Templos sagrados. Parte I
Hemos aludido a la
importancia de sanar el cuerpo físico y de limpiar la toxicidad y las
formas de pensamiento bloqueado que habéis mantenido en vosotros. Sabed
que vuestra aceleración hacia las frecuencias más altas se determinará,
en gran parte, por vuestra capacidad de liberar el exceso de energía
atrapada en el cuerpo, lo que experimentáis en forma de enfermedad,
malestar, disgustos emocionales y, muy específicamente, en erupciones en
el estómago, el aparato respiratorio y la piel.
La culminación
de la Era de Piscis ha aportado una mayor comprensión de los verdaderos
significados del bien-estar y el mal-estar, por cuanto muchos de
vosotros estáis recurriendo a métodos más holísticos cuando os planteáis
la curación de lo físico.
Observamos que un número cada vez
mayor de vosotros ha entendido que es esencial crear un estado mental y
un equilibrio emocional adecuados para que la enfermedad y la falta de
armonía no encuentren, en ningún aspecto, un terreno fértil donde tomar
forma. Así como estáis aprendiendo a reconocer la forma física como un
producto del cuerpo etéreo, también estáis desarrollando el conocimiento
necesario para trabajar con el cuerpo mental y emocional a fin de
evitar que la discordia se materialice en forma de enfermedad, y estáis
utilizando, una vez más (como en Atlántida, el Tíbet y Egipto), las
ondas vibratorias de luz y sonido para armonizar el cuerpo
electromagnético.
Una vez que aceptéis sin reservas que toda la
creación se materializa a partir del pensamiento consciente, os
moveréis a un nivel aún más elevado, donde ya no será necesario el
proceso de curación que estáis redescubriendo hoy, donde usar el poder
mental del individuo con miras a la armonía personal y planetaria será
tan simple como tocar un diapasón para generar sonido.
Esto es de
suma importancia, si es que deseáis permanecer en el cuerpo mientras
Gaia se prepara para la ascensión planetaria completa, ya que los
bloqueos de energía retenidos en cualquier capa del ser os impedirán
realizar la travesía. Dicho en palabras simples: aquellos que
experimenten interrupciones de energía y defectos de funcionamiento en
sus meridianos bioeléctricos serán incapaces de soportar los enormes
cambios de energía y la intensificación de la luz fotónica que
actualmente están entrando en juego a medida que Gaia se coloca en el
centro de atención de la galaxia.
...
Al igual que Júpiter, el
sistema solar entero está experimentando actualmente una afinación
cósmica, y en este momento estamos observando la apertura explosiva de
un número impresionante de seres humanos. Tened presente que cada unidad
será responsable de su propia evolución, pues ésa es la decisión del
libre albedrío de cada individuo. Muchos elegirán marcharse, pues no
están dispuestos a dejar las adicciones del mundo de los sentidos, y así
tiene que ser, pues es parte del proceso natural. Aquellos de vosotros
que sí deseáis remontar las grandes olas del cambio, en este momento
tenéis que emprender conscientemente la labor alquímica de la
metamorfosis, que muchos conocen como «La Gran Obra» o el despertar del
cuerpo de luz.
Nos hemos referido brevemente a vuestra comida,
pero ahora deseamos elaborar un planteamiento específico para que
cambiéis vuestra alimentación con miras a facilitar la transmutación o
reacción alquímica en vuestro cuerpo físico.
Está claro que si es luz lo que deseáis crear en vuestra forma, ¿qué mejor fuente que las plantas?
Ellas
son los pulmones de Gaia, y como fuente alimenticia no sólo suministran
oxígeno al sistema, sino que llevan luz hasta las células.
Sabed
que cada célula de vuestro cuerpo es activada por la luz; similar a una
batería eléctrica en miniatura, con sus polos norte y sur, cada célula
contiene el espectro completo del arco iris, igual que el espectro de
colores de vuestros chakras primarios que habéis conocido. Esta es una
clave importante para entender la importancia del axioma «eres lo que
comes» como un compromiso con el alma en su travesía ascendente.
Ésta
es la magia alquímica que sólo han llegado a comprender los más grandes
adeptos a lo largo del tiempo terrestre; ahora sacamos a la luz la
fórmula primordial para el despertar del cuerpo de luz, aunque la
información siempre ha estado a vuestro alcance, delante de vuestras
narices colectivas. Entendéis que las plantas captan la luz en las hojas
a través del proceso de la fotosíntesis; la ingestión de frutas y
verduras crudas lleva la luz a través del sistema digestivo y, muy
significativamente, a través de la oscuridad del intestino, y reaccionan
en vuestra constitución celular como portadoras de luz que restituyen
el Ka, o fuerza vital, en vosotros.
Vuestras culturas
industrialmente más avanzadas han entendido muy mal el significado
espiritual de la comida, la cual se usa comúnmente para la estética, el
placer, la gratificación emocional y el hábito. La clave, aquí, reside
en comprender que la comida también debe consumirse para reabastecer las
frecuencias de luz que necesitan las unidades celulares de vuestro
cuerpo.
Vuestra fuente de vida, vuestra energía, es la luz que
entra al cuerpo a través de la piel, los ojos y, lo que es aún más
importante, de vuestra fuente alimenticia. Puesto que os habéis
distanciado más de la tierra a causa de vuestra tecnología y
comercialización, habéis abandonado y olvidado el verdadero significado
de la nutrición proveniente de la comida, la cual tiene que alimentar no
sólo el yo físico, sino también el yo espiritual.
En cuanto a
vuestro planteamiento y entendimiento de los alimentos, observamos con
preocupación que muchos de vosotros tenéis la tendencia de eliminar la
vida (la luz vital) de las frutas y vegetales al guisarlos o
procesarlos. Os decimos que las sustancias químicas esenciales,
necesarias no sólo para el perfecto funcionamiento del cuerpo, sino
también para la apertura de la glándula pineal, se encuentran
principalmente en frutas y verduras crudas, en granos, frutos secos y
semillas.
Crudos y sin procesar, estos alimentos son los
perfectos portadores de luz desde la base misma de la cadena
alimenticia, tal como se lo propuso la naturaleza cuando vosotros
estabais tan en contacto con el suelo de Gaia que entendíais.
Como
preparación para la aceleración, éstos son los principios simples que
vais a tener que adoptar con cierta urgencia en vuestra conciencia de
los alimentos:
* Eliminad la carne animal de vuestra dieta.
* Eliminad los colores y sabores artificiales, la comida y los suplementos alimenticios sintéticos.
*
Seleccionad alimentos naturales, integrales y sin procesar de la base
de la cadena alimenticia, tales como granos, semillas, frutas y
vegetales.
* Cambiad radicalmente vuestros métodos de preparación
de comida, de modo que incluya entre un 60% y 70% de frutas y verduras
sin cocer, idealmente llevadas directamente del árbol o planta a la
mesa.
* Eliminad por completo el horno microondas de vuestro consumo alimenticio.
*
Buscad productos agrícolas cultivados con métodos biológicos o, todavía
mejor, cultivad los vuestros propios. Las plantas responden al corazón
aún con más luz; todos los seres vivos florecen con el amor.
* Incorporad semillas, legumbres secas y fibra a vuestra dieta.
* Bendecid los alimentos que ingerís y rodeadlos de luz.
*
El dióxido de silicio puede neutralizar parte de los contaminantes que
se encuentran en vuestra agua potable: colocad una punta de cuarzo en
una botella de vidrio y almacenad agua filtrada durante la noche, antes
de beber.
¿Podéis considerar el consumo de vegetales verdes
crudos, de hojas grandes, cultivados orgánicamente, como el suministro
instantáneo de luz y vida para el cuerpo?
Las semillas,
especialmente las de girasol, se cuentan entre las fuentes alimenticias
más beneficiosas, pues en su concentración contienen frecuencias muy
altas de luz y proporcionan al cuerpo nutrientes y elementos bioquímicos
sustanciales. Considerad los frutos secos, semillas y legumbres secas
como los alimentos menos procesados o químicamente alterados que tenéis a
vuestro alcance.
Llevan luz al torrente sanguíneo y a través
del conducto oscuro del intestino, fortaleciendo el Ka. Aprended a
disfrutar de semillas y frutos secos en su forma natural en vez de
tostados, salados o procesados en aceites y condimentos químicamente
alterados, que destruyen su naturaleza pura. Los alimentos de sabor
mejorado casi siempre han sido procesados químicamente, y eso destruye
la luz.
Los huertos orgánicos serán esenciales para vuestro
proceso en esta próxima década, porque los pesticidas usados en la
producción en masa de frutas y vegetales producen toxicidad en el cuerpo
y, en un sentido, anulan cualquier beneficio derivado de su consumo.
Tened
presente que si un alimento es atractivo para un insecto, lo más seguro
es que sea saludable para vosotros, así que no os preocupéis si
descubrís unas cuantas criaturas compartiendo una hoja de lechuga o un
tomate. Su presencia es una señal de que la comida está libre de
pesticidas y desperdicios tóxicos, y sería sabio por vuestra parte,
aceptarlos como mensajeros. Es mucho lo que podéis hacer en vuestras
huertas orgánicas, por medio de la plantación selectiva, para mantener a
distancia a la comunidad de insectos.
La siembra de brotes de
ajo en los perímetros forma una barrera olfativa que muchos insectos
encuentran ofensiva y se niegan a cruzar; también habéis verificado que
el consumo de ajo crudo es una protección efectiva contra las picaduras
de mosquitos. El ajo, el alimento milagroso, es uno de los
desinfectantes naturales más potentes para vuestro sistema, y desempeña
numerosas funciones en el mantenimiento del equilibrio y la buena salud.
Deseamos
reiterar que la carne es devastadora para el cuerpo, la mente y el
espíritu. Considerad que cada vez que coméis un trozo de carne estáis
introduciendo muerte violenta en vuestro ser, y recordad que es carne
muerta y vieja lo que le dais a un cuerpo que deseáis iluminar. ¿Veis la
ironía de esta contradicción?
Estáis arrasando vuestro cuerpo
con la sobrecarga de adrenalina del aterrorizado animal agónico, con
hormonas, sustancias químicas tóxicas y con la manipulación genética
utilizadas para estimular artificialmente el crecimiento por el motivo
obvio de aumentar la producción. No os amedrentaremos con detalles de
bacterias y otros organismos vivos que se alimentan de cadáveres, pero a
lo mejor también queráis tomar eso en cuenta. Además, estáis enviando
oscuridad y densidad al sistema: plomo, no oro.
El consumo de
carne animal clonada, que se halla apenas a la vuelta de la esquina,
introducirá complicadas mutaciones genéticas en vuestro cuerpo, y podéis
estar seguros de que os pegará aún más a la densidad. Es obvio que la
carne muerta, el alimento más oscuro, va a bloquear vuestro sistema
digestivo: entonces, ¿por qué no eliminarla?
Una vez que
reconozcáis su densidad como un obstáculo para vuestro trabajo en el
cuerpo de luz, a lo mejor descubrís que vuestro deseo de comer carne,
sencillamente, ha desaparecido. Muchos de vosotros ya habéis observado
una creciente falta de interés en la carne; lo que tal vez no hayáis
identificado todavía es q ue ésta es una etapa de la evolución de vuestra
especie.
Extracto del libro: "El Cosmos de Alma".
Un despertar para la humanidad.
Capítulo VI - Templos sagrados.
Patricia Cori.
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