Omraam M. Aivanhov ~ Sed los dueños de vuestra felicidad.
¿Por qué es tan dificil la felicidad? Porque la esperamos.
Observaos
y veréis: esperáis encontrar el gran amor, esperáis encontrar el éxito,
esperáis la fortuna, la gloria, y si no vienen, os sentís desgraciados.
Algunos incluso van a consultar a clarividentes, a astrólogos que les
dicen: "Pues si, el amor vendrá, el éxito llegará. Dentro de seis meses,
de un año, cuando tenga lugar determinado tránsito de planetas, o tal
conjunción, ya veréis, todo cambiará". Y de este modo, se tranquilizan,
recobran la esperanza y siguen aguardando.
Pues bien, la
felicidad no es algo que dependa del exterior. La felicidad es un estado
de conciencia que depende de nuestra correcta comprensión de las cosas.
No hay que imaginarse que hemos venido a la tierra para vivir rodeados
de facilidades, de placeres, y en la abundancia.
Hemos venido a
la tierra para aprender y para perfeccionarnos. Pero, ¿cómo
perfeccionarnos sin tener cada día nuevos problemas que resolver? Es
necesario que esto quede bien claro: la tierra es una escuela y, como en
todas las escuelas, tan sólo aquellos que aprenden y progresan pueden
ser felices. Así pues, no esperéis que la felicidad os llegue del
exterior bajo la forma de encuentros o de condiciones favorables. La
felicidad real, definitiva, sólo puede venir de nosotros mismos, de
nuestra manera de considerar las cosas.
Haced una comprobación:
interrogad a las personas que poseen algunas de las ventajas materiales
con las que vosotros tanto soñáis, y os confesarán que no son tan
felices. Y si lo son, se debe a que ya poseen en su corazón y en su
alma, elementos que les permiten apreciar su situación, y por lo tanto
se sentirían igualmente felices en situaciones no tan envidiables. Por
otra parte, muchas veces hemos podido constatar que no todos aquellos
que se encuentran en una misma situación, reaccionan de la misma forma.
Tomemos
un ejemplo totalmente banal de la vida cotidiana: un embotellamiento.
Observad la reacción de los automovilistas: uno se pone nervioso, toca
el claxon e injuria a sus vecinos; otro, lee el periódico o escucha la
radio; otro, charla con su acompañante, o la abraza si es su amada.
Por
último, otro -aunque mucho más raro- aprovecha este momento de espera
para relajarse, armonizarse, concentrarse en sí mismo, unirse al Cielo y
proyectar su amor y su luz a todos los seres de la tierra.
Lo
mismo ocurre en la mayoría de las circunstancias de la vida. Es, pues,
en nuestra cabeza donde hay que hacer los reajustes... Nuestro
pensamiento es el que actúa sobre nuestros estados de conciencia. Con un
buen razonamiento, con una buena filosofia, podemos llegar a ser los
dueños de nuestra felicidad. Y así, mientras los demás se enfadan,
consumen y corrompen a cuantos están a su alrededor, vosotros, por el
contrario, os fortalecéis, os enriquecéis y gracias a vuestras
experiencias podréis después ayudar a los que os rodean con vuestros
consejos, con vuestra actitud, con vuestra irradiación, e incluso, a
veces, con vuestra sola presencia: con la fuerza, la luz y la paz que
emanarán de vosotros.
Que quede pues muy claro: no esperéis pasivamente que la felicidad os llegue del exterior.
Por
el contrario, sois vosotros los que debéis actuar y aplicar los métodos
que os permitirán transformar las penas en alegrías, los fracasos en
éxitos.
Omraam Mikhaël Aïvanhov - EL DEBER de SER FELIZ
Pag. Anterior: Omraam M. Aivanhov - Enseñar a los padres primero.
http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar/index.php?ndx=1453
Pag. Siguiente: Omraam M. Aivanhov - Las pruebas de la vida: Un reto que debemos aceptar.
http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar/index.php?ndx=2466
No hay comentarios:
Publicar un comentario