OCUPACIÓN COLONIAL, CÓLERA, Y AHORA... FARSA ELECTORAL |
Una enfermedad desconocida en Haití
A pesar de las miserables condiciones de vida de la mayoría de la población, el cólera era una enfermedad desconocida en Haití.
Toda indica que la actual epidemia ha sido importada por uno de los contingentes de las tropas de ocupación de la ONU, concretamente el de Nepal. Los estudios demuestran que la epidemia la inició una cepa única del microbio del cólera procedente de Asia.[1] “El contingente llegó a Haití pocos días antes de la aparición de la epidemia y luego de un brote registrado en Nepal, donde la enfermedad es endémica”, informa la agencia Reuters.[2] Además, esas tropas arrojaban sus residuos sin tratar a un corriente de agua que fue el primer foco de la epidemia.
Esto detonó un estallido de furia de la población. Manifestaciones de jóvenes contra las odiadas tropas de ocupación se desarrollaron en varias poblaciones, al grito de “¡Abá MINISTAH! (¡Abajo la MINUSTAH!). La respuesta de esas tropas en “misión humanitaria” fue matar a algunos manifestantes, herir a varios más y dispersar a palos y gases lacrimógenos al resto.
Pero la rabia no es sólo por el cólera. Para muchos la epidemia es la gota que desbordó el vaso.
Antes del terremoto
Ya la situación de Haití era social y políticamente tensa antes del terremoto de enero de este año.
En el 2009, la situación había comenzado a calentarse con importantes luchas obreras. Y, además, en este “cóctel explosivo” se mezcló un elemento de suma importancia: un movimiento estudiantil universitario radicalizado, que apoyó las movilizaciones obreras y que además reclama el cese de la ocupación colonial. Ya había sectores estudiantiles que venían en conflictos desde abril.
En mayo de 2009, comenzó una batalla obrera que tendría casi inmediatamente consecuencias políticas, derivando en un enfrentamiento directo al gobierno y las tropas de la MINUSTAH, que se fue prologando, con intermitencias, casi hasta fin de año. En la represión de estas luchas, las tropas de ocupación, comandadas por los militares del progresista Lula, asesinaron o hirieron a decenas de obreros y estudiantes.
La lucha se inició con la exigencia de un aumento del salario. Al mismo tiempo que comenzaron paros totales y parciales que duraron casi quince días, miles de trabajadores hacían diariamente manifestaciones en las calles de Puesto Príncipe junto con los estudiantes.
Todo esto terminó de politizar la lucha, derivando en un enfrentamiento directo a la ocupación colonial y su gobierno títere, que se prolongó hasta agosto, donde se desencadenó una brutal represión de la MINUSTAH, se prohibieron las manifestaciones y fueron encarcelados numerosos luchadores obreros y estudiantiles. También muchos activistas fueron despedidos. Pero en noviembre, los estudiantes volvieron a la lucha.
En síntesis: la situación de Haití previa al terremoto no era precisamente de “paz social”, ni de aceptación resignada de la esclavitud colonial.
Después del terremoto: promesas incumplidas y una monumental estafa
Lógicamente, el sismo que mató instantáneamente a unos 300.000 haitianos, dejó sin viviendas a 1.500.000 y destruyó la capital, puso también en estado de shock a las masas trabajadoras y populares.
A eso se agregó una operación de circo mediático sobre la “ayuda humanitaria”, complementada por otra operación más discreta pero efectiva de desembarco de 15.000 marines para “guardar el orden”.
Con bombos y platillos se habló de implementar una “ayuda” internacional de miles de millones de dólares, que permitiría la reconstrucción de Haití. Una nube de ONGs se precipitó sobre el país, al tiempo que comenzaba a “pasar la gorra” en todo el mundo. EEUU anunció, entre otras medidas, la formación de un comité especial presidido por Clinton y Bush. En marzo, bajo el auspicio de Obama, se realizó una conferencia internacional de donaciones para la reconstrucción de Haití. Luego, pasada la fiebre del momento, se impuso el conveniente silencio mediático.., y nadie volvió a hablar de Haití en la TV y la prensa.
Ahora, a casi un año del terremoto, resulta que en Haití no se ha reconstruido prácticamente nada.
De las sumas prometidas por los gobiernos en esa conferencia internacional de marzo, no ha llegado casi nada, sólo el 2%.[3] En cuanto a las donaciones recaudadas por las ONGs, gran parte ha quedado en sus bolsillos.
Lo que resta de eso, tampoco ha beneficiado mayormente a la población. ¡Los corruptos políticos y empresarios haitianos, en los que se apoyan los ocupantes, han sacado también su tajada!
Veamos algunos ejemplos: “Una de las mayores organizaciones no gubernamentales, la Cruz Roja Americana, ha sido criticada por su manejo de los fondos de ayuda por el terremoto. La Cruz Roja consiguió 225 millones de dólares de donaciones privadas, pero sólo asignó 106 millones para alivio de Haití. Esto supuso que 149 millones fuesen dado por ‘desaparecidos’ respecto a Haití.”[4].
Acerca de estos escándalos, una periodista estadounidense que visitó Haití, informa que “los haitianos están enfadados y se preguntan adónde fueron a parar los millones de dólares donados inmediatamente después del terremoto. La organización Disaster Accountability Project descubrió que de las 197 organizaciones que pidieron dinero luego del terremoto, sólo seis han puesto a disposición informes públicos que detallan sus actividades” [5].
El resultado de esta suma de ocupación imperialista + promesas de fondos de los gobiernos que no se cumplen + latrocinios de las ONGs + elite haitiana y gobierno títere absolutamente corrupto, lo sintetizó hace poco el corresponsal de un periódico de Euzkadi:
“Todo son escombros, como antes y después del sismo. Cuando se cumple medio año del terremoto en Haití, ocurrido el 12 de enero, el proceso de reconstrucción está bloqueado. Miles de personas se ven aún obligadas a vivir en refugios improvisados... Tras estos largos seis meses todo sigue igual. Las mejoras han sido pocas o cuando menos, lentas. Toneladas de escombros siguen entorpeciendo el proceso de reconstrucción y los afectados continúan intentando subsistir como pueden. La gran mayoría de los supervivientes se ven obligados aún a vivir sin un refugio seguro, sin agua potable, sin electricidad ni cuidados médicos...”[6]
El cólera, la cólera del pueblo y una farsa electoral
El cólera aparece en medio de esta situación intolerable. Suena por eso increíble que, en este cuadro, el gobierno títere organice “elecciones presidenciales” para el domingo 28 de octubre.
La ocupación militar extranjera basta y sobra para quitar legitimidad a cualquier elección. Pero a esto, las “autoridades” haitianas le han agregado las proscripciones del ex presidente Aristide (que si se presentase muy probablemente ganaría) y de otro candidato también con demasiados votos, el cantor de hip-hop Wycleff Jean.
En las últimas elecciones realizadas en Haití bajo la ocupación, la abstensión superó el 90%. En las del próximo domingo, no sabemos si esta cifra volverá a repetirse.
Sea como sea, lo más seguro es que el nuevo “gobierno” no tenga mucho más respaldo popular ni legitimidad que el “presidente” saliente, el corrupto René Preval.
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