LUZBY BERNAL

domingo, 9 de enero de 2011

Las Semillas del Éxito

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Dios mío, te doy 
gracias por este día. 
Sé que aún no he
logrado
todo lo que esperas de mí y si esa es la razón

por la cual me bañas
en el fresco rocío de otro amanecer; me 

siento muy agradecido.
Estoy preparado al fin, a hacer que te 

sientas orgulloso de mí. Me
olvidaré del día de ayer, con todas sus 

pruebas 
y tribulaciones, con
todos sus agravios y sus frustraciones. 

El pasado ya es un sueño
del cual no puedo recuperar ni una sola 

palabra, ni borrar ningún
acto imprudente. Sin embargo, tomaré 

la decisión de que si en el
día de ayer lastimé a alguien a través de 

mi imprudencia o mi
irreflexión, no dejaré que el día de hoy el 

sol se ponga sin
rectificarme y nada de lo que haga en 

este día tendrá mayor
importancia.
No me preocuparé por el futuro. 
Mi éxito y mi felicidad no dependen
de que me esfuerce en adivinar lo que 

me acecha débilmente en el
horizonte, sino en hacer en el día de 

hoy lo que claramente tengo al
alcance de la mano. Atesoraré este 

día, puesto que es todo lo que
tengo. Sé bien que sus horas que 

se deslizan apresuradamente, no
pueden acumularse ni almacenarse 

como un valioso grano, para su uso
futuro.
En el día de hoy me libertaré de la 
esclavitud del reloj y del
calendario. Aún cuando planearé este 

día con el objetivo de cuidar
de mis pasos, empezaré a medir 

mi vida en hechos, no en años; en
pensamientos, no en estaciones;

en sentimientos, no en los números
sobre un cuadrante. Estaré consciente

de lo poco que se necesita
para hacer de éste, un día feliz. 

Tendré presente que la felicidad
no es una meta, sino un producto 

secundario y que no hay felicidad
en tener o recibir, sino en dar.
Viviré como lo hacen todos los buenos 
actores cuando están en
escena, sólo el momento. 

No puedo desempeñarme al máximo 
este día
lamentando los errores de mis actos 

previos, ni preocupándome por la
próxima escena. Abordaré las tareas 

difíciles este día, recordaré
que mientras más ocupado esté

menos probabilidades tendré de sufrir,
más apetitosos serán mis alimentos, 

más dulce mi sueño y más
satisfecho me sentiré con mi lugar en 

el mundo.
No huiré de ningún peligro con el 
cual pueda tropezar en el día de
hoy, porque estoy seguro de que no me 

sucederá nada de lo que no
esté equipado para manejar con tu 

ayuda. Así como toda piedra se
pule por medio de la fricción, estoy 

seguro de que yo seré más
valioso a través de las adversidades de 

este día, y que si Tú me
cierras una puerta, siempre me abrirás

otra.
Viviré este día como el mejor. Seré un 
repartidor de dones y les
daré a mis enemigos el don del perdón; 

a mis oponentes, el de la
tolerancia; a mis amigos, el de una 

sonrisa; a mis hijos, el de un
buen ejemplo; y todos esos regalos

irán envueltos en un amor
incondicional. No desperdiciaré ni 

siquiera un preciado segundo del
día de hoy con sentimientos de cólera, 

de odio, de celos o de
egoísmo. Sé que las semillas que siembro

son las que cosecharé,
porque cada acción buena o mala, 

siempre va seguida de una reacción
igual. En el día de hoy sólo sembraré 

las buenas semillas.
Trataré el día de hoy como si 

fuese un inapreciable violín. Una
persona puede sacarle notas armoniosas 

y otra notas discordantes.
No obstante, nadie puede culpar al i

nstrumento. La vida es la misma
y si la toco correctamente, producirá 

belleza, pero si la toco con
ignorancia, producirá fealdad.
Durante este día trabajaré con 
todas mis fuerzas, satisfecho por
saber que la vida no consiste en 

revolcarse en el pasado o en mirar
ansioso hacia el futuro. Me causa 

consternación contemplar el
sinnúmero de dolorosos pasos 

mediante los cuales uno llega a una
verdad tan antigua, tan obvia y que 

se expresa con tanta
frecuencia. Cualquier cosa que me 

ofrezca, poco o mucho, mi vida es
ahora.
Trabajaré con el conocimiento de 
que nunca se ha logrado nada grande
sin entusiasmo. Para hacer cualquier 

cosa digna de hacerse, no debo
retroceder tembloroso pensando en 

el frío y en el peligro, sino
saltar al frente con entusiasmo y 

salir adelante tan bien como me
sea posible.
Me condicionaré a mí mismo para 
considerar todos los problemas con
los cuales tropiece en el día de hoy 

como si no fuesen otra cosa que
un guijarro en mi zapato. Me 

enfrentaré al mundo con las metas que
me he fijado para el día de hoy, pero 

serán metas fáciles de
alcanzar, no esa variedad tan vaga 

e imposible que declararan todos
aquellos que han hecho una carrera 

del fracaso. Me doy cuenta de
que siempre me pones a prueba 

primero con un poco, para ver lo que
haría con mucho.
Jamás ocultaré mis talentos. 
Si guardo silencio, seré olvidado, si
no avanzo, retrocederé. Si en el día 

de hoy me aparto de mi
desafío, mi propia estimación quedará

lastimada para siempre y si
dejo de crecer, aún cuando sea un 

poco, me empequeñeceré. Rechazo
la posición estacionaria porque 

siempre es el principio del fin.
Conservaré una sonrisa en mi rostro 

y en mi corazón, incluso si algo
me duele en el día de hoy. 

He comprendido que el secreto de
corregir la actitud de los demás, es 

corregir mi propia actitud. En
el día de hoy me alejaré de cualquier 

tentación que pudiese
obligarme a faltar a mi palabra o a 

perder el respeto hacia mí
mismo. Estoy seguro de que lo único 

que poseo más valioso que mi
propia vida, es mi honor.
Haré una pausa siempre que en el 
día de hoy sienta lástima de mí
mismo y recordaré que es el único día 

que tengo y que debo
aprovecharlo al máximo. Tal vez 

no logre reconocer lo que mi parte
pueda significar en el gran todo, pero 

estoy aquí para jugarla y
ahora es el momento de hacerlo.
Contaré este día como una vida 
separada. Recordaré que todos
aquellos que tienen menos cosas

de que arrepentirse, son aquellos
que aceptan cada momento tal y 

como se presenta y por todo lo que
vale. ¡Este es mi día! Estas son mis 

semillas. Gracias, Dios mío,
por este preciado jardín del tiempo.
"Así que, hermanos, mediante la 
sangre de Jesús, tenemos plena
libertad para entrar en el Lugar 

Santísimo, por el camino nuevo y
vivo que Él nos ha abierto a través de

la cortina, es decir, a
través de su cuerpo; y tenemos 

además un gran sacerdote al frente de
la familia de Dios. Acerquémonos, pues, 

a Dios con corazón sincero
y con la plena seguridad que da

la fe, interiormente purificados de
una conciencia culpable y exteriormente 

lavados con agua pura.
Mantengamos firme la esperanza

que profesamos, porque fiel es el que
hizo la promesa. Preocupémonos los 

unos por los otros, a fin de
estimularnos al amor y a las buenas 

obras. No dejemos de
congregarnos, como acostumbran

hacerlo algunos, sino animémonos unos
a otros, y con mayor razón ahora que 

vemos que aquel día se acerca"
Hebreos 10:19-25.

ABUNDANCIA INFINITA

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