Omraam M. Aivanhov ~ Revivid los momentos de felicidad.
Vais
a un concierto y oís, supongamos una sinfonía de Beethoven o una Misa
de Mozart que os eleva. Habréis vivido durante este tiempo momentos
sublimes y, de vuelta a vuestra casa, pensáis que os gustaría volver a
oír esa misma música para poder sumergiros en la misma atmósfera, y
revivir las mismas maravillosas sensaciones. ¿Qué hacéis entonces?
Sabéis que esta música está grabada. Vais entonces a comprar el disco, y
cuando lo tenéis, podéis escucharlo tantas veces como queráis; forma
parte de vuestra discoteca.
Pues bien, sabed que también existe
una discoteca en nosotros mismos. Sí, el menor acontecimiento que
vivimos durante nuestra existencia queda grabado en nosotros. En
psicología, estas grabaciones reciben el nombre de memoria o de
subconsciente. Poco importa el nombre que se les de, lo esencial es
saber utilizarlas. Cuando consigáis vivir un segundo divino, la
eternidad ya se ha deslizado en este segundo. Habeis imprimido un
cliché, y este cliché vivirá eternamente, permanece ahí, imborrable en
vosotros. Por lo tanto, cuando os sintáis indispuestos, trastornados, en
el vacío, entrad en vuestra discoteca interior y esforzaos por
reencontrar esos estados de conciencia maravillosos gracias a los
cuales, por lo menos durante algunos segundos, comprendisteis que la
existencia puede ser luz, paz, belleza, amor, plenitud. Incluso si de
momento os encontráis en una situación y estado de ánimo muy alejados de
esos momentos felices, como estos aún permanecen en vosotros, podéis
recuperados y sentiros invadidos por sus vibraciones benéficas.
Desconocéis
las' inusitadas posibilidades que poseéis, y esta ignorancia es la que
os impide comprender, avanzar, crear. Lo tenéis todo dentro de vosotros,
pero no trabajáis porque nadie os ha revelado vuestras posibilidades. y
así, el tiempo pasa, la vida se va y sin haber hecho nada.
Incluso
la criatura más desgraciada, la más desprovista, ha tenido en su vida
algunos momentos de felicidad que puede recordar para neutralizar los
pensamientos y los sentimientos que le agobian. ¿Por qué recordar
continuamente sus decepciones, sus penas? La ignorancia, siempre la
ignorancia... Observaros y constataréis que no os esforzáis demasiado
para revivir los momentos felices que habéis tenido. Por el contrario,
¡con qué facilidad retenéis los recuerdos penosos y dolorosos! ¿Por qué?
¿De quésirve? Es ya el momento de aprender a trabajar con los elementos
positivos.
En vuestra familia, con vuestros amigos, ¿no habéis
vivido momentos felices?.. Y con libros,con obras de arte, con música...
o frente a algunos espectáculos de la naturaleza... Entonces,
rememorad esos momentos, aunque sólo sean tres, cuatro, o tan sólo uno
de ellos... Recordadlos a menudo... recordad el lugar, las
circunstancias, las personas, concentraros para recobrar los mismos
pensamientos, los mismos sentimientos, las mismas sensaciones. Poco a
poco, tendréis la impresión de vivir de nuevo estos estados, con la
misma. intensidad, como si los estuvierais viviendo realmente. Lo
esencial no es lo que ocurre objetivamente, en el exterior, sino lo que
sentís interiormente.
Rememorad desde ahora todos los momentos en
los que habéis comprendido, sentido que la vida era bella y que tenía
un sentido. Que todos estos momentos estén ahí a vuestra disposición
para el día en que los necesitéis. Incluso procurad saber elegir el
recuerdo ya que según las circunstancias, al igual que una música es más
apropiada que otra, éste puede ser más benéfico que otro.
y cuando
hayáis recopilado estos momentos, rememoradlos a menudo. Así los
amplificaréis, los vivificaréis y contrariamente a lo que ocurre con los
discos comerciales que acaban deteriorándose por el uso, cuanto más
utilicéis esos otros discos grabados en vuestro corazón, en vuestra
alma, más sólidos y resistentes se volverán. Además, rige la misma ley
tanto si son benéficos como nocivos: cuánto más los utilicéis más
resistentes se volverán.
¿Lo habéis comprendido? Cuando os
sintáis desgraciados, desmoralizados, siempre es posible recordar
aquellos minutos en los que sentisteis la realidad de la vida divina.
Recordad, siempre habréis vivido algún día en vuestra vida en el que
sentisteis una voz magnífica cantar melodías celestiales. Entrad en
vuestra discoteca interior, poned el disco en vuestro aparato; os
sentiréis de nuevo cautivados, atrapados por su encanto... Poco a poco
os recuperaréis y seguiréis vuestro camino llenos de esperanza.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Pag. Anterior: Omraam M. Aivanhov - Un secreto mágico: la gratitud.
http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar/index.php?ndx=2612
No hay comentarios:
Publicar un comentario