LUZBY BERNAL

jueves, 26 de mayo de 2011

LA CORTE Y LAS FARC

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OPINIÓN
Aunque también sea llover sobre mojado, empecemos por deplorar y condenar, otra vez, los impúdicos festines a los que se dedicó la Sala Penal de la Corte, financiada por gente tan vecina a la mafia como Ascensio Reyes y Giorgio Sale. Los famosos viajes a Neiva, a Sincelejo en las francachelas del 20 de enero, a Barranquilla en la mitad del Carnaval, y a Santa Marta, donde se fueron a recordar la época en que tiraban cometas, pasarán a la Historia Universal de nuestra infamia. Mejor dicho, ya quedaron instaladas en ella para siempre.
Sintiéndose sorprendida en esas villanías, la Sala Penal tomó por el atajo de las vindictas, sin escatimar en el precio de las injusticias. Ese es el origen de los procesos de la llamada parapolítica, en los que la Corte santificó como testigos a los peores criminales, derogó las reglas universales sobre la crítica testimonial, usó documentos que nada enseñaban, impuso la regla detestable de comprar testigos en los más bajos fondos del crimen y declaró como plena prueba lo que no alcanzaba a principio que justificara el inicio de una investigación seria. Pero la venganza tiene sabor dulce y la Sala Penal se ha tomado hasta la última copa del almibarado cáliz. ¡A qué costo!
La desbocada carrera continuó hacia la retaliación directa contra los amigos y colaboradores del odiado Presidente. Y montó la farsa de las chuzadas, cuando no ha podido probar la existencia de una sola; la de los seguimientos ilegales, cuando ese tipo penal no existe en ningún código; y por supuesto el concierto para delinquir, cuando no hubo delito para concertarse. Y por el tiempo en que fue dueña de la Fiscalía, la emprendió con el tema de Agro Ingreso Seguro y montó el gatillo contra todos los servidores de las Fuerzas Militares que cayeron en sus garras.
Como en las bodas de Canaan, lo mejor estaba para el final. Suponiendo, claro está, que no haya nada peor que más tarde se le ocurra. Porque ahora sale la Corte con la mayor estupidez jurídica que se le ha podido ocurrir, ésta de declarar inválidas todas las pruebas documentales encontradas en el campamento donde fue abatido Raúl Reyes, porque Colombia no le pidió permiso al Ecuador para atacar esa base enemiga.
La Operación Fénix será el único bombardeo de una Fuerza Aérea contra objetivo enemigo, que haya ido acompañado de un grupo de Policía Judicial. Que fue el que obró recogiendo los computadores y guardando su contenido, con tanto celo que la Interpol reconoció la autenticidad plena de esos documentos electrónicos. Que son válidos en el mundo entero, menos en Colombia, donde la Corte quiere desaparecerlos, porque no se le pidió permiso a las Farc, ni a sus amigos ecuatorianos, para obtenerlos.

Jamás se ha pretendido que un documento requiera su origen impoluto para ser tomado como prueba en un proceso judicial. Los documentos son auténticos o no, constituyen o no prueba de lo que muestran, están bien o mal recaudados en un proceso. Pero nadie les ha pedido partida de bautismo como condición para que después sean valorados. Los documentos en causas criminales suelen tener los más azarosos orígenes. A veces los produce la mafia, a veces surgen de atracos y de asaltos, a veces se encuentran en sórdidos refugios de bandidos. Lo importante es que una vez conocidos no sean manipulados o alterados y lo demás es el análisis judicial de su forma y de su contenido.
Los documentos de las Farc, como los de la mafia y los de los paramilitares, vienen muy sucios desde las cabeceras. Lo que no le ha impedido a la Corte usarlos contra sus enemigos. Lo que ha hecho con pasión y con fruición. Solo que ahora se trata de dar la última puntada a su trama infernal.
Con su providencia, la Corte no solo puso a cubierto a Wilson Borja. Su tesis ampara a todos los amigos de la guerrilla, a sus cómplices y auxiliadores. Y de paso condena a Colombia en el proceso que por la Operación Fénix le instauró Ecuador. ¿Si esa figura no se llama traición a la Patria, para cuando la reservamos? 


Que  tal  que  las  pruebas  e informaciones obtenidas en el ataque de USA a Bin  Laden no pudiesen ser usadas por no pedir permiso a Pakistan  para llevar a cabo el operativo  ?
Manizales,
jueves 26 de mayo de 2011

Enviado mail:OW

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