LUZBY BERNAL

miércoles, 21 de marzo de 2012

UN HOMBRE DE NOBLE CORAZÓN IRÁ MUY LEJOS



New post on EL NUEVO ORDEN MUNDIAL DE YAHWEH// blog del Apologista, Ingº Mario A. Olcese Sanguineti APO.21:5, JOB 34:13

UN HOMBRE DE NOBLE CORAZÓN IRÁ MUY LEJOS

by apologista

Johann Wolfgang Goethe 1749-1832. Poeta y dramaturgo alemán.
Un hombre de noble corazón irá muy lejos,

guiado por la palabra gentil de una mujer.
No basta saber, se debe también aplicar.

 

No es suficiente querer, se debe también hacer.
No podemos modelar a nuestros hijos según nuestros deseos,

 

debemos estar con ellos y amarlos como Dios nos los ha entregado.
Las grandes pasiones son enfermedades incurables.

 

Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas.
La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.
La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios.
El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros.
Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volverian a retorcer y se darian por satisfechos.
La ley es poderosa, pero más poderosa es la es la voluntad.


Johann Wolfgang Goethe 1749-1832. Poeta y dramaturgo alemán.
Un hombre de noble corazón irá muy lejos,

guiado por la palabra gentil de una mujer.
No basta saber, se debe también aplicar.

 

No es suficiente querer, se debe también hacer.
No podemos modelar a nuestros hijos según nuestros deseos,

 

debemos estar con ellos y amarlos como Dios nos los ha entregado.
Las grandes pasiones son enfermedades incurables.

 

Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas.
La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.
La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios.
El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
No nos hacemos libres por negarnos a aceptar nada superior a nosotros, sino por aceptar lo que está realmente por encima de nosotros.
Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volverian a retorcer y se darian por satisfechos.
La ley es poderosa, pero más poderosa es la es la voluntad.


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