LUZBY BERNAL

domingo, 10 de abril de 2011

Yad Vashem memoria gráfica del juicio a Adolf Eichmann

Yad Vashem de Jerusalén exhibe la memoria gráfica del juicio a Adolf Eichmann
El Museo del Holocausto de Jerusalén, Yad Vashem, expone desde mañana un 
centenar de documentos, fotografías, recortes de 
periódicos y objetos sobre
el juicio en Israel que llevó la ejecución del nazi  
Adolf Eichmann 
hace cincuenta años.
La muestra, que permanecerá casi un año abierta
al público, 
lleva por título la conocida frase "Hay aquí conmigo
seis millones 
de acusadores", pronunciada en el proceso por el fiscal
jefe, Gideon Hausner, en referencia al número de judíos
asesinados por los nazis durante la Segunda Guerra 
Mundial (1939-1945).
"La exposición tiene un mensaje muy claro: Eichmann 
no era el hombre detrás del escritorio" que se limitaba
a cumplir órdenes, como alegó a lo largo de todo su 
juicio, sino "un asesino activo 
que no aceptó liberar a un sólo judío" de los campos de
exterminio, afirma el historiador Gideon Greit, asesor
académico de la muestra.
Eichmann, teniente coronel que gestionaba la aplicación
de la "Solución Final", el plan de aniquilación de los 
judíos europeos aprobado en 1942, "llegó incluso a 
desobedecer órdenes de sus superiores por la obsesión 
de matar cuantos más judíos fuera posible", agrega.
La exposición, que se centra más en los aspectos visuales
del juicio que en los académicos, tiene también un claro
componente pedagógico.
"Queremos enseñar a las jóvenes generaciones el papel 
que ha desempeñado este juicio en los anales de Israel.
La muestra nos permite 'tocar' ese momento histórico
al tocar los documentos de esos días", apunta la curadora 
y vicedirectora de Yad Vashem, 
Yehudit Shendar.
Tras la victoria aliada en 1945, Eichmann logró huir a
Argentina, donde comenzó una nueva vida como 
trabajador de la Mercedes
Benz bajo el nombre falso de Ricardo Klement.
Allí fue capturado en 1960 por los servicios secretos
israelíes en una operación que implicaba transportarlo 
a Tel Aviv sedado y disfrazado de tripulante en un vuelo 
vía Dakar.
El proceso, que atrajo la atención del mundo entero, 
comenzó un año después en Jerusalén
y concluyó con la única pena capital civil que ha sido aplicada en los 64 años de historia del Estado de Israel. Eichmann fue ahorcado en mayo del 1962.
La exposición, que no aborda la ejecución ni sus dilemas morales, incluye precisamente una grabación del juicio y fotos de los cerca de cien supervivientes de la Shoá (Holocausto, en hebreo) que echaron por tierra con sus testimonios la imagen que 
Eichmann 
se esforzó por presentar de mero burócrata eficaz que 
se limitaba
a cumplir órdenes.
La muestra también contiene libros y recortes de 
periódicos en hebreo, alemán o francés sobre el juicio,
así como la conocida fotografía que muestra a 
Eichmann mientras un médico israelí 
le hace un chequeo en la prisión.
La imagen se presenta acompañada del poema 
"All there is to 
know about Adolph Eichmann" (Todo lo que hay que 
saber sobre 
Adolf Eichmann) del músico y escritor canadiense 
Leonard Cohen, que alude a la normalidad de una 
persona capaz de enviar a la
muerte a cientos de miles de familias.
Esta "banalidad del mal" (término acuñado por la 
filósofa alemana Hannah Arendt en su ensayo 
"Eichmann en Jerusalén" para argumentar que las 
grandes tragedias son obra de gente común 
que simplemente ha normalizado su rol y renunciado 
a tomar decisiones morales) está muy presente en la
vitrina donde se 
exponen los humildes y cotidianos objetos que portaba
el falso Ricardo Klement el día de su captura.
Allí se puede ver su tarjeta de trabajador de la 
Mercedes Benz,
una billetera roja, unas gafas, unos pocos pesos 
argentinos y un recorte de periódico en alemán, que
concluye con un llamamiento
de un general estadounidense a "destruir al enemigo"
en la
Segunda Guerra Mundial.
Este texto y las primeras palabras que al parecer
Eichmann pronunció tras su secuestro, "Ya me he 
rendido a mi destino",
llevan a pensar que el militar nazi camuflado siempre
previó el
juicio que acabaría por llevarle a la horca. 

EFE y Aurora

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