Varios/Otros ~ La vida no siempre sigue las reglas de la física. Clave 12.
¿Qué
sucede si vivimos de forma que rompemos las reglas aceptadas de la
física? O, ¿qué tal que ni siquiera sepamos que las reglas existen? ¿Es
posible seguir el ejemplo de las partículas cuánticas que parecen hacer
esto precisamente?
El sentido común nos dice que si algo existe en un lugar, no puede
estar en otro al mismo tiempo, independientemente de lo que "eso" sea.
Sin embargo, eso es precisamente lo que los experimentos han demostrado.
La pregunta obvia que sigue a tales descubrimientos es: si la
materia de la cual el mundo está hecho puede estar en dos lugares a la
vez, y nosotros somos parte del mundo, entonces, ¿por qué no podemos
hacer lo mismo? ¿Por qué no podemos cumplir con nuestro deber en nuestro
lugar de trabajo o en el salón de clases y al mismo tiempo estar
disfrutando en una playa soleada o escalando una montaña en algún cañón?
Aunque todos nos hemos pregun- tado en algunas ocasiones si tal cosa
pudiera ocurrir, la posibilidad es realmente pura fantasía... ¿o no lo
es?
Cuando escuchamos que algo poco usual ocurre en muchas ocasiones, en
donde están involucrados muchas personas distintas, normalmente hay un
poco de verdad en los informes. Aunque los detalles pueden variar, a
menudo es posible rastrear el tema subyacente a un evento real en el
tiempo. El Diluvio Universal es un ejemplo perfecto. A través de la
historia, y en una multitud de culturas, hay un tema casi universal que
ha sido relatado una y otra vez. Llevado a cabo en varios continentes,
en diversos idiomas y con personas distintas, la historia y el resultado
son casi idénticos.
Aunque los detalles varían, la historia está marcada de forma
similar con informes de personas que se han bilocado, es decir, que han
aparecido físicamente en diferentes lugares en el mismo instante en el
tiempo. A menudo estas proezas se le atribuyen a yoguis, místicos o
individuos que de alguna manera han dominado una habilidad latente
(aunque no siempre es el caso). El punto en común que parece conectar
estos informes es que las personas que lo han logrado, son por lo
general maestros de las emociones humanas como el amor y la compasión.
Con frecuencia, los informes están asociados con las obras sagradas de
los santos y están bien documentados por misioneros, indígenas y otros
que se cree que han sido testigos confiables de los milagros.
Por ejemplo, de los mejores casos documentados de bilocación de
entre muchos atribuidos a San Francisco de Paula, hay uno acontecido en
1507. Mientras el santo estaba cumpliendo con sus deberes en el altar de
la iglesia, algunas personas que vinieron a verlo se dieron cuenta que
parecía encontrarse en un profundo estado de oración, y decidieron no
molestarlo. Sin embargo, cuando salieron, quedaron más que sorprendidos
al encontrarlo fuera de la iglesia de la cual ellos acababan de salir. Y
no estaba solo, estaba hablando con los pueblerinos y otras personas
que pasaban por la calle. Rápidamente, corrieron de regreso a la capilla
para descubrir que seguía ahí, "perdido en la oración." De alguna
manera, a través de un misterioso estado de conciencia, asociado con un
estado de profunda meditación, San Francisco de Paula había aparecido
ante las mismas personas en dos lugares durante el mismo periodo de
tiempo.
Entre 1620 y 1631, María de Agreda, una monja que vivió 46 años en
un convento en Agreda, España, relató más de 500 travesías a través del
océano, a una tierra lejana. Según las personas que la conocieron y
vivieron con ella, dijeron que jamás salió del convento. Sin embargo,
María afirmaba que podía "volar" a cualquier lugar distante durante lo
que llamaba sus "experiencias de éxtasis."
Dicho fenómeno podría estar hoy relacionado con un informe de hace
300 años que habla de la visión remota (la capacidad de ser testigos y
percibir eventos desde lejos, dirigiendo la conciencia hacia un lugar
preciso), excepto por una curiosa distinción: María de Agreda no
solamente visitó las tierras que describió, sino que, además, le enseñó
la vida de Jesús a los indígenas que conoció. Aunque solamente hablaba
su español nativo, los indios podían entenderla mientras ella compartía
con ellos las enseñanzas del gran maestro.
Los documentos de sus visiones aparecieron cuando el arzobispo de
México, Don Francisco Manzo y Zúñiga, escuchó hablar de sus
experiencias. Cuando envió misioneros a investigar, estos quedaron
sorprendidos al encontrar que los indígenas del área ya conocían muy
bien la vida de Jesús; tan bien que, de hecho, comenzaron a bautizar de
inmediato a la tribu entera ahí mismo.
Casi una década más tarde, las jornadas místicas de María de Agreda
fueron finalmente validadas. Mientras se encontraba bajo el voto de
obediencia en una orden de la iglesia, describió los detalles íntimos de
una tierra que jamás había visitado físicamente. Su descripción era tan
completa que incluía las sutilezas del clima y los cambios de
estaciones, así como los matices de las culturas y las creencias de las
personas a quienes ella enseñaba.
Después de un "examen eclesiástico riguroso," las jornadas místicas
de María de Agreda fueron declaradas auténticas por la iglesia y se le
otorgó la consideración del "máximo rango entre los místicos de las eras
antiguas. "
No todos los informes de bilocación datan de los lúgubres siglos XVI
y XVII. Tan reciente como en la Segunda Guerra Mundial, hubo varios
casos de santos apareciendo en muchos lugares al tiempo. Uno de los
casos mejores documentados, es el del místico italiano Padre Pío.
Siguiendo su promesa de que la ciudad de San Giovanni Rotondo, ocupada
por los nazis, sería salvada de la destrucción por los aliados, se
apareció en plena luz del día de una manera que era extraña incluso en
los casos de bilocación.
Cuando los bombarderos llegaron sobre la ciudad para apuntar hacia
los baluartes alemanes, la imagen del Padre Pío en una túnica color café
apareció al frente de sus aviones, ¡suspendida en pleno aire! Al
contrario de algunas apariciones breves que fueron reportadas bajo el
estrés de condiciones bélicas, la imagen permaneció hasta que todos
pudieron verla. Mientras estuvo ahí, fracasaron todos los intentos por
liberar sus bombas sobre la ciudad.
Frustrados y desconcertados, los pilotos cambiaron de curso y
aterrizaron sus aviones en un aeropuerto cercano con todas las bombas
con las que habían comenzado su misión. Poco después, uno de los pilotos
acudió a una capilla cercana. Para su asombro, en su interior estaba el
mismo fraile que había visto suspendido en el aire al frente de su
avión... ¡el Padre Pío!
El padre no era un fantasma ni la aparición de algún santo difunto
desde hacía mucho tiempo, como lo sospechaba el piloto. Era real. Estaba
vivo. Y ese día, había estado de alguna manera dos veces a la vez: en
tierra, en la capilla, y en el aire, directamente al frente de los
aviones. Aunque los aliados liberaron Italia, la ciudad de San Giovanni
Rotondo se salvó de la destrucción, tal como lo había prometido el Padre
Pío.
Cuando experimentamos algo que parece ocurrir más allá del dominio
de lo que conocemos como cierto, a menudo lo catalogamos como un
milagro. Entonces, ¿qué hacemos con los informes y los casos
documentados de casos de bilocación y otras proezas en apariencia
milagrosas que han ocurrido en más de 600 años? ¿Podemos descartarlos
como puras fantasía o ilusiones vanas?... Posiblemente. Siempre existe
la posibilidad de que hayan sido conjurados por personas con mucho
tiempo de sobra o que deseaban honestamente que fueran ciertos.
No obstante, ¿qué tal que se trate de algo más? Si nos prueban más
allá de toda duda que no estamos limitados por las leyes actuales de la
física. Esa confirmación nos permite vernos bajo una nueva y poderosa
luz, al ofrecernos algo más allá de la fe en que basar nuestras nuevas
creencias.
Así como los iniciados, mencionados en el poema de la Introducción
de este libro, encontraron una nueva libertad en sus experiencias
inesperadas, si encontramos que podemos seguir las "huellas" de
partículas cuánticas que funcionan más allá de las fronteras del tiempo y
el espacio, entonces podemos ciertamente usar nuestra habilidad de
sanar nuestros cuerpos y de traer alegría a nuestras vidas.
La clave es: para hacer lo que parece imposible, una persona tiene
que primero ir más allá de los límites de lo que se pensaba como cierto.
Así como los iniciados descubrieron que tan pronto se sobrepusieron a
su miedo de la 'orilla', eran más de lo que solían creer, con el fin de
vivir milagros en nuestras vidas, debemos primero superar nuestra
creencia de que dichos fenómenos son imposibles.
Clave 12: No estamos sujetos a las leyes de la física como la conocemos hoy en día.
Para
hacer esto, alguien debe primero realizar ese milagro para que todos
podamos verlo cuando ocurra. Quizá esa persona tiene un don particular
en un área de la vida, como la sanación, o quizá ese individuo
simplemente está abierto a ver el mundo de forma distinta.
Independientemente de cómo ocurra, una vez que esa persona hace algo
tan especial, ya sea Jesús o su vecino, ese milagro se vuelve
disponible para todos los demás.
Un hermoso ejemplo de este
principio es ilustrado por la incapacidad de los nativos de
Norteamérica, de ver las naves de los primeros europeos que anclaron en
sus playas. El concepto de un bote en madera maciza con enormes mástiles
y velas era tan extraño para ellos, que no tenían punto de referencia
para lo que estaban viendo. En la misma forma que nuestra visión es
capaz de detectar los cuadros individuales de una película, los ojos de
los nativos ciertamente podían distinguir la silueta de las naves sobre
el horizonte. Y al igual que nuestros cerebros intentan darle sentido a
lo que vemos, uniendo los cuadros en la experiencia continua de la
película, los nativos intentaron hacer lo mismo. El problema es que
nadie lo había hecho antes: nada en su experiencia colectiva les había
dicho cómo observar una carabela europea.
Fue solamente cuando el curandero de la tribu dio una mirada
inquisitiva y usó su visión de forma un poco distinta, que pudo comenzar
a distinguir las naves. Una vez que lo hizo, no pasó mucho tiempo antes
de que el grupo lograra ver lo que sólo unas horas antes era invisible
para ellos. Todo es cuestión de lo que las personas se permiten
percibir. En su voluntad de intentar algo distinto, un nuevo mundo se
abrió ante ellos. Quizá no somos muy distintos a esos nativos de la
playa de hace más de 500 años. Podemos sólo imaginar lo que nos espera
cuando pensamos en nuestro mundo, nuestro universo y nosotros mismos de
manera un poco diferente.
Al comienzo de esta sección, nos hicimos la pregunta: "Si un
electrón es capaz de estar en dos lugares a la vez, ¿por qué no podemos
nosotros?" Quizá podemos encontrar la respuesta si nos formulamos la
pregunta de forma ligeramente distinta. En vez de convencernos de que
las partículas pueden hacer algo que nosotros no podemos, preguntémonos
lo que hace un electrón para bilocarse. Si comprendemos cómo se comporta
la materia de la que estamos hechos en las circunstancias de un
milagro, quizá podamos encontrar esas condiciones en nuestras propias
vidas. Y para entender cómo funciona esto, debemos explorar la única
faceta de nuestra existencia que nos ofrece la habilidad de alterar
nuestro mundo cambiándonos a nosotros mismos: el poder del holograma.
Extracto de La Matriz Divina.
Gregg Braden
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