LUZBY BERNAL

jueves, 28 de marzo de 2013

EL CAMINO DEL CAFÉ



EL CAMINO DEL CAFÉ

Jamás se había visto, en Colombia; un paro más justo que el de los caficultores. En lugar de estar produciendo café, lo estamos importando de inferior  calidad y en grandes cantidades, con grave deterioro para el precio
interno y descredito para nuestro País! No se justifica que el ICA, esté expidiendo los  fitosanitarios, a sabiendas que no reúnen los requisitos mínimos de control de calidad para ser sujetos de importación.
En nuestro poder, tenemos declaraciones que a 31 de diciembre de 2012,sobrepasan las cien mil toneladas. ¿De quién es el negocio y qué se esconde detrás de todo esto? ¡Investiguen Señores de los Organismos de Control! No hay derecho que nuestros campesinos caficultores y el País, estén viviendo semejante drama por cuenta de un grupo de burócratas irresponsables, que manejan tan respetable gremio a su acomodo. La mayoría de los pequeños y medianos caficultores están padeciendo hambre, enfermedades y miseria, por culpa de estas políticas absurdas, equivocadas y muchas veces deshonestas.
El cultivo del café en nuestro País, empezó su auge con la fundación de la Federación Nacional de Cafeteros en la ciudad de Medellín en el año de 1.927. Desde sus inicios hasta 1.989, fue gerenciada por verdaderos baluartes, que avizoraban en el café magnífico futuro, puesto que su delicioso aroma invadía los mercados internacionales, y tan respetable entidad era manejada con criterio de empresa privada.
Lamentablemente, ante las heladas de Brasil, principal productor mundial del grano, se generó la crisis, y los pulpos en Colombia para suplir este desfase, sacrificaron la calidad y el aroma, por la cantidad, sembrando caturra y variedad Colombia, que infortunadamente es de inferior calidad a las variedades ancestrales de Borbón, arábigo y pajarito. Pero, lo más grave, exigieron a los caficultores tumbar las sombras que protegían los cultivos de origen, y a utilizar fertilizantes a costos inabordables. Antes de la década de los setenta el café se abonaba con insumos de las mismas fincas a través de fosas de desechos de los mismos cafetos, que los productores procesaban y. administraban con facilidad y asombrosa rentabilidad.
Cuando en 1.989, ocurrió el rompimiento del Mercado de Cuotas, que duró 29 años- el cual fue manejado por el Pacto Internacional del Café-, nuestro producto insignia empezó a perder terreno en los mercados internacionales. Sin embargo, durante ese período de gloria, se logró la financiación de Fedecafé y crearse el Fondo Nacional, con excelentes resultados: fueron muchas las escuelas rurales, vías de penetración, centros de salud y electrificación, que se construyeron, entre otras obras.
Esta bonanza contribuyó también a fundar la Flota Mercante Gran colombiana, la empresa aérea Acces, el Banco Cafetero, entre otras, que permitieron que nuestros caficultores vivieran sin mayores apremios y afujías económicas, puesto que les llegaban bonificaciones y ayudas con mayor frecuencia. Hoy en su mayor parte se encuentran embargados por los Bancos.
Lamentablemente, todas estas empresas se liquidaron o vendieron ante las dificultades económicas que se presentaron debido a malos manejos, puesto, que, fueron gerenciadas con criterios políticos. Ninguna de ellas, logró sobrevivir, todas naufragaron, y lo más grave, los pequeños y medianos productores no fueron notificados de semejante debacle.
Uriel Ortiz Soto, El Espectador.com
 
 
M. Adriana Salazar R.
Ingeniera Agrónoma
Universidad Nacional de Colombia, Sede Palmira
T. Profesional No. 22.792 del Min. Agric. y Des. Rural
CeL 310 5072775

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