July 29th, 2011
Otro Mundo es Posible
Una exposición prolongada a la contaminación atmosférica puede llevar a cambios físicos en el cerebro, así como ocasionar problemas de aprendizaje y de memoria, e incluso ansiedad. Así lo sugieren los resultados de una nueva investigación con ratones.
Mientras que otros estudios han mostrado los efectos perjudiciales del aire contaminado en los pulmones y en el corazón, éste es el primero en mostrar el impacto negativo sobre el cerebro.El equipo de Laura Fonken, Randy Nelson, Qinghua Sun y Sanjay Rajagopalan, de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, ha extendido al cerebro una línea de investigación anterior en la cual se comprobó que el material particulado fino que flota en el aire, por culpa sobre todo de la contaminación atmosférica causada por el Hombre, causa inflamación en buena parte del cuerpo, y puede estar relacionada con problemas de presión arterial alta, diabetes y obesidad.
Fonken y sus colaboradores expusieron a los ratones a un aire contaminado o filtrado durante seis horas cada día, cinco días por semana, a lo largo de un período de 10 meses, casi la mitad del tiempo de vida medio de los ratones.
El aire contaminado contenía partículas finas, el mismo tipo de polución creado por automóviles, fábricas y el polvo natural. Las partículas finas de esa clase son diminutas, de unos 2,5 micrómetros de diámetro, o aproximadamente una treintava parte del grosor de un cabello humano. Estas partículas pueden penetrar a gran profundidad en los pulmones y otros órganos del cuerpo.
La concentración de este material particulado al que fueron expuestos los ratones es equivalente a la concentración a la que las personas pueden estar expuestas en algunas áreas urbanas contaminadas.
Después de transcurridos los 10 meses, los investigadores sometieron los animales a una serie de pruebas de comportamiento. Tanto la conducta de los ratones, como los resultados de los exámenes neurológicos que se les hizo, denotan que los sometidos al aire polucionado tenían más problemas de aprendizaje y memorización, y mayores niveles de ansiedad.
Los resultados sugieren que la exposición prolongada al aire contaminado puede tener efectos medibles y negativos en el cerebro humano, capaces de provocar diversos problemas de salud mental. Esto podría acarrear consecuencias importantes y preocupantes para quienes viven y trabajan en áreas urbanas contaminadas.
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