LUZBY BERNAL

martes, 14 de febrero de 2012

Templos sagrados. Parte I

Templos sagrados. Parte I

Hemos aludido a la importancia de sanar el cuerpo físico y de limpiar la toxicidad y las formas de pensamiento bloqueado que habéis mantenido en vosotros. Sabed que vuestra aceleración hacia las frecuencias más altas se determinará, en gran parte, por vuestra capacidad de liberar el exceso de energía atrapada en el cuerpo, lo que experimentáis en forma de enfermedad, malestar, disgustos emocionales y, muy específicamente, en erupciones en el estómago, el aparato respiratorio y la piel.

La culminación de la Era de Piscis ha aportado una mayor comprensión de los verdaderos significados del bien-estar y el mal-estar, por cuanto muchos de vosotros estáis recurriendo a métodos más holísticos cuando os planteáis la curación de lo físico.

Observamos que un número cada vez mayor de vosotros ha entendido que es esencial crear un estado mental y un equilibrio emocional adecuados para que la enfermedad y la falta de armonía no encuentren, en ningún aspecto, un terreno fértil donde tomar forma. Así como estáis aprendiendo a reconocer la forma física como un producto del cuerpo etéreo, también estáis desarrollando el conocimiento necesario para trabajar con el cuerpo mental y emocional a fin de evitar que la discordia se materialice en forma de enfermedad, y estáis utilizando, una vez más (como en Atlántida, el Tíbet y Egipto), las ondas vibratorias de luz y sonido para armonizar el cuerpo electromagnético.


Una vez que aceptéis sin reservas que toda la creación se materializa a partir del pensamiento consciente, os moveréis a un nivel aún más elevado, donde ya no será necesario el proceso de curación que estáis redescubriendo hoy, donde usar el poder mental del individuo con miras a la armonía personal y planetaria será tan simple como tocar un diapasón para generar sonido.


Esto es de suma importancia, si es que deseáis permanecer en el cuerpo mientras Gaia se prepara para la ascensión planetaria completa, ya que los bloqueos de energía retenidos en cualquier capa del ser os impedirán realizar la travesía. Dicho en palabras simples: aquellos que experimenten interrupciones de energía y defectos de funcionamiento en sus meridianos bioeléctricos serán incapaces de soportar los enormes cambios de energía y la intensificación de la luz fotónica que actualmente están entrando en juego a medida que Gaia se coloca en el centro de atención de la galaxia.
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Al igual que Júpiter, el sistema solar entero está experimentando actualmente una afinación cósmica, y en este momento estamos observando la apertura explosiva de un número impresionante de seres humanos. Tened presente que cada unidad será responsable de su propia evolución, pues ésa es la decisión del libre albedrío de cada individuo. Muchos elegirán marcharse, pues no están dispuestos a dejar las adicciones del mundo de los sentidos, y así tiene que ser, pues es parte del proceso natural. Aquellos de vosotros que sí deseáis remontar las grandes olas del cambio, en este momento tenéis que emprender conscientemente la labor alquímica de la metamorfosis, que muchos conocen como «La Gran Obra» o el despertar del cuerpo de luz.

Nos hemos referido brevemente a vuestra comida, pero ahora deseamos elaborar un planteamiento específico para que cambiéis vuestra alimentación con miras a facilitar la transmutación o reacción alquímica en vuestro cuerpo físico.

Está claro que si es luz lo que deseáis crear en vuestra forma, ¿qué mejor fuente que las plantas?


Ellas son los pulmones de Gaia, y como fuente alimenticia no sólo suministran oxígeno al sistema, sino que llevan luz hasta las células.


Sabed que cada célula de vuestro cuerpo es activada por la luz; similar a una batería eléctrica en miniatura, con sus polos norte y sur, cada célula contiene el espectro completo del arco iris, igual que el espectro de colores de vuestros chakras primarios que habéis conocido. Esta es una clave importante para entender la importancia del axioma «eres lo que comes» como un compromiso con el alma en su travesía ascendente.


Ésta es la magia alquímica que sólo han llegado a comprender los más grandes adeptos a lo largo del tiempo terrestre; ahora sacamos a la luz la fórmula primordial para el despertar del cuerpo de luz, aunque la información siempre ha estado a vuestro alcance, delante de vuestras narices colectivas. Entendéis que las plantas captan la luz en las hojas a través del proceso de la fotosíntesis; la ingestión de frutas y verduras crudas lleva la luz a través del sistema digestivo y, muy significativamente, a través de la oscuridad del intestino, y reaccionan en vuestra constitución celular como portadoras de luz que restituyen el Ka, o fuerza vital, en vosotros.

Vuestras culturas industrialmente más avanzadas han entendido muy mal el significado espiritual de la comida, la cual se usa comúnmente para la estética, el placer, la gratificación emocional y el hábito. La clave, aquí, reside en comprender que la comida también debe consumirse para reabastecer las frecuencias de luz que necesitan las unidades celulares de vuestro cuerpo.


Vuestra fuente de vida, vuestra energía, es la luz que entra al cuerpo a través de la piel, los ojos y, lo que es aún más importante, de vuestra fuente alimenticia. Puesto que os habéis distanciado más de la tierra a causa de vuestra tecnología y comercialización, habéis abandonado y olvidado el verdadero significado de la nutrición proveniente de la comida, la cual tiene que alimentar no sólo el yo físico, sino también el yo espiritual.

En cuanto a vuestro planteamiento y entendimiento de los alimentos, observamos con preocupación que muchos de vosotros tenéis la tendencia de eliminar la vida (la luz vital) de las frutas y vegetales al guisarlos o procesarlos. Os decimos que las sustancias químicas esenciales, necesarias no sólo para el perfecto funcionamiento del cuerpo, sino también para la apertura de la glándula pineal, se encuentran principalmente en frutas y verduras crudas, en granos, frutos secos y semillas.

Crudos y sin procesar, estos alimentos son los perfectos portadores de luz desde la base misma de la cadena alimenticia, tal como se lo propuso la naturaleza cuando vosotros estabais tan en contacto con el suelo de Gaia que entendíais.


Como preparación para la aceleración, éstos son los principios simples que vais a tener que adoptar con cierta urgencia en vuestra conciencia de los alimentos:


* Eliminad la carne animal de vuestra dieta.

* Eliminad los colores y sabores artificiales, la comida y los suplementos alimenticios sintéticos.

* Seleccionad alimentos naturales, integrales y sin procesar de la base de la cadena alimenticia, tales como granos, semillas, frutas y vegetales.

* Cambiad radicalmente vuestros métodos de preparación de comida, de modo que incluya entre un 60% y 70% de frutas y verduras sin cocer, idealmente llevadas directamente del árbol o planta a la mesa.

* Eliminad por completo el horno microondas de vuestro consumo alimenticio.

* Buscad productos agrícolas cultivados con métodos biológicos o, todavía mejor, cultivad los vuestros propios. Las plantas responden al corazón aún con más luz; todos los seres vivos florecen con el amor.

* Incorporad semillas, legumbres secas y fibra a vuestra dieta.

* Bendecid los alimentos que ingerís y rodeadlos de luz.

* El dióxido de silicio puede neutralizar parte de los contaminantes que se encuentran en vuestra agua potable: colocad una punta de cuarzo en una botella de vidrio y almacenad agua filtrada durante la noche, antes de beber.

¿Podéis considerar el consumo de vegetales verdes crudos, de hojas grandes, cultivados orgánicamente, como el suministro instantáneo de luz y vida para el cuerpo?

Las semillas, especialmente las de girasol, se cuentan entre las fuentes alimenticias más beneficiosas, pues en su concentración contienen frecuencias muy altas de luz y proporcionan al cuerpo nutrientes y elementos bioquímicos sustanciales. Considerad los frutos secos, semillas y legumbres secas como los alimentos menos procesados o químicamente alterados que tenéis a vuestro alcance.


Llevan luz al torrente sanguíneo y a través del conducto oscuro del intestino, fortaleciendo el Ka. Aprended a disfrutar de semillas y frutos secos en su forma natural en vez de tostados, salados o procesados en aceites y condimentos químicamente alterados, que destruyen su naturaleza pura. Los alimentos de sabor mejorado casi siempre han sido procesados químicamente, y eso destruye la luz.


Los huertos orgánicos serán esenciales para vuestro proceso en esta próxima década, porque los pesticidas usados en la producción en masa de frutas y vegetales producen toxicidad en el cuerpo y, en un sentido, anulan cualquier beneficio derivado de su consumo.

Tened presente que si un alimento es atractivo para un insecto, lo más seguro es que sea saludable para vosotros, así que no os preocupéis si descubrís unas cuantas criaturas compartiendo una hoja de lechuga o un tomate. Su presencia es una señal de que la comida está libre de pesticidas y desperdicios tóxicos, y sería sabio por vuestra parte, aceptarlos como mensajeros. Es mucho lo que podéis hacer en vuestras huertas orgánicas, por medio de la plantación selectiva, para mantener a distancia a la comunidad de insectos.


La siembra de brotes de ajo en los perímetros forma una barrera olfativa que muchos insectos encuentran ofensiva y se niegan a cruzar; también habéis verificado que el consumo de ajo crudo es una protección efectiva contra las picaduras de mosquitos. El ajo, el alimento milagroso, es uno de los desinfectantes naturales más potentes para vuestro sistema, y desempeña numerosas funciones en el mantenimiento del equilibrio y la buena salud.


Deseamos reiterar que la carne es devastadora para el cuerpo, la mente y el espíritu. Considerad que cada vez que coméis un trozo de carne estáis introduciendo muerte violenta en vuestro ser, y recordad que es carne muerta y vieja lo que le dais a un cuerpo que deseáis iluminar. ¿Veis la ironía de esta contradicción?

Estáis arrasando vuestro cuerpo con la sobrecarga de adrenalina del aterrorizado animal agónico, con hormonas, sustancias químicas tóxicas y con la manipulación genética utilizadas para estimular artificialmente el crecimiento por el motivo obvio de aumentar la producción. No os amedrentaremos con detalles de bacterias y otros organismos vivos que se alimentan de cadáveres, pero a lo mejor también queráis tomar eso en cuenta. Además, estáis enviando oscuridad y densidad al sistema: plomo, no oro.


El consumo de carne animal clonada, que se halla apenas a la vuelta de la esquina, introducirá complicadas mutaciones genéticas en vuestro cuerpo, y podéis estar seguros de que os pegará aún más a la densidad. Es obvio que la carne muerta, el alimento más oscuro, va a bloquear vuestro sistema digestivo: entonces, ¿por qué no eliminarla?

Una vez que reconozcáis su densidad como un obstáculo para vuestro trabajo en el cuerpo de luz, a lo mejor descubrís que vuestro deseo de comer carne, sencillamente, ha desaparecido. Muchos de vosotros ya habéis observado una creciente falta de interés en la carne; lo que tal vez no hayáis identificado todavía es q
ue ésta es una etapa de la evolución de vuestra especie.



Extracto del libro: "El Cosmos de Alma".
Un despertar para la humanidad.
Capítulo VI - Templos sagrados.
Patricia Cori.






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