Opinión
Autor: Cdor. Julio Mazo, Tel Aviv
El tema del “desprecio”a las mujeres (“hadarat nashim”) no es algo nuevo, pero si queremos un país civilizado del primer mundo, el gobierno debe actuar de inmediato, porque mañana será tarde: estamos yendo muy rápido a ser una minoría laica en un país con costumbres de la Edad Media.
Mientras un religioso tiene un promedio de más de 50 a 70 o más nietos, los laicos nos conformamos con 7 a 10.
No necesitamos ser demógrafos para entender que en muy pocas generaciones seremos minoría en un país ultra religioso.
Los rabinos que son los “orientadores” de la opinión callan y cuando suceda algo grave, tanto los rabinos como el sector religioso dirán “nosotros no tenemos nada que ver”, como ocurrió con el asesinato de Rabin.
Nosotros no aprendimos la lección de ese magnicidio pero los religiosos muy bien que lo están repitiendo.
Nuestro Gobierno, con el primer ministro a la cabeza, declama muy
Si Netanyahu no realiza acciones drásticas para erradicar de raíz este problema, tendremos otros colaterales (mayor discriminación en las escuelas, programas de estudios no adecuados al Siglo XXI, etc).
Mientras no haya un gobierno sin los partidos religiosos, se separe la religión del Estado, se reduzca drásticamente los subsidios a las yeshivot (controlando el verdadero número de alumnos) y otras medidas similares, el problema se agudizará más aún, y cuando despertemos será tarde.
Este Gobierno está de espaldas a la mayoría (por ahora) laica del pueblo, por eso en las próximas elecciones no olvidemos que los partidos políticos son proclives a abdicar a las pretensiones de los religiosos y – además este gobierno cumple con muy pocas de las recomendaciones de la Comisión Trajtenberg, o ¡no cumple con ninguna!
Como dijo un presidente argentino hace 100 años: ¡sepa el pueblo votar antes que sea tarde!
AURORA ISRAEL
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