Cuando el alma ha roto los lazos de la razon, Dios obra en ella y la llena de luz y sabiduria.
Solo basta la Fe. Una vista sincera y dulce sin reflexion ni razonamiento.
La contemplacion es uno de los caminos para llegar a Dios.
Para alcanzarla es fuerza abandonar todos los objetos creados, así espirituales como materiales, y ponerse en manos de Dios.
En el interior del alma se halla su imagen, se escucha su voz, como si no hubiera en el mundo más que él y nosotros.
El objetivo es desterrar la rebelión de nuestra voluntad y conducir a la paz y recogimiento interior.
No hay que temer por las tinieblas, por la sequedad y las tentaciones. Son medios de que Dios se vale para purificar el alma.
La nada es el camino más breve para llegar al Soberano Bien, a la pureza del alma, a la contemplación perfecta y a la paz interior.
«Abismaos en la nada y Dios será vuestro todo. »
En no considerar nada, en no desear nada, en no querer nada... consiste la vida, el reposo y la alegría del alma, la unión amorosa y la transformación divina.
“Vuestra alma es el centro, el asiento y el reino de Dios. Si queréis que el Soberano Rey venga a sentarse en el trono de vuestra alma, debéis tenerla limpia, tranquila vacía y sosegada; tranquila y exenta de errores; vacía de pensamientos y deseos; sosegada en las tentaciones y aflicciones.”
Fragmentos de la Historia del Quietismo
(Miguel de Molinos) 1628-
Su Guía espiritual, con el significativo subtítulo "Que desembaraza al alma y la conduce por el interior camino para alcanzar la perfecta contemplación y el rico tesoro de la interior paz" se publicó en italiano (Roma, 1675). En ella Molinos expone el mejor camino para llegar a Dios; el último objetivo es el amor de Dios, para el cual el alma no ha de hacer nada: ha de estar pura y sin pecado, aligerada de toda preocupación o meditación, quieta. Dios hará lo demás. Esto produce un vacío espiritual, una nada, como el camino más corto para llegar a Dios. Estas doctrinas son curiosamente muy cercanas al budismo y a su búsqueda del nirvana,
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