcanzo una rápida popularidad entre los lugareños por
su enorme carisma y profesionalidad. Atlético de complexión
y fácil sonrisa, emanaba confianza y cordialidad. Nadie sentía
curiosidad por el pasado que Luis se cuidaba de camuflar
cuando era el doctor F. von Freienfels, distinguido miembro
de las S.S., actuando en campos de exterminio como Dachau,
Mauthausen o Auschwitz, donde llevaban a cabo atroces
experimentos, sobre todo con prisioneros judíos y rusos.
Entre sus barbaridades más conocidas se contaba el gaseado de
un tren repleto de judíos con destino a un campo de exterminio.
Luis tenía órdenes de conducir a los prisioneros a su trágico final.
Pero él optó
por adelantar el inevitable Holocausto, a sabiendas de lo que
les esperaba al final del trayecto, así que confinó a los
condenados en los vagones repletos en los que ordenó insuflar
el gas.

Franco los protegió después de la Guerra
Muchos militares nazis decidieron quedarse en España, disfrutando
de la protección de Franco tras la guerra.
En marzo del año 1997 el diario El País localizaba, en el Archivo
General del Ministerio de Asuntos Exteriores, un informe remitido
en 1945 al Gobierno franquista por los Servicios Secretos aliados,
en el que se adjuntaba una “Lista de repatriación” con los nombres
de 104 oficiales nazis que vivirían ocultos en España. Muchos de esos nombres, como el de Hans Juretshke, llegaron a ocupar cargos de responsabilidad en instituciones españolas (en su caso catedrático
emérito y director del Departamento Alemán de la Universidad
Complutense). Otros nombres de la lista, como el Dr. Franz
Liesau Zacharias, habrían trabajado para el Reich obteniendo
animales para la experimentación de armas bacteorológicas
nazis. De no ser porque falleció en Madrid a finales de 1992,
podríamos haberlo tomado por uno de los SS que realizó
experimentos en los sótanos de la marquesa Ruiz de Lihory.
Pero la lista de nombres publicada por El País está muy
incompleta.
Ello es debido a que después de 1945 siguieron asentándose
en España muchos jerarcas nazis, que permanecerían durante
el resto de sus días en nuestro país.


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