LUZBY BERNAL

domingo, 5 de febrero de 2012

LA CURACION DEL ESPIRITU



LA CURACION DEL ESPIRITU
Al ir en pos de la curación, la gente suele desearla en cuanto se refiere al cuerpo físico. No obstante, los maestros de curación enseñan que cuando te apegues a la materia vas a encontrarte con que es un recipiente vacío, y a menos que éste lo prendas con la llama de tu corazón, no podrá ocasionar la total curación espiritual que precisas.

Por consiguiente, no es conveniente quedarse satisfecho únicamente con la curación física. Tu alma necesita curación más allá del cuerpo. Deberías dirigir tu atención hacia la curación del alma y del espíritu en el momento en que te presentes ante el maestro de la curación y le sometas tus peticiones para sanar.


En cuanto cures una parte de tu alma, todo cambiará por fuera. Así que ésta debería ser la primera oración que ofrecieras y la primera curación que tendrías que desear.


CURAR EL NUCLEO DE LA CAUSA
ese a que la ciencia médica puede proporcionar curación, lo cierto es que el mundo científico no conoce ni las causas ni los remedios para la mayoría de enfermedades. La medicina moderna se vale de medicamentos a fin de aliviar los síntomas de la enfermedad, pero la mayor parte de la gente nunca recibe curación del núcleo de la dolencia, el cual arrastra a nivel vibratorio dentro y alrededor de su espíritu.

En realidad, el espíritu es el que rige la salud. Si se encuentra taciturno, el cuerpo seguirá esa pauta. Además, el espíritu taciturno magnetizará otros espíritus en el mismo estado, lo cual reforzará ese debilitamiento de la persona hasta el punto en que verá aparecer un ejército de enfermedades físicas.


Es difícil tratar las dolencias del alma. De hecho, es imposible administrarles algún tratamiento. Pero si no se hace, pueden llegar a tornarse una plaga en la vida de alguien. A la postre, el único recurso será el exorcismo de Jesucristo o sus santos.


Si, por ejemplo, una persona arrastra desde vidas anteriores un espíritu de rabia o enojo, debe neutralizar invocando el poder de Jesucristo para que acuda a su templo y ate y arroje ese espíritu.
Feliz es el hombre que alberga un espíritu perpetuo de alegría, ya que este se asemeja al sol que brilla en su cenit. Conocerá la salud, la alegría y la prosperidad, y atraerá hacia sí __y por siempre albergará__ espíritus de alegría.


El núcleo del estado en que se encuentra tu espíritu se concentra en el cuerpo etérico y determina la vibración de tu salud, al tiempo que se erige en el manantial de tu vida. Constituye el material primigenio con el que has de trabajar para curar tus cuatros cuerpos inferiores. No eres tan sólo el cuerpo físico, y si deseas brindarle verdadera curación, debes curar el etérico, el mental y el de deseo, todos los cuales dejan una huella en el físico.


El apóstol Pablo nos ofrece la clave para que cada hombre pueda establecer armonía perpetua en su espíritu y, por ende, en su circunstancia nuclear:

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen humor; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, es esto pensad”.

Estas son las palabras de la vida eterna que brotan de la fuente del ser de cada cual. Pablo nos enseña que al mantener una actitud mental y emocional perpetuamente positiva podemos hacernos íntegros por medio del Espíritu de la armonía del Señor. No existe mejor medicina que ésta.
AMADO MAESTRO HILARION

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