“Y de todo lo que vive, de todo ser, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán”.
Uno de nuestros radio escuchas de Momentos de la Creación ha escrito para preguntar cómo explican los evolucionistas el desarrollo del macho y la hembra. El problema es que, si una mutación produjo al macho primero, no es probable que otra mutación haya podido producir la primera hembra al mismo tiempo y en el mismo vecindario. El escritor además señaló que ahora los estudios muestran que con los actuales errores genéticos que todos llevamos dentro, un macho y una hembra no serían suficientes para establecer una nueva población de criaturas de ambos sexos.
La pregunta es importante. Los evolucionistas han admitido que su teoría no tiene una explicación satisfactoria de como llegaron a ser los machos y las hembras. Un evolucionista inclusive señaló que debido a que los evolucionistas no tienen ninguna explicación creíble, la mayoría de textos escolares simplemente ignoran la pregunta sin importar cuan obvia es.
Pero los evolucionistas también señalan que los problemas en explicar el origen de los machos y las hembras son aún más grandes que aquellos que acabo de mencionar. Ahora ellos admiten que sus estudios muestran que si las criaturas progresan por medio de la evolución, las criaturas que se reproducen sexualmente estarían en una desventaja. ¡Aún peor, la reproducción sexual esta, como un evolucionista lo puso, diseñada para desyerbar las mismas variaciones genéticas que supuestamente causa la evolución!
Entonces es difícil entender, como alguien podría decir que la evolución ofrece una mejor explicación de la vida que el relato de la Biblia sobre la creación.
Oración:
Amado Padre, Te agradezco que en Tu sabiduría nos has hecho hombres y mujeres, y que lo has hecho de una manera que confunde la sabiduría rebelde del hombre. Ayuda a que este hecho sea un testimonio de Tu gloria. En nombre de Cristo Jesús. Amén.
Notas:
Kathleen McAuliffe, “Why we have sex,” OMNI, Vol.6-3, December 1983, pp.18&165.
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