LUZBY BERNAL

martes, 7 de junio de 2011

SATANÁS ODIA LA EVANGELIZACIÓN ...

SATANÁS ODIA LA EVANGELIZACIÓN Y SE OPONE A LAS BUENAS NUEVAS DE LA GLORIA DE CRISTO

apologista | junio 7, 2011 at 5:30 pm | Etiquetas: ciegos, cristianos, Evangelio, REINO | URL: http://wp.me/p6Hrw-aur

¡Muchos cristianos están ciegos como este hombre!
Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
Estimados amigos:
Si hay algo que el diablo odia profundamente es el evangelio de Cristo porque él sabe perfectamente que los que aceptan o creen en el mensaje de Jesús (el evangelio) serán salvos. Recordemos que el apóstol Pablo enseñó que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo el que cree, primeramente al Judío y luego al Griego (Romanos 1:16). Por tanto, el diablo tratará que falsos evangelistas prediquen “otro evangelio”, uno que es distinto, y anatema, uno que no es el original y que finalmente no salvará a nadie. ¡Y sí que ha tenido éxito, pues hay muchos falsos evangelios!
El Diablo como adversario
El gran opositor u adversario es el diablo, es un siniestro personaje a quien Pablo lo consideró un estorbo para su misión evangelizadora. En 1 Tesalonicenses 2:12-18, leemos lo que él dice al respecto:
“Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su REINO Y GLORIA. Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando RECIBÍSTEIS LA PALABRA DE DIOS que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.  Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos (especialmente de LOS LÍDERES RELIGIOSOS JUDÍOS, HIJOS DEL DIABLO),  los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, Y SE OPONEN A TODOS LOS HOMBRES,  IMPIDIÉNDOLES HABLAR A LOS GENTILES PARA QUE ÉSTOS SE SALVEN; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo.  Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro;  por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; PERO SATANÁS NOS ESTORBÓ”.
Aquí vemos a Pablo como un ardiente evangelista que predicaba la Palabra del Reino o la Palabra de Dios, y él había convertido a muchos gentiles y judíos a la fe de Cristo, pero éstos habían recibido mucha oposición de parte de los malos Judíos, de líderes incrédulos a quienes Jesús había llamado en su momento con  la dura y merecida  locución “Hijos del diablo”, PORQUE ESTOS ESTABAN HACIENDO LA VOLUNTAD DE SU PADRE, EL DIABLO…el gran adversario u opositor del evangelio (Juan 8:44). Cuando Pablo se propuso visitar a estos conversos, el diablo no tardó en estorbar la visita del apóstol para alentarlos.
Sin duda el diablo no desea que la gente crea en el mensaje de Dios, el cual Jesús llamó “El evangelio del reino de Dios”. Estas son sus palabras: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he sido enviado” (Lucas 4:43).
Así que el diablo buscará neutralizar la difusión del evangelio del reino de Dios, y estorbará a sus predicadores de muchas maneras posibles. Sin embargo, también inventará falsos evangelios para confundir a los incautos, evangelio que proclaman a “otro Jesús”, y no al verdadero Jesucristo, o Jesús el Cristo (Mesías), aquel que predicó de su reino y su gloria venideros.
No es sorprendente, pues, que haya tantos evangelios distintos que se propalan por todos lados, y que lastimosamente son creídos como verdaderos y salvadores. Estos “evangelios” no toman para nada en cuenta el mensaje central de Cristo que es su Reino y gloria.
El evangelio de la gloria de Cristo es el evangelio del reino de Cristo
El apóstol Pablo dice que “el Dios de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo (2 Cor. 4:4).
Sí, el diablo ha nublado el entendimiento de los incrédulos para que no crean en el evangelio de la gloria de Cristo. ¿Pero qué es exactamente el evangelio de la gloria de Cristo?¿Acaso un evangelio distinto del evangelio del reino? Pues no, ya que gloria y reino son términos equivalentes en la Biblia. Es decir, cuando se habla del reino de Cristo, se habla de la gloria de Cristo; y cuando se habla de la gloria de Cristo, se habla de su reino de justicia. Esto lo sabemos por la singular petición de la madre de los hijos de Zebedeo a Jesús, al solicitarle puestos de privilegio en su reino para sus dos hijos. He aquí el relato bíblico: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo. El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que EN TU REINO se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” (Mateo 20:20,21). Pero en el relato de Marcos, leemos: Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? Ellos le dijeron: Concédenos que EN TU GLORIA nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” (Marcos 10:35-37). Aquí se hace muy evidente que hablar del reino es hablar de la gloria y viceversa.
De modo que el diablo ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria (o REINO) de Cristo. ¡Qué interesante es la cosa, mis estimados hermanos! El diablo es el gran obstaculizador o estorbador del mensaje o evangelio del reino de Dios, ¡y pocos parecen darse cuenta de ello! Pero esto no es algo sorprendente para los que hemos creído en el reino de Dios, porque sabemos que ellos han sido enceguecidos por el diablo para que no vean y acepten el evangelio salvador, el único, el original, el Reino de Dios (Ver. Marcos 1:1,14,15).
“Creyentes” que no lo son
No obstante, muchos aún pensarán que son creyentes porque “han aceptado a Cristo y su evangelio”, y porque son muy entregados a Cristo y su Palabra. Pero lastimosamente estos siguen estando ciegos e incrédulos mientras persistan en creer en cualquier otro evangelio que no se centre en Cristo y en su Reino. Recordemos que también un buen número de los judíos se creían simiente de Abraham y pueblo de Dios, pero que por persistir en su incredulidad, rechazando enconadamente a Cristo y a su mensaje salvador del reino, el Señor los consideró  como hijos del diablo, prole de víboras (Jn 8:44). El asunto no es ser religiosos como los Griegos lo eran (Hechos 17:22), sino tener la fe que salva, la fe de Jesús (Rom 3:26). Y la fe de Jesús fue la misma fe que tuvo Abraham acerca de una herencia de una nueva tierra para él y su simiente en un reino glorioso en la tierra (Rom. 4:16).
Mientras se considere al reino de Dios como un mensaje anticuado, perteneciente únicamente al pueblo judío, un pueblo que supuestamente ha sido reemplazado por la iglesia, la cual— se dice— se le ha escogido y destinado para recibir “mejores promesas”, nuestro mensaje del reino seguirá encontrando obstáculos en el camino para que no sea difundido como lo esperaba Jesús (Mat.24:14). Esta sin duda es la obra maestra del diablo…¡y muchos aún siguen cayendo en sus maquinaciones y engaños sutiles!

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