"Nunca cederemos la tierra judía"
El líder del Likud reúne a miles de seguidores en en el cierer de la campaña electoral en Tel Aviv
JUAN CARLOS SANZ Jerusalén 15 MAR 2015 - 22:39 CET
La derecha israelí dio la réplica la noche del domingo a la movilización que la izquierda protagonizó la semana pasada en Tel Aviv. Unos 15.000 seguidores del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y de partidos afines se reunieron en la misma plaza de Isaac Rabin donde 40.000 personas acudieron el día 7 bajo el lema “Israel por el cambio”. Esta vez la convocatoria estuvo en manos de la llamada Plataforma por la Tierra de Israel, que encuadra a la derecha nacionalista.
Netanyahu intentó seducir a los votantes de centroderecha que han dado la espalda al Likud y han huido hacia otros pequeños partidos. Tras insistir en su tesis de que una conjura internacional con una “masiva fortuna” está intentando descabalgarle del poder, advirtió a sus partidarios de que el centroizquierda tiene margen para conquistar el poder si no se movilizan el martes en las urnas. “Nosotros no nos retiraremos de nuestra tierra”, advirtió ante un público entre el que se encontraban numerosos colonos judíos.
El jefe de Gobierno ya había reconoció a una emisora de radio que “la derecha está dividida en Israel y tiene que unirse en torno al Likud”.Pero desde su propio partido han surgido ya voces críticas contra la mala gestión de la campaña electoral. La disidencia interna arremete también contra la arriesgada apuesta que supuso su intervención ante el Congreso de Estados Unidos, en un claro desafío al presidente Barack Obama y a su estrategia de negociación de un acuerdo nuclear con Irán.
Yuval Diskin, que colaboró con Netanyahu como director del Shin Bet (contraespionaje), ha asegurado que el laborista Herzog tendrá que volver a tender los puentes rotos con Washington. Diskin cuestiona en particular “el daño que ha supuesto para Israel el deterioro de las relaciones de con Estados Unidos”.
Otro asistente a la concentración de Tel Aviv, el líder del partido Hogar Judío y ministro de Economía, Neftalí Bennet, afirmó: “No cederemos ni un centímetro de tierra”. El dirigente ultraconservador reiteró su oposición a la solución de los “dos Estados” para resolver el conflicto palestino, y su rechazo al abandono de asentamientos judíos en zonas no consolidadas de Cisjordania, como propone la Unión Sionista de Isaac Herzog y Tzipi Livni.
Los responsables municipales de asentamientos como Binyamin, Har Hebrón o Gush Etzion subvencionaron viajes en autobús para los colonos que quisieran acudir a la convocatoria de Tel Aviv, según informó el diario Haaretz. “Debemos hacer algo”, escribió en una circular un dirigente local de Har Hebrón, que pidió el voto para “los partidos que consideran los asentamientos como una misión nacional”.
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