Detente. Cierra los ojos. Escucha. Tu corazón está abierto.
Observa en la profundidad de ti mismo, una sutil ráfaga que anima tu propia existencia.
Es tu respiración que sueña y dibuja en tu cuerpo los ríos cristalinos de tu energía interior.
Sumérgete en sus aguas...profundiza en la conciencia pura que te anima...detente...suavemente a contemplar la inmensidad de tu ser, el espacio ilimitado de tu mente...abre...suavemente el puño
cerrado de la ira,
suelta... la desconfianza que apuñala el pecho,
emerge...lentamente hacia el despertar...consciente... de todo, a tu alrededor .
Mira lo agradable y lo desagradable con los mismos ojos limpios...
Siente como hay bondad en cada hueco sensible y áspero...
y acepta el límite , como eterna libertad en fuga.
Prepara tu mente para un nuevo día, limpia el deshecho del pasado y abandona el salto al vacío de un mañana desconocido...
Suavemente vuélvete hacia adentro, atento.... , en calma, vacío...
de tiempo, deseo y dolor...
aquí floreces
huele
tu fragancia
Adriana
No hay comentarios:
Publicar un comentario