LUZBY BERNAL

viernes, 19 de abril de 2013

Misterios inexplicables de la Virgen de Guadalupe


El siguiente extracto, tomado del libro "El Misterio de la Virgen de Guadalupe", de J. J. Benítez; muestra cómo, a la luz de los más avanzados instrumentos y métodos de análisis de la ciencia moderna; hay hechos inexplicables que rodean la aparición de la Virgen Morena, el estampado de su imagen en el ayate (túnica) del indio Juan Diego; pero sobre todo, las imágenes que, asombrosamente, fueron descubiertas en la córnea del ojo derecho de la imagen de la virgen, que actualmente se venera en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en México (Distrito Federal).

Juzguen ustedes mismos:
"1) Los asombrosos descubrimientos científicos que se han hecho recientemente, y aún se siguen
haciendo, en torno a la imagen mexicana de la Virgen de Guadalupe tienen literalmente pasmados a
cuantos los conocen.
2) Para entender la importancia de tales hallazgos es preciso hacer un breve repaso de lo que una
antigua y piadosa leyenda declaraba acerca de la milagrosa confección de la imagen, no pintada por
mano de hombre —según esta tradición—, sino milagrosamente impresa en la túnica o tilma de un
indio llamado Juan Diego en 1531...
3) ...Y llegamos a nuestros días —o mejor, a nuestro siglo—, en que se forma una comisión de
estudios para investigar no pocos fenómenos inexplicables de la famosa «tilma» de Juan Diego.
En primer lugar llama la atención de los expertos textiles la singular conservación del basto
tejido. Hoy día está protegido por cristales. Pero durante algo más de un siglo estuvo expuesta a la
buena de Dios, a la topa tolondra, a los rigores del calor, el polvo y la humedad sin que se
deshilachase ni se enturbiase su rara policromía...
4) ...Se atribuyó esta virtud a la clase de pintura que cubre a la tela y que muy bien podría actuar
como poderosa materia protectora y, en consecuencia, se remitió una muestra para que la analizase
el sabio alemán y premio Nobel de Química, Richard Kunh. Su respuesta dejó atónitos a los consultantes.
Los colorantes de la imagen guadalupana —respondió el científico germano— no pertenecen
al reino vegetal, ni al mineral, ni al animal.
5) ...Se encomendó a dos estudiosos norteamericanos (el doctor Callagan, del equipo científico
de la NASA, y el profesor Jody B. Smith, catedrático de Filosofía de la Ciencia en el Pensacolla
College) que sometiesen la imagen guadalupana al análisis fotográfico con rayos infrarrojos...
6) Y entre otras conclusiones, los científicos afirmaron: que el ayate —tela rala de hilo de
maguey— carece de preparación alguna, lo que hace inexplicable a la luz de los conocimientos
humanos que los colorantes impregnen y se conserven en una fibra tan inadecuada. Que no hay
pinceladas y que la técnica empleada es desconocida en la historia de la pintura. «Es inusual —
dicen—, incomprensible e irrepetible.»
7) ...Paralelamente a esto, un conocido oculista, de apellido hispano-francés, Torija Lauvoignet,
examinó con su oftalmoscopio de alta potencia la pupila de la imagen y observó maravillado que en
la córnea se vela reflejada una mínima figura que parecía el busto de un hombre...
8) ...Éste fue el antecedente inmediato para promover la investigación que paso a explicar: la
«digitalización» de los ojos de la Virgen de Guadalupe. Es sabido que en la cornea del ojo humano
se refleja lo que se está viendo al instante. El doctor Aste Tonsmann hizo fotografiar (sin él estar
presente) los ojos de una hija suya y utilizando el procedimiento denominado «proceso de
digitalizar imágenes» pudo averiguar, sin más, todo cuanto veía su hija en el momento de ser
fotografiada.
Este mismo científico, cuya profesión actual es la de captar las imágenes de la Tierra
transmitidas desde el espacio por los satélites artificiales, «digitalizó» el año pasado la imagen
guadalupana y los resultados empiezan ahora a ser conocidos...
...Los detalles que se observaron en los ojos de la Virgen son: un indio en el acto de desplegar su
«tilma» o túnica ante un franciscano; al propio franciscano en cuyo rostro se ve deslizarse una
lágrima; un paisano muy joven, la mano puesta sobre la barba con ademán de consternación; un
indio con el torso desnudo en actitud casi orante; una mujer de pelo crespo, probablemente una
negra de la servidumbre del obispo; un varón, una mujer y unos niños con la cabeza medio rapada y
otros religiosos más en hábito franciscano, es decir... ¡el mismo episodio relatado en lengua náhuatl
por un escritor indígena en la primera mitad del siglo XVI y editado en aquella lengua azteca y en
castellano por Lasso de la Vega en 1649...!"

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