LUZBY BERNAL

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Las ocho razones por las que la sociedad civil no se sentará en la mesa de negociación

Las ocho razones por las que la sociedad civil no se sentará en la mesa de negociación 

A medida que se acerca la instalación de la mesa de negociación con las Farc en Oslo crecen las peticiones y sugerencias de la sociedad civil, que quiere ser tenida en cuenta durante las conversaciones. Es un indicador de la esperanza que genera el proceso que, si el Gobierno no maneja bien, puede convertirse rápidamente en una frustración. Sobre todo porque, tal como está concebida la negociación, los ciudadanos solo jugarán un verdadero rol más adelante, en la fase de implementación.
Hoy Ernesto Samper y Horacio Serpa lanzaron una propuesta para humanizar el conflicto  y crear una comisión de la verdad. Con esa idea, Samper y Serpa se suman a otras voces, que, desde que se anunció el inicio de diálogos, han exigido una silla en la mesa.
En su gira por Europa, Piedad Córdoba y la Marcha Patriótica han insistido en la participación de la sociedad civil, y ayer las regiones, a través de sus gobernadores, pidieron ser escuchadas. El Polo, en voz de Clara López, exigió la presencia de los trabajadores en la mesa, y la ONIC, en representación de los indígenas, también quiere meter su ficha.
Estas son las razones por las que esas sillas no van a estar a la mesa de diálogo:

1
Será una negociación directa: según el Acuerdo Marco acordado entre el Gobierno y las Farc y que será la hoja de ruta de las negociaciones que arrancan en los próximos días las “conversaciones serán directas e ininterrumpidas”. Es decir, sin intermediarios. Esto ya, de plano, descarta que participen directamente en la negociación personas diferentes a los cinco negociadores escogidos por el Gobierno y los cinco escogidos por las Farc.
2
No es un intercambio de puntos: en los seis meses en los que Sergio Jaramillo y Frank Pearl estuvieron reunidos con los delegados de las Farc se llegó a una Agenda Marco que tiene como objetivo buscar una fórmula conjunta para ponerle fin al conflicto armado. No será una negociación en la que el gobierno concede ciertas cosas a cambio de que las Farc cedan en otras, sino que se construirán unos acuerdos para ponerle fin al conflicto armado. En ese contexto, la agenda de discusión está acotada a cuatro puntos: una política de desarrollo agrario integral, mecanismos de participación política para los guerrilleros, solución al problema de drogas ilícitas y cómo resarcir a las víctimas. Por ejemplo, la propuesta de Piedad Córdoba y la Marcha Patriótica de debatir todo el modelo ecónomico no cabría en esta discusión. 
3
La negociación es para poner fin al conflicto armado y no para construir la paz: el Acuerdo Marco hace una diferencia entre “terminación del conflicto” y “construcción de la paz”. El equipo negociador se encargará durante la primera fase de lo primero: lograr que las Farc tomen la decisión de acordar en un documento público que dejarán las armas y que no buscarán sus objetivos por la vía armada. Las propuestas de la sociedad civil están más orientadas a construir la paz, y cabrían cuando se aborde ese punto, en la fase de implementación.
4
El cese al fuego vendrá después de la firma del Acuerdo: según el Acuerdo Marco una cosa será la elaboración del Acuerdo Final y otra el fin del conflicto, que los negociadores definieron como “un proceso integral y simultáneo”. Este último implica un cese del fuego bilateral y definitivo, la dejación de las armas, la implementación de la política de desarrollo rural y de los mecanismos de participación política.
Como el acuerdo se rige bajo el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado” el cese del fuego es una pieza integral de la implementación del Acuerdo, que es realmente la parte clave del proceso. Por eso, aunque desde un punto de vista humanitario tienen sentido las peticiones de que se llegue ya a un cese el fuego, dentro de la lógica de como está concebido el proceso esto solo sucederá cuando las Farc hayan aceptado públicamente que dejarán las armas.
5
En la mesa no se hablará de los hechos de la guerra: uno de los acuerdos a los que llegaron los negociadores es que no se discutirán en la mesa los hechos de guerra que sucedan paralelamente a las conversaciones. Esto permitió que, por ejemplo, la muerte del jefe guerrillero Alfonso Cano o los bombardeos al bloque que lidera ‘el Médico’ no afectaran el curso de las negociaciones. Pero también significa que las llamadas a humanizar el conflicto o a dejar a los indígenas por fuera de la confrontación, por ejemplo, tampoco cabrían en la mesa.
6
Es en la implementación del Acuerdo cuando participará la sociedad civil: la negociación está concebida de tal forma que se traslada hacia el final lo verdaderamente difícil que es la implementación del Acuerdo. En esta tercera fase, según el Acuerdo Marco, “el Gobierno revisará y hará las reformas y los ajustes institucionales necesarios para hacer frente a los retos de la construcción de la paz”. Y es allí donde se tiene previsto que participe la sociedad civil. Por ejemplo, si se crean unos consejos de reconciliación regional para concretar los programas de desarrollo rural allí participarían los indígenas, representantes de las víctimas, la Sac y demás, para aterrizar esos acuerdos.
7
Los mecanismos de acompañamiento de la sociedad durante las negociaciones ya están previstos: Mientras se firma el Acuerdo Final, está previsto que la sociedad civil pueda participar enviando propuestas a un buzón físico o electrónico, y produciendo documentos a través de foros o eventos similares. La Mesa también podrá hacer consultas directas y recibir propuestas en algunos puntos. Es posible que uno de esos espacios consultados vaya a ser el Consejo Nacional de Paz. Este órgano del Congreso, que fue convocado por el presidente Santos hace algunos días y en el que están representantes del Estado y de la sociedad civil  (minorías étnicas, sectores industriales, sindicatos, iglesia y organizaciones sociales). Aunque no tendrá una silla en Cuba puede ser el interlocutor de la sociedad civil en el proceso.  Su composición exacta está por definirse todavía y se habla de una reestructuración, pero seguramente serán muchos quienes querrán participar en él. 
8
La negociación se quiere hacer en el menor tiempo posible: aunque en respuesta al plazo que fijó Santos de haber llegado a un acuerdo para marzo, Timochenko dijo que el proceso no establece "fechas fatales", en el Acuerdo Marco acordaron por escrito “ garantizar la efectividad del proceso y concluir el trabajo sobre los puntos de la agenda de manera expedita y en el menor tiempo posible”. En parte, esto obedece a que tanto el Gobierno como la guerrilla tienen intereses electorales y quisieran rentabilizar políticamente el acuerdo en el 2014. Pero también alargar el proceso va en contravía de la realidad militar de las Farc. La muerte de miembros del Secretariado, incluyendo 'Alfonso Cano', muestra que en el mediano plazo van perdiendo la guerra. Y eso se ve refrendado en otras noticias, en el último mes desertó un cabecilla del frente 34 en Mutatá; fueron capturados un jefe del frente 48 en Putumayo y otro del frente séptimo en el Guaviare; murieron en combate el jefe de finanzas y de extorsiones  y la quinta cabecilla de la columna móvil Teófilo Forero en el Huila, el segundo jefe del tercer frente en Caquetá; un jefe del Comando Conjunto de Occidente en el Cauca y uno de la columna Héroes de Marquetalia en el Tolima. 
Solo ayer fue destruída una imprenta de dólares falsos de las Farc en Piendamó, Cauca, y se decomisó un millón de dólares falsos; se entregaron tres guerrilleros en la costa pacífica  y dos en Antioquia; el ejército decomisó 8 mil cartuchos y destruyó dos laboratorios de cocaína en ese mismo departamento; murió un cabecilla del frente 10 y fueron capturados otros tres guerrileros de ese frente en Arauca; y cayó un jefe de las milicias bolivarianas en Antioquia. 

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