LUZBY BERNAL

domingo, 19 de septiembre de 2010

De cómo serpiente puma y serpiente jaguar castigaron a sus hijos

Muchas de nuestras historias hablan de los tiempos ocurridos mucho antes de los tiempos de los antepasados de nuestros antepasados. Esta me la ha contado un hermano de los mixtecas.

Era la época de la oscuridad y las tinieblas. El sol y la luna aún no habían aparecido, así que no había días ni años, no existía el tiempo. Ni había árboles ni animales, el agua no estaba repartida, de forma que no había ningún lugar en la que una sola criatura hubiera podido vivir.

Entonces ocurrió que dos seres de energía aparecieron en figura humana. Se llamaban serpiente puma y serpiente jaguar. Como eran sabios, decidieron fijar un principio, y como tenían poderes mágicos podían hacer realidad esa decisión. 
Así que sacaron del agua una enorme roca y construyeron sobre ella un espléndido palacio que les sirviera de vivienda. De la parte más alta de la roca rompieron un trozo afilado con el que hicieron un hacha de piedra. La pusieron con la punta hacia arriba, de forma que el cielo y las nubes pudieran reposar sobre ella. Por eso le llamaron a ese lugar “lugar donde descansa el cielo”.
Serpiente puma y jaguar vivieron allí en gran paz. Entonces sucedió que se casaron y tuvieron dos hijos a los que llamaron Viento de las nueve serpientes y Viento de las nueve cavernas. Eran de hermosa figura y tenían conocimiento de todas las artes, podían hacerse invisibles y atravesar las piedras y los muros de las rocas.

Un día estos hijos decidieron hacer un sacrificio en honor a sus padres, prendieron leña mezclada con tabaco y alzaron el humo al cielo, tal como seguimos haciendo ahora cuando honramos a la Madre Tierra y al Padre sol. También hicieron un jardín, plantaron árboles, hortalizas y árboles con fruto y vivieron felices como sus padres.
Pero entonces ocurrió que un día dejaron de estar satisfechos con su jardín, les resultaba demasiado pequeño  y querían más árboles frutales hicieron más sacrificios de petición a sus padres para ampliar su jardín. Pero todos los rituales y ceremonias fueron inútiles y ni todos los sacrificios de tabaco pudieron conmover a sus padres.
Pero los hijos se impacientaron y empezaron a contradecir a sus padres, para dar más fuerza a sus ruegos se atravesaron la lengua y las orejas con afilados pedernales y comenzaron a esparcir la sangre que salía de sus cuerpos con abanicos hechos de ramas de árboles por todo su jardín e incluso llegaron al “lugar donde descansa el cielo”

Entonces serpiente puma y serpiente jaguar se sintieron oprimidos por la enormidad del sacrificio, Pensaron largo tiempo qué hacer y desencadenaron una gran inundación que anegó incluso el jardín de sus hijos. Sólo una vez pasada la catástrofe separaron de nuevo el agua y la tierra y renovaron a los hombres.
Mis hermanos y hermanas cuentan esta historia para que nos recuerde que hay que respetar la sabiduría de los ancianos y la medida. Contamos esta historia a aquellos que no están satisfechos con lo que tienen.

Fuente: Lo que nos susurra el Viento
Con Amor por compartir
Laura

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