LUZBY BERNAL

sábado, 10 de diciembre de 2011

Los milagros existen

Publicado 08/12/2011
Opinión
Los milagros existen

Autor: José Danor



Estábamos convencidos que el único cometido para el que fue fundado el Consejo de Derechos Humanos dependiente de la ONU y que funciona en Suiza, es el de condenar a Israel como lo hizo decenas de veces.
La institución funciona desde el año 2006 cuando inició su actividad en reemplazo de una antigua agencia de la ONU que no cumplía su cometido.
Desde entonces, del total de unas cuarenta declaraciones de condena contra determinados países, más de 30 fueron dirigidas hacia Israel. Sucesos en sitios como Sudán, Somalia, Libia y Egipto permanecieron casi siempre fuera del lente del Consejo.
La mayoría automática que poseen las naciones islámicas en la institución, provoca que en forma constante se ocupe de las violaciones de derechos humanos de minorías islámicas en países occidentales, por ejemplo. La discriminación, muchas veces acompañada de violencia contra ciudadanos cristianos que residen en países islámicos no merece una consideración. Menos aún cuando la persecución se da contra comunidades judías que apenas sobreviven en dichos países.
Basta recordar que semanas atrás hubo un verdadero pogrom contra cristianos coptos en Egipto lo que no encontró eco ni en el Consejo ni en otros organismos internacionales cuyo cometido es proteger a las minorías por lo menos en forma teórica.
Sobre lo que sucede en Irán con los opositores y las mujeres, ni una palabra.
Cuando ya estábamos convencidos que el régimen sanguinario encabezado por Bashar Assad salió impune a pesar de las barbaridades que comete, ocurrió el milagro. El Consejo, vaya a saber por que razón, recordó el cometido para el que fue creado y emitió una dura condena:
Expresa el texto de la misma:
Condenamos en forma enérgica, las violaciones continuas y generalizadas, graves y sistemáticas de los derechos humanos y las libertades fundamentales por las autoridades sirias así como las ejecuciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza y el sacrificio y la persecución de los manifestantes, defensores de los derechos humanos y periodistas, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, tortura y malos tratos, incluso de niños;
. Los ataques contra civiles en ciudades y pueblos de todo el país, su carácter repetitivo, los niveles de fuerza excesiva empleada constantemente por las unidades de las fuerzas sirias, fuerzas armadas y de seguridad diversos. Condena la naturaleza coordinada de estos ataques y el hecho de que fueron llevados a cabo bajo las órdenes de las autoridades, incluyendo oficiales de alto rango militar;
. Las amplias violaciones de los derechos del niño cometidos por las autoridades sirias, incluido el asesinato de niños durante las manifestaciones y la práctica generalizada de detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos;
. La violencia sexual contra civiles por parte de las fuerzas armadas y de seguridad, en particular contra los detenidos de sexo masculino y los niños;
. La obstrucción y denegación de asistencia médica a los heridos y enfermos. Los ataques y el hostigamiento a los manifestantes que resultaron heridos en los hospitales públicos y privados;
Insta al Gobierno de la República Árabe Siria a cumplir con su responsabilidad de proteger a su población, a poner fin inmediatamente a todas las violaciones de los derechos humanos, a detener los ataques contra la población civil y cumplir plenamente con sus obligaciones bajo el derecho internacional de los derechos humanos; pide un fin inmediato de la violencia en el país;
También insta al Gobierno de la República Árabe Siria, sin demora, que ponga inmediatamente en libertad a todos los presos de conciencia y las personas detenidas arbitrariamente y permita el acceso de observadores internacionales independientes a todos los lugares de detención.
Exhorta a iniciar una investigación pronta, independiente e imparcial, de conformidad con las normas internacionales para poner fin a la impunidad, garantizar la rendición de cuentas y llevar a los perpetradores ante la justicia;
. Suspensión de los militares y de las fuerzas de seguridad a todos los presuntos autores
de graves violaciones de los derechos humanos;
. Establecer un mecanismo para investigar los casos de desapariciones al permitir la participación de los familiares de los desaparecidos para informar los detalles de sus casos, y garantizar una investigación adecuada;
. Garantizar el libre acceso a la atención médica sin discriminación ni control y no intervenir en los hospitales para detener o secuestrar a los manifestantes heridos;
. Permitir a los medios de comunicación independientes e internacionales operar en la República Árabe Siria sin restricciones indebidas, hostigamiento o intimidación, para acceder al acceso a Internet y la red de telecomunicaciones, y el levantamiento de la censura en la presentación de informes;
. Respetar a los defensores de los derechos humanos y asegurar que no se tomen represalias contra las personas que han cooperado con la comisión de investigación;
. Garantizar el acceso oportuno y sin trabas a los agentes humanitarios y el paso seguro de los suministros humanitarios y médicos en el país;
. Facilitar el retorno voluntario de refugiados sirios y los desplazados internos;
El texto sigue pero creemos que lo trascripto es suficiente para que el lector comprenda la gravedad de los sucesos. En primer lugar es imprescindible dejar constancia: la condena llega 4.000 muertos tarde (entre ellos más de 300 niños) y miles de heridos que, en muchos casos, como lo dice el Consejo, no reciben atención médica adecuada.
Otro punto que conviene destacar, es el hecho que también antes del inicio de la rebelión interna que exige la renuncia de Assad y sus cómplices, la situación en Siria no era mejor. Desapariciones, torturas y demás excesos de poder eran una moneda corriente para el régimen que desconoce por completo los derechos elementales de la ciudadanía.
Siria es de los pocos países que dio refugio a organizaciones terroristas palestinas que otras naciones árabes prefirieron expulsar de sus territorios. Junto con eso desde siempre permite el pasaje de armamento de todo tipo que Irán transfiere a Hezbollah en el Líbano, violando las resoluciones del Consejo de Seguridad.
Recordamos que el Gobierno de Estados Unidos dejó vacante el cargo de embajador de Damasco en protesta por la situación y por las constantes amenazas a que estaban sometidos los diplomáticos. Representantes de otros países occidentales que quisieron seguir de cerca los acontecimientos para defender a la población desprotegida fueron reprimidos por agentes del régimen.
Resulta positivo, pues, que el Consejo de Derechos Humanos, después de ver que la condena al régimen de Gaddafi no le provocó a ninguno de sus miembros un problema de conciencia, entendió que le llegó el turno al protagonista de otra barbarie contra su propio pueblo como es Bashar Assad.
Ahora, tanto el Consejo de Derechos Humanos como la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU, saben con certeza que no tienen por delante a un defensor de la democracia, como creyeron a lo largo de mucho tiempo. Es que, si nos atenemos a la casi permanente defensa de su régimen, se podía pensar que Assad era poco menos que el candidato a un premio por su respeto a los derechos humanos.
No tenemos ilusiones. Mañana, cuando la oposición siria consiga su objetivo o acaso el déspota resulte vencedor, el Consejo volverá a reunirse para, sin que a ningún representante se le mueva un pelo, condenar nuevamente a Israel.
Hasta que eso llegue y para que nadie piense que Oriente Medio es un sitio aburrido, Assad no solamente tiene tiempo para continuar con los asesinatos, más de cuarenta en días recientes: por orden suya el Ejército Sirio lanzó misiles de largo alcance en una demostración de poderío y como para reforzar su amenaza de atacar a Israel si alguien, como la OTAN, por ejemplo, se atreve a hacerlo como lo hizo en Libia.
Pero como la amenaza esta dirigida directamente contra Israel, no es un asunto que preocupa al Consejo. Para eso se requiere otro milagro.

No hay comentarios: