LUZBY BERNAL

viernes, 29 de julio de 2011

Caída libre

Y, con un equipo de lujo, rehace los ministerios que deshizo Uribe, y con los organismos de control hace caída y mesa limpia, donde destapan ollas de corrupción que hierven en el país desde hace años. Pero, después de ocho años de los mismos con las mismas, la corrupción se ha multiplicado.

Lucy Nieto de Samper

La caída libre de Antanas Mockus, el líder carismático que tanto nos entusiasmó, es lamentable.

Puestos necesitan los verdes para estar vivos.

    La detención del ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, a quien el Procurador General, la Fiscalía General y un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá encontraron culpable de cometer delitos varios en el manejo del programa Agro Ingreso Seguro, fue como una bomba.
    Esperada, sin embargo. Pues, si desde hace varios meses, y sin darles tiempo para defenderse, encarcelaron a algunos subalternos del ex ministro, acusados de cometer los mismos delitos, era imposible aceptar que, mientras ellos penaban, su jefe permaneciera libre.
    Y hay otro aspecto del problema difícil de entender. ¿Por qué el Procurador le decreta al ex ministro Arias 16 años de ostracismo burocrático y al viceministro, clon de Arias en el ejercicio del poder, solo lo suspende por 11 meses?
    A pesar de haber criticado mucho al ex funcionario por el mal manejo de AIS, como por la arrogancia que desplegó en su campaña presidencial, no creo que él sea un peligro público. Por lo mismo, a pesar de admirar la seria y documentada investigación que hizo la Fiscalía para sustentar su acusación al ex ministro, me pareció excesivo y poco convincente afirmar que Arias es un peligro.
    Si permanecerá 16 años en el asfalto, como lo decretó el Procurador, y está rota, o interrumpida, su carrera política, ¿qué peligro puede representar?
    Creo, en cambio, que el duro golpe que él y su familia están sufriendo, algunas lecciones tendrá que dejarle a quien a los 35 años quiso ser Presidente. Una sería que no debe ser tan arrogante. Otra, que no se puede ambicionar tanto en tan corto tiempo, pues, como dice el refrán, "no por mucho madrugar amanece más temprano".
    En su defensa trina el ex mandatario, quien no se cansa de lanzar dardos contra la justicia colombiana. A punta de trinos, que los medios recogen y amplifican, sigue en onda y mantiene al rojo vivo su vieja enemistad con las cortes. Esas manifestaciones lo perjudican y son pésimo ejemplo para el país.
    En otro escenario, la caída libre de Antanas Mockus, el líder carismático que tanto nos entusiasmó, es lamentable. Yo apoyé su Partido Verde y voté por Mockus a pesar de sus vacilaciones durante los debates. Lo pensé dos veces después de ver el 'oso' que hicieron los verdes cuando Santos ganó: en vez de felicitarlo, costumbre civilizada, entonaron un estribillo que a menudo repiten en La Luciérnaga: "Yo vine porque quise, a mí no me pagaron"...
    Después, los verdes desaparecieron. Volvieron a sonar cuando Mockus o su esposa demostraron interés en la alcaldía de Bogotá. Fue una bofetada a Enrique Peñalosa, quien apoyó con entusiasmo la candidatura de Mockus y era candidato del Partido Verde a la alcaldía de Bogotá. Y Antanas abandona el partido porque Álvaro Uribe ofrece apoyo a Peñalosa.
    Al tiempo que a Uribe le da demasiada importancia, se pasa por la faja a 3'500.000 votantes que, casi, casi, lo eligen. Ahora, mientras busca aval para competir por la alcaldía, su ex partido pasa a la Unión Nacional y Lucho Garzón declara que está enamorado de Santos. Y en lo mismo está el 75 por ciento del país. Porque Santos está gobernando de otra manera. No es la voz cantante de Uribe, como se temía. Y, con un equipo de lujo, rehace los ministerios que deshizo Uribe, y con los organismos de control hace caída y mesa limpia, donde destapan ollas de corrupción que hierven en el país desde hace años. Pero, después de ocho años de los mismos con las mismas, la corrupción se ha multiplicado.
    Regresando al salto del Partido Verde, que Sergio Fajardo, un militante de peso, no comparte, claro que saltaron en busca de puestos, porque en política nada es desinteresado. Y puestos necesitan los verdes para estar vivos. Y estar vivos en este gobierno es una lotería que todos quieren ganar.
lucynds@gmail.com

EL TIEMPO.COM

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