LUZBY BERNAL

domingo, 10 de abril de 2011

EL REINO TERRENAL VENIDERO Y LOS APTOS A ÉL

apologista | abril 10, 2011 at 1:35 am | Etiquetas: apto, entrar, REINO | URL: http://wp.me/p6Hrw-9x9
Por el Dr. Javier Rivas Martínez (MD). 
Apto, ta. (Del lat. aptus). adj. Idóneo, hábil, a propósito para hacer algo.
La muerte y la resurrección de Cristo hacen posible que el creyente fiel pueda ser trasformado en cuerpo de glorificación (1 Co. cap. 15) porque lo hará capaz de ingresar al Reino de Dios en la Tierra cuando ésta sea regenerada, según Ro.8:21. Es imprescindible, ante todo, que se crea en el Hijo de Dios como el Mesías y Rey futuro, que vino a redimir o a comprar con precio de sangre a los que han creído en él (Jn.3:16; Ro.10:9-11). Quién no crea en Cristo como el Mesías de Dios, está bajo su ira y ha sido condenado, más el que crea en él, será salvo (Jn.3:36). «Inmediatamente después de la gran tribulación final o de aquellos días» (Mt.24:29), Cristo será visto por todo  en el cielo viniendo a la Tierra  con sus santos ángeles en las nubes en gran poder y gloria (Mt.24:30; Jud.14; Ap.1:7), y se sentará en su trono de gloria a juzgar a las naciones del mundo (Mt. 25:31-46), y pondrá a sus fieles santos a su derecha salvadora para que hereden por mil años la Tierra trasformada y de abundantes bendiciones (Zac. 14: 4; Mt.5:5), para que reinen junto a Cristo como co-herederos de la promesa que fue  hecha a Abraham mucho tiempo atrás y que abarca a judíos y gentiles (Gn.12:2-3; 14:15-16; Ro.3:29; Ga.3:14-16, 29). El Reino Milenario de Cristo será uno de gozo pleno (Is.9:3-4; 12:·3-6; 42:1: Jer.30:18-19; Sof. 3:14-17; Zac. 8:18-19; 10:6-7), será una Reino Terrenal enteramente santo (Is.1:26-27; 4:3-4; 35:8-9; 60:21; 61:10; Jer.31:23; Ez. 36:24-31; 37:23-24; 45:1; Jl.3:21; Sof.3:11), habrá en él consuelo cómo nunca lo hubo en el mundo seglar (Is.12:1-2; 29:22-23; 30:26; 40:1-2; Jer. 31:23-25; Sof. 3:18-20; Ap. 21:4), será un Reino esplendoroso, de manifestación gloriosa (Is.24:23; 4:2; 35:2; 40:5; 60:1-9), un Reino de justicia que abarcará la Tierra en general (Is. 9:7; 11:5; 32:16; 42:1-4; 65:21-23; Jer. 23:5; 31:23; 31:29:30), el conocimiento de Dios será excelso, sin parangón en el Reino de Cristo (Is. 11:1-2, 9; 41:19-20; 54:13), será un Reino que no permitirá las enfermedades ( Is.33:24; Jer. 30:17; Ez. 34:16), un Reino que no permitirá los desmanes, los pleitos ni disturbio alguno (Is. 14:3-6; 42:6-7: 49:8-9; Zac.9:11-12), será un Reino de labores y trabajos organizados y de equidad (Is. 62:8-9; 65:21-23; Jer. 31:5; Ez. 48:18-19), de bendición material en el que no habrá pobreza ni miseria (Is.4:1; 35: 1-2, 7; 30:23-25; 62:8-9; 65:21-23; Jer. 31:5, 12; Ez.34:26; Mi.4:1, 4; Zac. 8:11-12; Ez. 36:29-30; Jl. 2:21-27; Am. 9:13-14), será un Reino Terrenal dónde aumentará la luz del sol y de la luna (Is. 4:4; 30:26; 60: 19-20; Zac. 2:5), un Reino sin  fronteras para la intercomunicación universal humana y de luz  (Sof.3:9), solo habrá en este Reino una adoración de parte de los creyentes redimidos, y será para su Dios Salvador (Is.45:23; 52:1, 7-10; 66:17.23; Zac.13:2; 14:16 Sof.3:9; Mal.1:11; Ap. 5:9-14), será un Reino de comunión con Dios (Ez. 37:27-28; Zac. 2:2; 10:13; Ap. 21:3). Al terminar los mil años del Reinado de Cristo en la Tierra (Ap.20:20:27), entregará el Reino al Dios Padre (1 Co.15:24-25) y el Reino Eterno de Dios vendrá a continuación; en el  aparecerán Cielos Nuevos y una Tierra Nueva de carácter justo «porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar no existía más» (Ap.21:1. Ver además  Is. 65:17; 66.22; 2 P. 3:13). Por siempre se encumbrará la felicidad: no habrá sufrimientos ni más dolor; la muerte desaparecerá por completo; los clamores dejarán  de ser, ni las endechas se cantarán ya; el hostigoso e inclemente dolor que ha provocado gran amargura y desesperación en la humanidad, desaparecerá por siempre (Ap.21:4). En fin, toda maldición nunca será vista en la Nueva Tierra (Ap.22:3)
El Reino Milenario de Cristo, maravilloso y  pleno,  únicamente lo recibirán  los que hayan  conocido perfectamente bien la doctrina del Dios del cielo, es decir, los que estén fuera de toda denominación que se dice ser cristiana, porque las denominaciones separan y contienden por sus diferencias dogmáticas y que muchos de ellos son heréticas y de condenación, y porque el verdadero Cuerpo de Cristo es uno (1 Co.1:10-13; 12:12-27), y una la sana doctrina (Jn.7:17-18; Ga.1:8). Este glorioso Reino es exclusivo  para los que han creído que Dios es Uno (Is. 43:10-11; 44:6; 45:18; Jn.17:3) y no «tres en uno», idea que viene de la conciliación  del platonismo griego con el pensamiento hebraico de los primeros siglos de la Iglesia de Cristo. Es apto únicamente para quienes  piensan que Cristo es Hombre y no Dios (1 Tim. 2:5; Mt.12:32, 37, 41; 19:28; 24:30, etc. ), para quienes no abracen la peligrosa y mundana Doctrina de la Prosperidad que invierte las añadiduras por el conocimiento del  Reino de Dios (Mt.6:33) que habrá de ser izado en la Tierra redimida  en la segunda venida de Cristo (Dn.2:44: 7:13-14, 18, 22, 27; Lc.21:27; Tit.2:13; Ap. 20:4-6), ni para los que practiquen actos  abigarrados y ofensivos a Dios en las congregaciones de Cristo (¿?) y que se manifiestan en una esfera de falsa espiritualidad y desorden tenebroso, de furor místico emocional, vistos frecuentemente en los grupos  pentecostalistas carismáticos que se encuentran influenciados por  sus líderes hipnotistas  «apacigua conciencias». Este Reino Terrenal tan solo será para los que esperan en la resurrección futura de sus cuerpos para vida eterna (Jn.5:29a; 1 Co. 15:12-20; Ap.20:5-6), y que no esperan vivir en el tercer cielo de Dios (2 Co.12:2)  a través de un «alma inmortal» (Ec.9:5-6), doctrina falsa también  originada en el pensamiento de los griegos platónicos  paganos que se introdujo sutilmente en la Iglesia de Cristo en el principio de su fundación . 
Amigo que profesa el cristianismo, bisoño o profesante de considerable tiempo, si usted no llena los requisitos anteriores y consciente los aspectos negativos de los que hablamos, tenga por seguridad que su vida espiritual está gravemente en peligro. Muy comprometida en potencia para perdición. Todo este engaño apunta paulatina y descaradamente a la culminación de la apostasía profetizada de los últimos tiempos, cuyo origen es demoníaco (1 Tim. 4:1). El Espíritu dice con claridad, que los cristianos que un día conocieron la verdad, la abandonarán, y aún estando es sus congregaciones aprobarán un evangelio diferente (Ga.1:7-9).
Hermano que nos visita: ¿De qué lado está usted? ¿Está seguro de haber creído adecuadamente para salvación?
Para terminar, les dejo a todos ustedes un texto que los hará reflexionar para su bien, el cual nos importa mucho. Por eso escribimos estas cosas para que caminen la línea recta que lleva a la consumación de su salvación (1 P.1:5):
«Porque les digo a ustedes, que no van entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestro de la ley» (Mt.5:20).
Dios les bendiga siempre hermanos y amigos que nos visitan con una mente abierta para comprender las realidades y propósitos espirituales de Dios para el hombre convertido.

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