El Arte de Dar y Recibir
Debemos darlo sin reserva mental, libremente, como una ofrenda de amor. El otorgar el diezmo ha dado siempre grandes beneficios, y prosperidad, cuando se practica con amor y compresión. Es el método de consagrar sus finanzas a Dios. Cuando se da con amor, toda necesidad será suplida, pues se ve de acuerdo a las leyes cósmicas y se recibe siempre multiplicando por diez mil.Uno se hace receptivo a las bendiciones de lo Alto, trayendo así toda clase de experiencias gratas a nuestra vida. Siempre debemos dar en cualquier caso, aun cuando nuestro bolsillo sea magro, o aún más, es el momento más indicado para hacer que la prosperidad vuelva a nosotros. Siempre tenemos algo que podemos dar a alguien, aunque no sea más que una palabra de aliento, un gesto cálido, una flor o una sonrisa.
Debemos disponer de todo lo que no usamos o no necesitamos, produciendo así un vació que llenará con mejores cosas y más nuevas, abasteciendo así las necesidades de otros seres menos afortunados, aquellos que no saben lo que nosotros sabemos. Esto es aliento de vida, es una ley cósmica y humana tal como la respiración, inhalar-exhalar. ¿Si no exhalamos. Cómo tomaremos el próximo aliento? Debemos volver al éter exhalando el aire que tomamos para volver a llenar nuestros pulmones con aire puro y fresco. Así ocurre en todos los niveles y muy especialmente en el del bienestar económico, en el mejoramiento de nuestra personalidad y en el desarrollo y crecimiento espiritual.
Hay que dar para recibir, o mejor dicho: tenemos sólo lo que damos.
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