LOS JUDÍOS NO MALINTERPRETARON LA ENSEÑANZA DEL REINO DE JESÚS |
Evangelistas y evangelios incompletos
Los evangelistas de hoy nos sorprenden mucho cuando evangelizan al mundo con un anuncio que no es completamente el evangelio original que debe ser proclamado para salvación. Y es que en realidad los “moribundos” espirituales están recibiendo de los “evangelistas” la mitad de la dosis curativa---¡más no la totalidad!
Sí, la gran mayoría de predicadores se han olvidado, o pero aún, ignoran por completo, que el remedio o dosis completa de salvación es Cristo mismo y su reino de justicia, el anuncio o buenas nuevas que él vino a proclamar por encargo de Su Padre y que nosotros debemos igualmente aceptarlo y “recetarlo” a otros (Mt. 24:14). Pareciera que simplemente las biblias de estos predicadores no contienen el verso 43 de Lucas 4, o que éste no dice lo que verdaderamente dice, sino algo muy distinto. ¿Pero por qué tanto descuido de este pasaje tan crucial de la Biblia? ¿Es que acaso es tan complicado entenderlo e interpretarlo?
Si usted se toma el tiempo para escuchar a cualquier destacado evangelista radial y/o televisivo, usted notará inmediatamente que su prédica es Cristo y el llamado al arrepentimiento para obtener la salvación. Aparentemente está perfecto, pero no fue así cómo Jesús ordenó a los suyos predicar. Lo primero que hizo Jesús es mandar a sus apóstoles a predicar el reino de Dios por todos los pueblos y aldeas del país, y luego a llamar a la gente a la reconciliación con Dios para poder participar de aquel reino esperado y conocido por ellos, el cual iban proclamando su cercanía. Es decir, Jesús vino a traer esperanza al mundo, esperanza de salvación a través de su mensaje del reino, el cual sería una especie de “carnada” para atraer a millones peces a su gran red (iglesia). Esa carnada sabrosa que es el reino de Dios, no sólo atraería a judíos sino también a gentiles, es decir, a toda clase de personas. Hoy, difícilmente un pescador puede usar una carnada para atraer todo tipo de peces, pero el evangelio del reino es una carnada muy sabrosa y seductora para atraer a potenciales peces de todos lados para el Señor Jesucristo.
Jesús no cambió la promesa del Reino a los Judíos
Fíjense ustedes que Jesús inició su ministerio predicando el reino de Dios, y a éste anuncio él lo llamó muy claramente “El Reino de Dios”. Ahora bien, Jesús no dio mayores explicaciones de lo que éste era a sus paisanos judíos, y la razón es muy simple, porque sus paisanos ya sabían perfectamente lo que Jesús quiso decir por el Reino de Dios. Siendo esto así, ¿por qué los teólogos de hoy quieren darle un significado distinto del que tiene en realidad? Reflexione! Si Cristo hubiera aparecido en su tiempo para predicarles a sus paisanos un reino espiritual en el “corazón de los fieles”, o un reino que es sinónimo del “cuerpo místico de Cristo”, ¿lo hubieran entendido los judíos? De seguro que no! Pero Jesús no vino a cambiar lo que antes había prometido Dios a sus fieles, sino a confirmar todas las promesas hechas a los padres (Rom. 15:8).
Así que si Jesús vino a confirmar las promesas hechas a los padres Abraham, Isaac, Jacob, David, no tenemos porqué nosotros cambiar lo que Cristo confirmó y no cambió en absoluto. Es por eso que es muy importante que nos mantengamos firmes a las promesas antiguas, y no pretendamos con sutiles argucias cambiar lo que se prometió, espiritualizando o alegorizando las promesas.
Desafortunadamente, Agustín de Hipona no entendió esto y procedió con su lúcida mente a trocar el verdadero sentido del reino con una interpretación ingeniosa, pero completamente engañosa, de un “reino eclesiástico” presente en la tierra. Hoy, incluso, algunos grupos protestantes han caído bajo el embrujo de Agustín, y se contagiaron con este presente “reino eclesiástico” en la tierra (la iglesia). Pero estos predicadores no entienden que Cristo le prometió a sus seguidores DARLES UN REINO… ¡no una iglesia! (Lc. 13:32).
El Reino por el Cielo
Otro gran grupo de Cristianos sostiene que el reino de Dios, o también llamado “el reino de los cielos”, es el cielo mismo, donde supuestamente reinaremos con Cristo para siempre. Sin embargo, el hecho que el reino es de los cielos no significa que el reino ES en los cielos. ¿Comprende la diferencia? ¡Pero hay algunos que aún les cuesta entender esta simple verdad!
En el NT vemos que un ángel DEL CIELO vino a la tierra para fortalecer a Jesús. Es decir, aquí tenemos un ejemplo de algo que es DEL CIELO pero que bajó a la tierra para cumplir una función encomendada (Lc 22:42,43). Asimismo, el reino de Dios es DE LOS CIELOS, pero se establecerá en la tierra para cumplir su función. Nuevamente lo repito: el hecho de que este reino es DE LOS CIELOS no significa que será un reino EN los cielos, sino, más bien, QUE ES DE DIOS, o que LE PERTENECE A ÉL! Nosotros, por ejemplo, ya no somos de este mundo, sino del cielo, o de Dios; SIN EMBARGO, PERMANECEREMOS EN ESTA TIERRA (ver 1 Juan 4:5,6; Mateo 5:5).
Los Apóstoles tampoco malinterpretaron el reino
En Hechos 1:3,6,7 los apóstoles le hacen a Jesús una última pregunta crucial antes de su partida al Padre, y que resume– a mi juicio— toda la esperanza apostólica. Sí, en esa última pregunta está concentrada toda la esperanza apostólica, la cual el cristianismo de hoy parece ignorarla por completo debido a sus profundos prejuicios contra los judíos.
Algunos teólogos destacados, pero infortunadamente ciegos debido a sus prejuicios, han querido convencernos de que los apóstoles no entendieron la naturaleza del reino después de tres años y medio de instrucción por parte de Jesús. ¿Pero podría alguno suponer que Jesús fracasó en su tarea de evangelización?¿Predicó Jesús un reino que dejó O a sus seguidores más cercanos? No lo creo!
En esa pregunta final que anotamos a continuación, ustedes podrán analizar la pregunta de los discípulos, y la respuesta del Maestro, y luego ustedes sacarán sus propias conclusiones, a ver si coinciden con las mías:
Hechos 1:6 “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad”.
Conclusiones:
1.- Los discípulos le preguntan a Jesús si el reino sería restaurado a Israel en sus tiempos.
2.- Jesús NO reprende a sus discípulos por la pregunta que ellos le formularon, y que algunos teólogos modernos injustamente han considerado como necia y errada, porque éstos han dado por sentado que el reino nada tiene que ver con los judíos.
3.- Jesús implícitamente acepta como válida y oportuna la pregunta de sus seguidores, pero les responde que el tiempo para la tan anhelada restauración del reino a los judíos y a Israel, sólo lo sabe Dios.
Dicho esto, les dejo a ustedes sacar sus propias conclusiones, y decidan si en verdad los discípulos estaban errados pensando en una futura restauración del reino a Israel.
Dios los bendiga.
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