LUZBY BERNAL

martes, 4 de enero de 2011

SERAS COMO LA MADRE TIERRA

SON LAS MADRES, Y NO LOS GUERREROS,
QUIENES HACEN A LOS PUEBLOS Y GUÍAN SU DESTINO.
Jefe Oso Erguido

 
A pesar de algunas apariencias, que nuestros prejuicios de europeos nos hacen interpretar de la manera más negativa posible, la mujer india no era una esclava ni un ser marginado dentro de la sociedad piel roja. Su posición era muy importante y respetada. Ella era, en efecto, la figura central en la vida familiar, su intervención en la educación de los hijos era fundamental y, a menudo, ejercía importantes funciones religiosas y sociales. Si bien su vida puede parecer dura a una sensibilidad moderna estropeada por el exceso de comodidades y la artificialidad de la vida urbana, no lo veía asi ella, que desplegaba su actividad en el contexto de una civilización tradicional y coherente, con unos valores compartidos por toda la sociedad.
De la plenitud vital de la mujer india , del gozo de vivir que sabía extraer de su vida , dan fe sus extraordinarias realizaciones artísticas, sin olvidar la que sin duda es su obra maestra: la educación y la formación del carácter del indio, con toda su nobleza, arrojo, generosidad y elevada espiritualidad.

"Se ha dicho que la posición de la mujer es la prueba de la civilización, y la de nuestras mujeres era segura. Nuestras pautas morales y la pureza de nuestra sangre dependían de ellas. La esposa no tomaba el nombre de su marido ni entraba en su clan, y los hijos pertenecían al clan de la madre. Ella era la dueña de todas las propiedades de la familia, la descendencia se trazaba por la línea materna y el honor de la casa estaba en sus manos. La modestia era su adorno principal; por esto, las mujeres más jóvenes eran generalmente silenciosas y reservadas.Pero una mujer que había alcanzado la madurez en años y en sabiduría, o que hubiera demostrado un notable valor en alguna emergencia, era invitada a sentarse ne el consejo.
Así, ella gobernaba sin discusión dentro de su propio dominio y era para nosotros una fuente de fuerza moral y espiritual. Hasta que llegó el hombre blanco de la frontera, el soldado y el comerciante, que con la fuerte bebida destruyó el honor del hombre y, gracias a su poder sobre un marido despreciable, compró la virtud de su esposa o su hija. Cuando ella cayó, toda la raza cayó con ella.
Antes de que esta calamidad se abatiera sobre nosotros, era imposible encontrar en ninguna parte un hogar más feliz que el creado por la mujer india. Su persona no tenía nada de artificial y en su carácter había muy poca doblez. Su educación temprana y consistente, la claridad de su vocación, y por encima de todo, su actitud profundamente religiosa, le daban una fuerza y un equilibrio que ningún contratiempo ordinario podía vencer."

CHARLES A. EASTMAN (OHIYESA) SIOUX SANTI

"Las mujeres indias votaban, siglos antes de que se otorgara este privilegio a las mujeres en Europa. Tenían voz en todos los asuntos que afectaran a la nación y podían alcanzar la jefatura. En muchas tribus, el Jefe Supremo era una mujer. Éstas eran conocidas como Mujeres Sachems o Mujeres del Arco Iris, según la tribu a la que pertenecían."
E. THOMPSON SETON y J.M.SETON

"Una buena compañera era la mayor recompensa que podía tener un hombre. De hecho, de las cuatro mayores tragedias que los lakotas consideraban las más difíciles de superar , la primera era la pérdida de una esposa o una compañera. La segunda era que un niño perdiera a su madre antes de ser destetado; la tercera calamidad era una hambruna y la cuarta era la derrota de un guerrero en combate. Así pues, las mujeres y los niños eran las cosas más importantes en la vida de los lakotas"
JEFE OSO ERGUIDO. SIOUX OGLALA


"En el hogar era donde nacían la fe y la credulidad que dominaban la vida de los nativos. Allí era donde echaban raíces sus virtudes y sus símbolos culturales. La madre india inculcaba en lo más profundo de la mente de los niños la presencia de unas fuerzas invisibles que simbolizaban el bien; a los niños les enseñaba a ser honestos, intrépidos y abnegados y a las niñas les enseñaba a ser trabajadoras, leales y fieles. La fortaleza de la madre dejaba su impronta de hombría o de feminidad en el carácter de sus hijos. A todos ellos los educaba para que fuesen generosos hasta el sacrificio, sinceros a toda costa y valientes aun a riesgo de muerte. Estas virtudes pueden ser explicadas en las escuelas y universidades, pero para asimilar su naturaleza esencial hace falta el contacto directo con ellas"


" El papel de las madres como maestras y guías continuaba después de la infancia, ya que sus enseñanzas se prolongaban durante la adolescencia de sus hijos. Los jóvenes aprendían así cuáles eran las formas de culto y de oración, cómo debían reconocer la misericordia y la bondad y qué medios debían utilizar para alcanzar la justicia y la verdad"
JEFE OSO ERGUIDO


"Todas las tareas de las mujeres se consideraban tareas muy dignas y provechosas. Ningún trabajo se consideraba servil y nadie era menospreciado por su trabajo. La laboriosidad llenaba la vida de todas las mujeres de nuestra tribu.
No es adecuado plantearse desde el punto de vista de la raza caucasiana si el papel de la mujer india en la tribu era excesivamente duro. La gente está preparada para la vida del mismo modo que lo están los árboles, las plantas, las aves o los animales. Si las mujeres lakotas hubieran tenido la oportunidad de elegir entre la vida libre y aguerrida de sus antepasados o las penalidades de una fábrica, una manufactura o una lavandería, su sentido común las habría impulsado a escoger el aire puro de las praderas y el fuego alegre de un tipi confortable situado junto a un arroyo"


"Ahora soy una anciana. Los búfalos y los ciervos de cola negra han desaparecido; y los usos y costumbres de los indios casi han desaparecido también. A veces, me resulta dificil creer que viví aquellos tiempos...
Mu hijito se educó en la escuela de los blancos. Sabe leer libros, posee ganado y tiene una granja. Es un jefe entre los hidatsas y ayuda a nuestro pueblo a que aprenda a seguir la senda de los blancos. Es bueno conmigo. Ya no vivimos en una choza de tierra, sino en una casa con chimeneas; y la esposa de mi hijo guisa en una cocina.
En cuanto a mi, no puedo olvidar nuestras antiguas costumbres.
Muchas veces, en verano, me levanto al rayar el día y voy sigilosa a los maizales; y mientras sacho el maíz , le canto, como hacíamos cuando yo era jóven. A nadie le interesan ya nuestras canciones del maiz.
A veces, me siento al atardecer a contemplar el gran Missouri. El sol se pone y la oscuridad se apodera del agua. Y entonces me parece ver entre las sombras nuestra aldea india, el humo alzándose rizado de las chozas de tierra; y oigo en el rumor del río los gritos de los guerreros, las risas de los niños y de los ancianos. Es sólo el sueño de una anciana. Luego veo otra vez las sombras y oigo el rumor del río.Nada más. Y se me llenan los ojos de lágrimas."

WAHINI. HIDATSA.

Fuente:indiandays.spaces.live.com


No hay comentarios: