 | DONDE ESTÁ TU TESORO ALLÍ ESTÁ TAMBIÉN TU CORAZÓN |
El Señor Jesucristo declaró en una ocasión, lo siguiente: “Porque donde está vuestro TESORO, allí está también vuestro corazón” (Lc. 12:34). Es decir, si tu tesoro está en la tierra, entonces tu corazón también está en la tierra. Hay gente que tienen sus tesoros en los bancos, entonces el corazón de esa gente están puestos en sus cuentas bancarias; si nuestros tesoros están en nuestras joyas de oro y diamantes, entonces nuestros corazones están puestos en nuestras joyas de oro y diamantes; si nuestro tesoro está en una bella y seductora mujer que nos quita el sueño, entonces nuestro corazón está puesto en esa mujer bella y seductora.
Hay gente que atesora bienes en la tierra donde el orín corrompe, y ladrones hurtan. A estas personas, Jesús aconseja: "Sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan" (Mateo 6:19,20). Desafortunadamente muchos ricos han perdido sus riquezas o tesoros en un santiamén, ya sea por súbitos fracasos financieros, o por el hurto, y han terminado en la completa miseria y en una angustiante desesperación. Algunos, incluso, hasta optan por suicidarse, porque pusieron toda su esperanza y confianza en sus tesoros terrenales, y no atesoraron para la vida eterna, o para la vida de la Era venidera en el reino de Dios.
Hay, sin embargo, algunos ricos indolentes y afortunados que llegan a acumular más tesoros en la tierra sin que les haya sobrevenido el infortunio por los fracasos financieros o los hurtos. Pero Dios les da la advertencia de que finalmente terminarán en la miseria y en la condenación porque acumularon bienes a costa de explotar al humilde.
¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado TESOROS para los días postreros. He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia” (Santiago 5:1-6).
Proverbios 10:2: Los TESOROS de maldad no serán de provecho; Mas la justicia libra de muerte.
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