LUZBY BERNAL

sábado, 8 de septiembre de 2012

Pisos en el Cosmos.

Pisos en el Cosmos.

 
 
 
 
 

El hombre es sólo uno de los muchos seres inteligentes, o carentes de inteligencia, que pueblan el inconmensurable Universo. Nuestro infantilismo, al enfrentarnos y al enjuiciar las otras realidades del Cosmos, es patente y, además, lastimoso. Somos unos auténticos niños en cuanto nos ponemos a enjuiciar las cosas que no podemos percibir clara y directamente con nuestros sentidos. Hablamos de nuestra realidad como si fuese la única realidad existente, de acuerdo únicamente con las coordenadas de nuestras mentes y a los mecanismos que nuestros cerebros tienen para aprender lo que nosotros llamamos “la realidad”y hasta nos atrevemos a dictaminar que algo no existe, o no puede existir, porque nos ”repugna” a nuestros enegramas cerebrales. Somos unos perfectos niños pueblerinos afirmando muy seriamente a que la “fuente de nuestro pueblo es la fuente más bonita del mundo”, sencillamente porque no hemos visto nunca a ninguna otra.
Al enjuiciar el Cosmos tendríamos que ser mucho mas prudentes de lo que somos al juzgar las cosas que nos rodean, de las que, mas o menos, tenemos datos precisos y muchísimo más inmediatos que los que poseemos sobre de las enormes realidades del Universo. Los hombres, en cuanto dejamos de ver, oír y palpar, entramos ya en el mundo de las sombras del que nos habla Platón en sus Diálogos. Y, tal como vimos anteriormente, ni siquiera podemos estar muy seguros de los datos que los sentidos nos proporcionan ni de la de manera en que son computados por nuestro cerebro. Nuestra inteligencia abstracta tiene que corregir muchísimas ocasiones nuestras sensaciones, aunque en la práctica sigamos comportándonos como si éstas fuesen verdaderas.
Las grandes realidades del Universo y las leyes que las rigen escapan en gran parte a la comprensión de nuestro cerebro; por más que las tengamos constantemente a la vista y hasta sepamos utilizarlas en nuestras vidas diarias; pero, además, desconocemos casi completamente su esencia. Tomemos como ejemplo la luz y la gravedad: dos realidades omnipresentes en nuestras vidas que, por otra parte, son dos misterios que la ciencia apenas ha comenzado a desentrañar.Y si no es cierto que “todas las criaturas han sido hechas para el hombre“, aún lo es menos que nosotros seamos el centro del Universo. Las matemáticas, con un elemental calculo de probabilidad, están contra ese aserto; y si por alguna razón desconocida fuese cierto, la sabiduría de Dios quedaría muy mal parada, ya que este planeta nuestro, junto con sus habitantes, no es precisamente un modelo de perfección.
El Universo es como una infinita escalera que asciende desde los seres menos perfectos a los más perfectos; y el hombre que habita este planeta no es más que uno de los innumerables peldaños de esa escalera. Las incontables especies de plantas y animales que pueblan el planeta no son sino otros tantos peldaños de esa infinita escalera. Una inmensa escalera cuya base está formada por eso que despectivamente llamamos materia, y cuya cima está constituida por eso que, sin comprenderlo bien, llamamos “el reino del espíritu”. Y todavía por encima de ese reino del espíritu, sin pertenecer a nada y sin ser abarcado ni entendido por nada ni por nadie, esta’ guaría eso que los hombres, infantilmente, llamamos “Dios”.
Como acabamos de decir, nosotros no somos más presa que uno de los peldaños de esa infinita escalera y, por supuesto, no somos el mas alto, por mucho que nos empeñemos en pensar que “el Hijo de Dios se encarnó en nuestro planeta y se hizo como uno de nosotros“. Mitos como éste han hecho mucho daño a la  Humanidad. Al igual que los pisos, están unos por encima de otros, y en nuestro caso no se trata de una sola escalera o de un solo piso. La realidad es es que se trata de muchas escaleras y de muchos pisos. El hombre ha llegado a su actual condición, probablemente, ascendiendo peldaños previos. Pero la escalera por donde asciende el hombre, y al lado del piso que él habita, hay otros pisos y otros peldaños en donde están otros seres que también pueblan el Cosmos. A esos seres que están en peldaños o en pisos superiores, los antiguos los llamaban “dioses”. Algunos puede que estén en la misma escalera por la que nosotros ascendemos, pero otros no; de modo que por mucho que ascendamos, aunque podremos llegar a ser superiores, nunca llegaremos a ser como ellos. Es decir, un cabo de la Guardia Civil, por mucho que ascienda, nunca llegara a ser general del Ejército del Aire, porque son dos cuerpos diferentes, aunque en l0s dos haya escalafones y aunque los dos pertenezcan a las Fuerzas Armadas del Estado.
Hablamos así por pura deducción lógica ante hechos que no podemos negar; hechos que, por otra parte, son desconocidos por la mayor parte de los humanos debido a sus prejuicios y a la tenacidad con que han sido ocultados por la religión y por la ciencia. Y hablamos así, porque así han hablado también muchos grandes pensadores de la antigüedad y contemporáneos, cuyas voces han sido silenciadas o ridiculizadas por los intereses creados de los poderes constituidos.En cuanto a los otros peldaños que componen la escalera en que está colocado el hombre, si reflexionamos un poco sobre la Naturaleza y sus diversos reinos (mineral, vegetal, animal, humano, orgánico, inorgánico), veremos que entre ellos hay una gradación nada abrupta, de modo que nos encontramos con muchas
criaturas que dan la impresión de pertenecer a dos reinos por ejemplo, con los aminoácidos, ciertos hongos, los corales, las proteínas, etc. Bastará, asimismo, que analicemos la composición física del cuerpo humano, que no es sino un compendio de todo lo que compone la Naturaleza; desde los elementos simples que estudian la física y la química hasta las profundidades psicológicas que investiga la psicología o las alturas y profundidades místicas de que nos hablan las religiones.
Hay muchas escuelas de pensamiento, aunque algún lector pueda parecerle extraño, que sostienen que el alma de los animales, tras mil evoluciones, llega a convertirse en el alma de un ser racional. Y en un nivel inferior podemos ver cómo los minerales son absorbidos por los vegetales, cómo a su vez estos son absorbidos por los animales, formando todos ellos, junto con el hombre, una escala ininterrumpida de vida atómica, molecular, celular, psíquica y espiritual. Cuál puede ser el próximo peldaño para el hombre tras su vida en este planeta, no podemos decirlo con seguridad. Los defensores de la reencarnación nos aseguran que volveremos a aparecer en la Tierra en épocas futuras y en otras circunstancias; y los que no aceptan estas doctrinas nos dicen que nuestra alma, despojada del cuerpo, pasa a un estado superior en el que gozará o padecera las consecuencias de sus actos en esta vida.
Sea lo que sea, casi toda la Humanidad está segura de que a la hora de la muerte lo único que se interrumpe es la vida protoplasmática; pero la esencia de nuestro ser nuestro espíritu inteligente- pasa a otro nivel de existencia o a otra dimensión en la que seguiremos viviendo de una manera más consciente. Dicho en otras palabras, más de acuerdo con el título de este capítulo, “cambiaremos de piso” siguiendo con el simil de la escalera, subiremos – o quien sabe si bajaremos — un peldaño. Porque no faltan escuelas, algunas de ellas anteriores al cristianismo, que nos aseguran que si nos hemos “portado mal” o si no hemos hecho lo que en esta etapa se esperaba de nosotros, podemos retroceder en la escala o, cuando menos, repetir.
Resumiendo lo que hasta ahora llevamos dicho, los contactados tienen acceso a otras realidades diferentes a la nuestra, aunque no todas están necesariamente por encima de nosotros. Y además hay que tener muy en cuenta que muchas de estas realidades no sólo son diferentes, sino que son incomprensibles, juzgadas 0 examinadas con nuestra inteligencia actual.Intentar comprender otros mundos con el desarrollo actual de nuestra mente es como tratar de explicarle a una cucaracha que es la desgravación fiscal. Por muy bien que se haga, la cucaracha jamás podrá, mientras tenga un cerebro de cucaracha, comprender en que c0nsiste ese juego del Ministerio de Hacienda. _
Fuente: Salvador Freixedo, Los Contactados.
 http://stop-nwo.com/2012/07/28/pisos-en-el-cosmos/

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