Este es un breve relato de una de mis experiencias, mi idea es que los que hayamos tenido una experiencia con la madre naturaleza, la compartamos
Hace muchos tiempo, a la edad de seis años estando sentada en una silla del jardín de mi casa, muy distraída comiendo mi pan con manteca de las tardes sentí un ruido como que algo se arrastraba en el piso, cuando miré a mi izquierda me encontré con un hermoso animal, su cuerpo tenía anillos de distintos colores rojo amarillo y negro. Quedé fascinada. Pero aún asi me levanté y fui a la cocina a contarle a mi madre lo que estaba pasando. no le dio importancia y me dijo que volviera al jardín a terminar mi merienda.
Volví, aquel animal se había apartado, me senté pero seguía mirándolo. y de repente se acercó de una manera increíble , tan cerca mío estuvo que levantó su cabeza y vi su lengua fina saliendo de su boca. Supe que tenía que levantarme lentamente por que estaba en peligro y volví a avisarle a mi madre. Cuando ella vio lo que había en el jardín se horrorizo. Llamó a todos los vecinos y la mataron a palazos, yo estaba desesperada, no quería que la mataran. al fin y al cabo no me había hecho nada. Era una serpiente coral, nadie sabe como llegó allí. Después con el tiempo supe había corrido un gran peligro.
Después de haber pasado muchas cosas en mi vida. un día surgió un viaje a capilla del monte. El tema era que donde paré era un lugar de meditación hermoso, la posta del silencio. Yo veía que la gente subía la cuesta para ir a meditar en el Mandala. No sabía qué hacer la sensación del miedo. me embargaba. Le tenía miedo a las víboras.
una mañana me levanté con la idea de sacarle fotos a un árbol muy añejo que estaba en la subida de la cuesta. Justo cuando le fui sacando las primeras fotos sentí que algo toco mi pelo y grito, era el grito de un pájaro .
cuando me fijé era un aguilucho. Comenzó a volar en círculos, me entusiasmé tanto que yo también fui caminando y sacando hermosas fotos de él, pensando que cuando volviera a mi casa a mi familia le encantaría. Sin darme cuenta trastabillé y me encontré dentro de Mandala.
Había subido la cuesta sin darme cuenta. fue tal mi emoción que al contarlo es como si lo hubiera vivido hoy. aquel ave voló en circulo una vez mas y fue desapareciendo en la v del cerro Uritorco.
Hace muchos tiempo, a la edad de seis años estando sentada en una silla del jardín de mi casa, muy distraída comiendo mi pan con manteca de las tardes sentí un ruido como que algo se arrastraba en el piso, cuando miré a mi izquierda me encontré con un hermoso animal, su cuerpo tenía anillos de distintos colores rojo amarillo y negro. Quedé fascinada. Pero aún asi me levanté y fui a la cocina a contarle a mi madre lo que estaba pasando. no le dio importancia y me dijo que volviera al jardín a terminar mi merienda.
Volví, aquel animal se había apartado, me senté pero seguía mirándolo. y de repente se acercó de una manera increíble , tan cerca mío estuvo que levantó su cabeza y vi su lengua fina saliendo de su boca. Supe que tenía que levantarme lentamente por que estaba en peligro y volví a avisarle a mi madre. Cuando ella vio lo que había en el jardín se horrorizo. Llamó a todos los vecinos y la mataron a palazos, yo estaba desesperada, no quería que la mataran. al fin y al cabo no me había hecho nada. Era una serpiente coral, nadie sabe como llegó allí. Después con el tiempo supe había corrido un gran peligro.
Después de haber pasado muchas cosas en mi vida. un día surgió un viaje a capilla del monte. El tema era que donde paré era un lugar de meditación hermoso, la posta del silencio. Yo veía que la gente subía la cuesta para ir a meditar en el Mandala. No sabía qué hacer la sensación del miedo. me embargaba. Le tenía miedo a las víboras.
una mañana me levanté con la idea de sacarle fotos a un árbol muy añejo que estaba en la subida de la cuesta. Justo cuando le fui sacando las primeras fotos sentí que algo toco mi pelo y grito, era el grito de un pájaro .
cuando me fijé era un aguilucho. Comenzó a volar en círculos, me entusiasmé tanto que yo también fui caminando y sacando hermosas fotos de él, pensando que cuando volviera a mi casa a mi familia le encantaría. Sin darme cuenta trastabillé y me encontré dentro de Mandala.
Había subido la cuesta sin darme cuenta. fue tal mi emoción que al contarlo es como si lo hubiera vivido hoy. aquel ave voló en circulo una vez mas y fue desapareciendo en la v del cerro Uritorco.
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