LUZBY BERNAL

jueves, 9 de febrero de 2012

PARASHA SEMANAL ITRO

Itró(Éxodo 18-20)

Itró

Esta parashá histórica y tan especial, sin decir que otras son menos especiales, nos transforma a través de la entrega de la Torá Hakedoshá, en el pueblo elegido de Hashem.
Matán Torá es el regalo más grande que Dios le dio a la humanidad (al pueblo de Israel específicamente). La Torá son los planos del mundo, el propósito del mismo y la guía para vivir la vida como debe ser.
Nos narra la parashá que Moshé Rabeinu se puso a juzgar al pueblo de Israel “al día siguiente” (Éxodo 18:13) y nos dice Rashi: el día siguiente de Iom Kipur. Este fue el primer Iom Kipur que el pueblo de Israel cuidó. Entonces, ¿por qué precisamente juzgó a los hombres un día después del día sagrado?
De aquí vemos que Hashem perdona solamente los pecados entre los hombres y Él, más los pecados entre los mismos hombres no. Por esta razón, Moshé empezó a juzgar los pecados de los hombres para enmendar sus diferencias.
Su suegro Itró le dice: No podrás con tal tarea, junta hombres de verdad, anshei jail, anshei emet (Éxodo 18:21) y ellos te ayudarán a llevar a cabo la enorme tarea. Dice Rashi: Anshei emet; Son hombres de palabra en los cuales se puede confiar y no caen en favoritismos.
El Rambam dice: Anshei jail; Son ricos y poderosos, que no se dejan influenciar por fuero o situaciones.
El Rambán dice: Anshei jail; Hombres propicios para dirigir un pueblo grande, que aman la verdad y odian la mentira.
* * *
Mi abuela Deboire Alkon Z”L, de bendita memoria, nació en un pueblo llamado Krinek, donde en ocasiones era Polonia, a veces Rusia, y otras era Lituania. Esto dependía del poder de cada gobierno al mando.
La vecina de mi abuela, Shulamit Katz, una mujer joven y con 7 hijos, quedó viuda ese verano y la tragedia invadió a aquella familia, que no sólo se quedó sin padre, sino también sin parnasá (sustento), sin comida y sin vestimentas.
El gobierno ruso que dominaba en esa época el pequeño pueblito, ordenó toque de queda, con pena de muerte a aquella persona que fuera encontrada en la calle después de las 6:00 PM.
Shulamit había conseguido trabajo en la tienda de uniformes militares con un primo y de esta manera lograba mantener a sus hijos huérfanos.
Sucedió un 31 de Diciembre, que los soldados rusos habían recibido sus aguinaldos y aprovechaban para comprar todo tipo de bienes para el nuevo año, así como nuevos uniformes. La venta en la tienda donde trabajaba Shulamit era excelente aquel día. Faltaban escasos 15 minutos para la 6:00 PM y los soldados aún hacían cola para pagar sus uniformes. Ella no olvidaba el toque de queda y sabía que debía salir de ahí máximo en 7 minutos para correr a casa.
El reloj volaba, los minutos transcurrían demasiado rápido y Shulamit salió corriendo a casa a las 5:55 PM. Corrió con todas sus fuerzas, pidiéndole a Dios que no ocurriera nada malo. Finalmente metió su llave al portón y abrió, pero sintió una mano fría en su hombro y una voz que decía 6:02 PM, estás arrestada.
Shulamit fue llevada a la comisaría. A través de la ventana de su casa pudo ver a sus hijos llorando en desesperanza. La comisión que juzgaba estos sucesos se llamaba irónicamente “Comisión de Justicia y Verdad”, y sus miembros presumían ser hombres de verdad, correctos e incorruptos.
Esto causó una enorme conmoción en la pequeña comunidad judía del Krinek (frontera entre Lituania y Polonia), pues tan solo tenían 2 días para conseguir un abogado y sabían que nadie se había salvado del paredón en una situación así.
El Rav Jizkiyahu Iosef Mishkovski ZT’’L (Krinker Rov), mandó llamar de Vilna a un prestigioso abogado Iehudí, que era famoso por su ingenio.
La cita con la muerte (nadie se salvaba) estaba pactada a las 8:00 AM y el tribunal era estrictamente puntual. Todos estaban ahí, los 7 huérfanos y una comunidad de tan solo 250 almas, pero unidas en un solo corazón y una sola Tefilá: “¡Hashem, salva a Shulamit!”.
El reloj marcó las 8:00 AM y se dio inicio al juicio, pues los rusos eran muy justos, no asesinaban a nadie sin oír una defensa antes. Mas el abogado de Vilna no llegaba. 8:20 AM y nada. Fue entonces cuando el juez a cargo dijo: ¿Que acaso no les importa la vida de una viuda con 7 hijos? ¿No la van a defender?
A las 8:30 AM cuando el juez iba a dar el martillazo con el veredicto fatal, entró el abogado de Vilna y dijo: “Vengo a defender a la acusada, su Señoría”. El juez le respondió: “La cita era a las 8:00 y son las 8:30, ya es muy tarde”. El abogado Iehudí le dijo: “No su Señoría, su reloj está mal, son las 8:00 en punto”. “No abogado, son las 8:30, su reloj es el que está mal”.
El abogado respondió: “Su Exelencia, eso fue precisamente lo que ocurrió aquel día con la acusada, su reloj estaba mal. Ella jamás habría expuesto su vida de otra manera arriesgándose a dejar 7 niños huérfanos de padre y madre. Ustedes son hombres de verdad y justicia, perdónenla, fue sólo un accidente”.
La sala del Juicio quedó en silencio total por unos minutos, y finalmente el juez a cargo dijo: Cualquier otra historia, no la hubiéramos aceptado, pero esta historia es demasiado factible como para no creerse. Shulamit queda en libertad absoluta.
Fue el único suceso en el que alguien se salvó de la pena capital Rusa, y al poco tiempo Polonia reconquistó ese territorio.
Mi abuela me decía: “De aquí aprende que la verdad está solo en el pueblo de Israel, y cuando mi reloj marca una hora, el reloj del vecino puede marcar una hora diferente”.
Siempre es característico entre los Iehudim decir la verdad, ser hombres de justicia y odiar la mentira.


 http://www.aishlatino.com/tp/a/ms/114270764.html

No hay comentarios: