En Colombia no estamos comiendo bien.
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Pésimos hábitos a la hora de alimentarse configuran un preocupante panorama.
Anemia, ayunos prolongados para bajar de peso o para mantenerlo, deficiencia de vitaminas, escaso consumo de frutas y verduras y un tiempo de lactancia inferior al requerido son algunos de los factores que están incidiendo en que los colombianos tengamos serios problemas nutricionales.
La última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin) muestra datos preocupantes: el 27,5 por ciento de los niños de entre 6 meses y 5 años tiene anemia, y esa enfermedad está presente en el 11 por ciento de los adolescentes y en el 7,6 por ciento de las mujeres en edad fértil.
Además, el 39 por ciento de los colombianos no consume productos lácteos todos los días, uno de cada tres no come frutas diariamente y cinco de cada siete no consumen verduras con la misma frecuencia (71,9 por ciento).
Y, por si fuera poco, según la encuesta, siete de cada diez colombianos incorporan comida de la calle en su alimentación diaria o semanal y el 36,6 por ciento consume golosinas diariamente.
"La desnutrición ha disminuido en términos globales, pero esto no evita que la alimentación poco saludable ocasione un estado de malnutrición", afirma la nutricionista clínica Lucía Correa.
Si bien hay factores económicos que condicionan esta situación, existen otros, culturales, arraigados en todos los estratos, que hacen que las dietas estén cargadas de carbohidratos. Basta ver la dieta corriente de los colombianos que, así tengan acceso a fuentes proteicas como el pescado de río, prefieren el plátano y la yuca como base alimentaria.
Un plan de alimentación balanceado, recuerda la nutricionista, debe incluir proteínas (como carnes, pescados y lácteos), carbohidratos (como cereales, plátanos y tubérculos) y reguladores (frutas y verduras), mientras las grasas y los azúcares se consumen de forma limitada.
Lactancia demasiado corta.
El otro problema es que la duración total de la lactancia en el país es de solo 14,9 meses, en promedio, cuando lo recomendable son 24 meses.
Desde el 2005, ese porcentaje se estancó y no mejora. "Ahí radica buena parte del problema de malnutrición -explica la nutricionista pediátrica Clara Rojas-. La lactancia exclusiva en los primeros 6 meses, y luego hasta los 2 años con una alimentación complementaria, es la base de la buena salud de ese futuro adulto".
De acuerdo con la Ensin, uno de cada cuatro niños de entre 1 y 4 años tiene deficiencia de vitamina A y cerca de uno de cada dos tiene deficiencia de zinc. La primera puede producir retraso en el crecimiento, infecciones repetitivas, caída del pelo, vista borrosa e, incluso, ceguera. Y la carencia de zinc se asocia con una menor eficiencia para aprovechar los alimentos, mala cicatrización de heridas, dermatitis y deterioro del sentido del gusto.
Un problema de pesoEstá fuertemente ligado con la crisis económica.
Según la Ensin 2010, en Colombia el incremento de 1,9 puntos porcentuales en la prevalencia de inseguridad alimentaria en el hogar, respecto de la cifra reportada en la Ensin 2005, no es ajeno al aumento sostenido de personas desnutridas en el mundo, a partir del 2006, por la crisis financiera.
La encuesta, además, dice que Colombia vive hoy una transición demográfica y nutricional, pues su población tiene, al mismo tiempo, problemas por déficit y por exceso de peso en los diferentes grupos de edades. Por ejemplo, en los niños aún se observa un retraso del crecimiento por desnutrición crónica, en especial en los del nivel I y II del Sisbén.
Y, paradójicamente, son ellos quienes tienen mayores problemas de exceso de peso.
Para lograr una buena nutrición
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una alimentación saludable es aquella que cumple con estas características: lograr un equilibrio energético y un peso normal; sustituir las grasas saturadas por grasas insaturadas y tratar de eliminar los ácidos grasos trans (que reducen la cantidad de 'colesterol bueno' en la sangre); aumentar el consumo de frutas, legumbres y cereales, y limitar la ingesta de azúcares libres y de sal.
REDACCIÓN SALUD EL TIEMPO.COM
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