La danza: Expresión del Ser.
Agradecemos a María Fernanda Rodríguez de Argentina por este completo artículo
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¡A bailar y a liberar!
Grandes o pequeños y a celebrar la gran fiesta de la Vida y ¡los cambios de este milenio!
La danza, el conector del inconsciente colectivo
La danza es el modo de expresión primario que antecedió a la palabra y al mismo tiempo un elemento simbólico, conector del inconsciente colectivo y transmisor de la identidad cultural. Es posible reconocer en ella dos dimensiones: individual y grupal, es decir el mundo interior y el mundo exterior compartido, en otras palabras, el ser individual y el grupal o comunitario. Según Kurath (1960) el estudio etnográfico de la danza es un método para comprender el lugar que la misma ocupa en la vida del hombre (Kurath 1960, citado en Kaeppler 1978). Este breve artículo propone recorrer estas dos dimensiones de la danza a través del tiempo.
Movimiento y cuerpo
Es interesante destacar las diferentes concepciones del cuerpo antes de considerar el movimiento. De este modo, Le Breton (1990) analiza distintas sociedades y concluye que la división entre el individuo y el mundo resulta de nuestra visión occidental, que implica el riesgo de establecer una confusión o reducción etnocéntrica de las diferencias. Las concepciones actuales del cuerpo están vinculadas con el individualismo y el pensamiento racional positivo (Le Breton 1990).
Danzas y ritos
Las danzas, como representaciones del imaginario colectivo en las sociedades no occidentales, integran frecuentemente los ritos que actualizan o representan los mitos, relatos de acontecimientos protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios tales como dioses o héroes. Campbell (1991, 1993, 2002) estudió la importancia de los mitos en los comportamientos individuales y colectivos. Descubrió así que existen temas comunes en varias mitologías y religiones del mundo. Sus hipótesis se basaron en las ideas de Jung (2002), acerca de la existencia de arquetipos, es decir patrones en el inconsciente colectivo que constituyen un lenguaje común a los seres humanos.
Danzas y arquetipos
El análisis temporal nos conduce en primer término a la prehistoria, momento en el cual las pinturas rupestres reflejaron muchas veces ceremonias en donde la danza ocupaba un lugar relevante. En la actualidad es factible asomarse a aquellas culturas que por fortuna conservan su acervo cultural y lo re-crean en sus danzas, en sus cantos y en el relato de sus mitos. Y al hacerlo es posible descubrir la coexistencia de elementos particulares, que hacen a la identidad de las distintas comunidades, y de otros elementos comunes, que bien podríamos llamar arquetípicos de acuerdo con Jung (2002).
Danza y socialización
Uno de los primeros antropólogos que indagó el uso del cuerpo y el movimiento fue Marcel Mauss. Este autor sostiene que el modo en que los seres humanos aprenden a usar el cuerpo en cada sociedad -técnicas del cuerpo- es un medio importante de socialización. Estas técnicas pueden ser modeladas por la sociedad mediante la educación organizada y programada o bien surgir por imitación espontánea. El cuerpo es el primer instrumento y el más natural que se manifiesta en las actitudes y en los movimientos (Mauss 1936, 1950).
En este sentido, es interesante destacar el rol que tuvo la danza en la educación para los primeros pueblos que habitaron la tierra y que hoy se manifiesta en aquellas comunidades que preservan su sabiduría ancestral. Es importante citar las investigaciones pedagógicas pioneras que construyen sus fundamentos tomando como fuente central de información y conocimiento, las experiencias de los pueblos indígenas. En relación con este planteo, Paymal (2010) indaga estas experiencias educativas y las toma como base de su propuesta pedagógica. Todas las danzas sagradas son, en su opinión, muy importantes desde esta perspectiva y cita como ejemplo las danzas de México, particularmente interesantes para despertar la conciencia holística ancestral.
Danza, en lo sagrado y lo cotidiano
La danza expresa el pasado de los pueblos y la construcción del futuro, lo sagrado y lo cotidiano, lo religioso y lo pagano como dimensiones de la vida, opuestas y cercanas al mismo tiempo. Cada grupo danza lo propio, que le permite construir su identidad, y también aquello que lo une a otras comunidades. Es importante enfatizar aquí el rol de los chamanes, quienes según Halifax (1982), transmiten a su pueblo a través de la canción y la danza, la naturaleza de la geografía cósmica que les ha sido revelada en sucesivos trances. Sostiene que los bailarines de mitos viven interiormente en un reino multidimensional que forma un continuo con la realidad ordinaria.
Movimiento y danza en nuestros días
En los años sesenta surge un nuevo imaginario del cuerpo. El hombre occidental descubre su cuerpo y, al mismo tiempo, “la preocupación moderna por el cuerpo” (Le Breton 1990: 9). Este hecho va acompañado por nuevas manifestaciones del movimiento y la danza que se suman a las ya existentes, desde aquellas que son expresión de determinadas sociedades -folklore- hasta las clásicas que denotan un sentido más universal, tales como el ballet.
Y desde lo universal, pasando por lo comunitario, hasta lo individual, la danza revela la esencia, aquello único en cada ser humano y a la vez lo arquetípico que se manifiesta como parte de su pertenencia a la humanidad. Cada individuo es capaz de encontrar su sabiduría innata y algunas danzas se orientan en este sentido.
Hace más de tres décadas, Gabrielle Roth -bailarina norteamericana- propone una danza extática, a la cual denomina Danza de los 5 Ritmos y funda su escuela: The Moving Center School. Para Roth (1989) la primera tarea chamánica, desde lo personal, consiste en liberar el cuerpo para experimentar el poder del ser porque sólo cuando se lo habita es posible iniciar un viaje sanador.
Existen en cada persona cinco ritmos sagrados que constituyen la esencia de un cuerpo en movimiento: fluido, stacatto, caos, lírico y quietud, todos juntos forman parte de un camino de exploración extático y meditativo que denomina “ola” (Roth 1989). En el fluido se explora la energía femenina y en el stacatto la energía masculina. En el caos es posible reunirlas dando lugar a la propia energía. El lírico es el ritmo del trance y de la autorrealización. La quietud conduce a la empatía con los otros y al refugio que ésta ofrece. Estos cinco maestros sagrados guían a cada individuo hacia la sabiduría personal (Roth 1989, 1997, 2004).
Las cinco ritmos se corresponden con las etapas de la vida y las emociones: el fluido con el nacimiento y el temor, el stacatto con la infancia y la ira, el caos con la adolescencia y la tristeza, el lírico con la madurez y la alegría, la quietud con la muerte y la compasión (Roth 1989). Esta danza es la expresión de lo personal y de los vínculos con los otros que integran la comunidad; es a la vez una manifestación de la propia sabiduría innata y cada individuo es su propio chamán en este sentido.
A modo de síntesis
Para finalizar y sintetizar estas ideas, es importante expresar que la danza ritualiza el movimiento (Roth 1989) y los ritos dan vida a los mitos como historia de los pueblos. Cada comunidad y cada individuo expresa su modo de ser en un lugar y en un tiempo. La danza refleja la historia individual y grupal, la sabiduría de cada uno y de todos los miembros del grupo. La danza es la expresión del mundo interno y externo, de los sueños y los arquetipos. En la danza el universo penetra en cada individuo y lo hace parte de la humanidad, reflejando a la vez lo que le es propio. La danza es la expresión del Ser.
Agradecimientos
A Kelly Satz, maestra de los 5 Ritmos, por proporcionarme las fotos (a-c) del taller que compartimos en Maui.
Referencias citadas
Campbell, J. 1991. El Poder del Mito. Barcelona: Emecé Editores.
Campbell, J. 1993. El héroe de las mil caras. Psicoanálisis del mito. México: Fondo de Cultura Económica.
Campbell, J. 2002. Tú eres eso: las metáforas religiosas y su interpretación. Buenos Aires: Emecé Editores.
Jung, C. G. 2002. Obra Completa volumen 9/I: Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Madrid: Editorial Trotta.
Kaeppler, A. 1978. Dance in anthropological perspective. Annual Review of Anthropology 7: 31-49.
Halifax, J. 1982. Shaman: The wounded healer. New York: Editorial Crossroad.
Le Breton, D. 1990. Antropología del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Nueva visión.
Mauss, M. 1936. Las técnicas del cuerpo. Journal de Psychologie 32 (3-4). Comunicación presentada a la Sociedad de Psicología, 17 de mayo de 1934.
Mauss, M. 1950. Sociología y Antropología. París: Puf.
Paymal, N. 2010. Pedagooogía 3000. Guía práctica para docentes, padres y uno mismo. 3º edición. Versión interactiva. España: Ox La-Hun. (2010, 4rta edición, Córdoba, Argentina).
Roth, G. 1989. Maps to Ectasy. New York: Interliscense Ltd. & New York Library.
Roth, G. 1997. Sweat your prayers. New York: Jeremy P. Tarcher/Putnam.
Roth, G. 2004. Connections. The five threads of intuitive wisdom. New York: Jeremy P. Tarcher/Putnam.
Leyenda de la Figura
Figura 1. Danza de los 5 Ritmos; distintos momentos de la “ola”: a-c, taller realizado en Maui, Hawaii (Tribal Spirit) en enero de 2010; d, M. M. Peñaloza, maestra de los 5 Ritmos, fotografía tomada de Internet www.centrodealternativas.com
María Fernanda Rodríguez
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Instituto de Botánica Darwinion
Labardén 200 CC 22. 1642. San Isidro.
Prov. de Buenos Aires - Argentina
frodriguez@darwin.edu.ar
www.darwin.edu.ar
www.pedagooogia3000.info
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