El Vaticano ha intentado sin éxito controlar a
varias comunidades religiosas estadounidenses que reclaman el
sacerdocio femenino o mayor tolerancia con el aborto o la homosexualidad
Un millar de monjas de EEUU planta cara al Papa y evaluará sus vínculos con la jerarquía vaticana
ELPLURAL.COM / EFE-Jorge A. Bañales | 09/agosto/2012
Cerca de 1.000 religiosas de EE.UU., que
piden no solo la ordenación sacerdotal femenina, sino también una mayor
tolerancia del Vaticano en temas como la homosexualidad y el aborto, se
reúnen esta semana en St. Louis (Misuri) en un encuentro que marca sus
diferencias la jerarquía católica.
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parece que el conflicto de Benedicto XVI con varias comunidades de
religiosas estadounidenses amenaza con írsele por completo de las manos.
“No es una diferencia sobre doctrina, sino sobre el gobierno de la
Iglesia”, dijo en entrevista telefónica Caridad Linda, de la
Congregación de la Humildad de María, y quien trabaja en Guadalajara
(México) y en Davenport (Iowa). Las religiosas piden además de la
ordenación sacerdotal femenina, una mayor tolerancia del Vaticano en
temas como la homosexualidad, el aborto y su lucha por la justicia
social.
Estudian respuesta al “mandato del Vaticano”
Persiguen, en definitiva, según explicó Linda, una Iglesia menos
jerárquica y más participativa. La reunión en Misuri de la Conferencia
de Líderes de Congregaciones Religiosas (LCWR) -que representa a más del
80 por ciento de las más de 57.000 religiosas católicas en el país-
arranca cuatro meses después de que fuesen amonestadas por el Vaticano.
“Las integrantes de LCWR harán un proceso de discernimiento acerca de su
respuesta al mandato del Vaticano”, dijo la portavoz del grupo,
Annemarie Sanders. “El proceso permitirá que las hermanas se unan en la
oración contemplativa y consideren entre ellas las respuestas posibles”,
agregó Sanders, para concluir que sobre la base de esas discusiones “el
grupo decidirá cuáles son los próximos pasos”.
Enfrentamientos ya con Juan Pablo II
Pero la deliberación misma contraviene lo que llegó del Vaticano: un
mandato. En abril, la Congregación para la Doctrina de la Fe acusó a
LCWR de “graves problemas doctrinarios” y anunció que tres obispos de
EEUU se encargarán de poner orden entre las religiosas. Los
encontronazos del Vaticano con la LCWR vienen de lejos: durante la
visita del papa Juan Pablo II a Washington en 1979, la entonces
presidente del grupo, Theresa Kane, hizo en público y frente al
pontífice una reclamación que ganó titulares en todo el mundo.
Ordenamiento sacerdotal femenino
“Le urjo, Santo Padre, a que tenga presente el dolor que es parte de la
vida de muchas mujeres”, declaró Kane, quien agregó que “la Iglesia,
para ser fiel a su llamado por la dignidad de todas las personas, debe
responder abriendo la posibilidad de que las mujeres estén incluidas en
todos los ministerios de la Iglesia”. En otras palabras, las religiosas
pedían la ordenación sacerdotal de las mujeres, que la Iglesia ha vedado
durante casi toda su historia, y que el Vaticano ha rechazado en años
recientes.
Amonestación y “visita” de inspección
Más de tres décadas después del ruego de Kane, el Vaticano ha ordenado
una “visita” -una especia de inspección eclesiástica- de las órdenes
religiosas femeninas en EEUU, y la intervención de los obispos en la
LCWR. “En el tiempo de la Iglesia éste es un conflicto breve”, comentó
Jim Fitzgerald, de la Conferencia por la Ordenación de Mujeres, quien
también está en St. Louis. “Pero es un proceso muy, muy deliberado”. La
“visita” la condujo el año pasado Clare Millea, la superior general de
los Apóstoles del Sagrado Corazón de Jesús, una estadounidense que
reside en Roma. El Vaticano describió la “visita” como una encuesta
sobre las condiciones de vida y prácticas en las órdenes religiosas en
EE.UU.
No se ha difundido el informe final
Se desconoce, por el momento, el informe final de la “visitadora”, una
falta de transparencia que, según Fitzgerald, genera insatisfacción
entre las religiosas estadounidenses. La amonestación emitida por el
Vaticano en abril se refiere, también en parte, a la independencia con
que viven y trabajan muchas religiosas estadounidenses, y su tolerancia
en temas como la homosexualidad, el aborto y la lucha por la justicia
social.
“Nos consideran mano de obra eclesiástica”
El Vaticano “nos considera una especie de mano de obra eclesiástica”,
comentó Sandra Schneiders, profesora en la Escuela Jesuita de Teología
en Berkeley (California), refiriéndose al papel tradicional de las
religiosas como enfermeras o como maestras en las escuelas católicas.
“Nuestra visión de nuestras vidas y la visión que ellos tienen de
nosotras como mano de obra, no están en el mismo planeta”, añadió.
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