LUZBY BERNAL

viernes, 17 de febrero de 2012

Parashat Mishpatim


 | La Torá y los negocios | Parashá Mishpatim


La Parashá de esta semana nos enseña fundamentalmente las leyes entre el hombre y su prójimo, incluyendo las halajot prácticas de daños, honestidad en los negocios, leyes para pedir prestado y dejar dinero etc. ¿Por qué HaShem escoge empezar estas leyes entre el hombre y su prójimo con el caso del Eved Ivrít, el sirviente hebreo?. El Rav Hirsch nos explica que el Eved Ivrit es un buen ejemplo con el que empezar, porque el principio básico de estas halajot es el respeto que debemos a otros seres humanos. El Eved Ivrít era un criminal al que las cortes venden como sirviente para que pueda pagar lo que robó. A ojos de la mayoría de la gente, éste es un individuo despreciable pero es un ser humano y hay que tratarle con dignidad y respeto. Aprendemos del Eved Ivrít que el tema por el que se guían estas leyes es el respeto que se merece el prójimo sea quien sea y ésto también afecta nuestras transacciones comerciales y todos los asuntos en los que tratamos con el público. Rashi pone énfasis en que estas leyes son dadas por HaShem al igual que las leyes “rituales” para que no caigamos en la tentación de creer que esta parte de la Torá es una legislación hecha por los humanos, en vez de la sabiduría infinita de HaShem. Rabí Noson indica que esta Parashá nos revela que absolutamente todo lo que existe se mantiene en existencia a causa de la chispa divina que contiene y que recibe a través de la Torá. Rabí Nájman nos enseña que cuando alguien se ve obligado a comparecer ante una corte de justicia es porque HaShem le está castigando y la Torá se está “vengando” pues los negocios también son Torá, y cuando alguien se ocupa de sus negocios debe tener su mente dirigida hacia la Torá y las leyes que se enseñan en esta Parashá; y si rompe con ellas es como romper con la chispa divina y se va a ver obligado a comparecer ante las cortes de justicia (Likutei Moharan I, lección 280). Por otra parte, el Zohar nos dice que estos Mishpatim se refieren a las leyes de reencarnación y a los juicios que van a recibir las almas que reencarnaron, y vemos así que estas leyes no son tan mundanas como parecen. Nuestros comentaristas también han discutido esta Parashá extensamente como el principal ejemplo de la intricada relación entre la Torá Escrita y la Torá Oral. La frase familiar “Ojo por Ojo y Diente por Diente” (Shemot, 21:24) se interpreta en el Talmud (Bava Kama, 83) como refiriéndose a compensación monetaria. A través de los tiempos y especialmente desde la época del iluminismo, los agnósticos han señalado esta ley como ejemplo de los Rabinos cambiando una ley, lo que en verdad es lo opuesto. El Talmud nos ofrece diferentes pruebas de que esta ley se refiere a compensacion monetaria, inclusive el Gaón de Vilna nota que la palabra hebrea para “POR” en la frase ” Ojo POR ojo” es “Tajat” que quiere decir debajo. De manera que el Gaon indica mirar las letras después de la palabra ojo (Ayin) en el alfabeto. Ayin se deletrea ayin, yud y nun, y las letras que siguen son pe, jaf y sámej que componen kesef, dinero. Pero finalmente, como dice el Nemukei Yosef, comentando al RIF en Bava Kama, nuestros Sabios no derivaron una ley como la substitución de dinero por castigo corporal de interpretaciones y reinterpretaciones de los versículos de la Torá, sino que retuvieron una tradición que empieza con Moshé en el Sinaí, la cual usa métodos tradicionales (como Kal Vajomer o Geizerá Shavá) y así encuentran confirmación de lo ya sabían que era cierto por la misma Torá. El Nimukei Yosef nos recuerda que la nación SABÍA el hecho de que la ley se refería a compensación monetaria y lo sabía incluso en tiempos pre-talmúdicos (Rabí Shubert Spero). La manera que el Talmud tiene de interpretar la Torá puede parecer obtusa para el no-iniciado pero para los que reconocen que ésta es una tradición pasada de generación en generación no existen barreras entre la Torá Oral y la Escrita. Al final de la Parashá, el versículo dice “Y Te daré las Tablas (…) y la Torá y las Mitzvot que he escrito” (Éxodo, 24:12). El Rashbam nos hace notar que en tiempos de Matán Torá la Torá no había acabado de ponerse en escrito; entonces, ¿por qué dice “que he escrito”?. Uno puede contestar que ésto se refiere al universo mismo, porque tal como explica el Talmud (Eruvin, 100b) muchas de nuestras buenas características se pueden aprender de los animales, porque el mundo mismo es la obra de HaShem y debemos estudiarlo y aprender de él (Meshej Jojmá). Todo ésto nos trae a las noticias sobre los juicios de Moshé Katzav y Jaim Ramón, ambos altos funcionarios del gobierno israelí, llevados a los tribunales a causa de sus presuntas conductas inmorales. Durante una reunión en Yerushalaim con los abogados de Katzav, su hermano y su consejero, se le aconsejó que dejara la Presidencia y así lo tendría más fácil con el público, que está contra él. Vemos lo que pasa cuando un judío rompe su conexión con la Torá y pierde su chispa divina. Sabemos que en este mundo de lo material, tenemos que ocuparnos de nuestros negocios, nuestra casas y todo aquello referente a nuestra vida diaria, pero no podemos dejar de lado que todo ello no es más que el agua que sale de la fuente principal que es la Torá, y como tál nuestra vida judía no puede estar principalmente regida por las leyes humanas, sino por la Instrucción más suprema de todas en todos los ámbitos de nuestro vivir. Por ello el RAMBAM en Pirké Avot nos dice “Si no hay harina no hay Torá, y si no hay Torá no hayharin".-

 Beth HaDerech Congregation


No hay comentarios: