7.7 LOS CELOS
Al hablar de los celos hay que distinguir entre los que tienen su origen en una relación humana, especialmente de pareja, o en el deseo que un ser humano experimenta de ser el único dueño o partícipe de un hecho concreto o de una cosa concreta. Ambos son actitudes negativas, que pueden convertirse en una verdadera patología. Tras ellas se esconde el egoísmo y la falta de confianza en sí mismo. A una persona celosa de sus propiedades por ejemplo, no le gustará que otros las disfruten y mucho menos que puedan tener la mínima oportunidad de poseerlas. La persona insegura, la egocéntrica, la soberbia, son las más proclives a los celos. Cuando estos celos son desmedidos, pueden dar lugar a un desequilibrio mental, como la paranoia, en el que el enfermo imagina situaciones que no son reales, por ejemplo la infidelidad de su pareja.
En el mundo del Ego hay muchas manifestaciones de los celos, que pueden aparecer ya en la infancia. Uno de los casos más frecuentes es el del niño que ve amenazada la exclusividad que sobre el amor de sus padres disfruta, cuando éstos le traen un hermano. Algunos niños llegan a padecer incluso trastornos físicos de origen psicosomático, incapaces de adaptarse a la nueva situación. Para evitar o mejorar este problema, la actitud de los padres es fundamental. El mejor remedio es enseñar Amor con el ejemplo y hacer que el niño mayor no se sienta desplazado por el que acaba de nacer. Celos puede sentir también en algunos casos el padre ante el nuevo miembro de la familia, si siente que en cierto modo “le disputa” el cariño de su esposa. También puede darse el caso de la madre que siente celos de las estrechas relaciones de sus hijos con el padre, y viceversa. Y celos pueden sentir algunos amigos de otros. Todas estas actitudes producen desarmonía en las relaciones y son causa de sufrimiento. En el fondo el problema es el que ya sabemos sobradamente: falta de Amor. En lo que a los niños se refiere, es una ocasión estupenda para educarles en el Amor, y en el caso de los adultos, puede servirles para comenzar a cambiar en positivo. Lo primero que tendrán que hacer es reconocer que padecen celos y a partir de ahí trabajar para erradicarlos. Pero como en todos los casos de actitudes negativas, no olvidemos que hay que ir a la raíz verdadera del problema, es decir, aprender a Amar de verdad.
En las relaciones de pareja el tema de los celos adquiere una especial relevancia, porque pueden dar al traste con la relación o complicarla mucho. Muchas parejas han dejado de serlo por esta causa. El problema es que la mayoría de la gente considera que los celos son algo inherentes al enamoramiento, que si una mujer o un hombre no siente celos por su pareja, es que le importa poco o no la quiere. Conozco muchos casos de disputas entre parejas causadas porque uno de sus miembros no se ha mostrado celoso en un momento determinado. Pero los celos más negativos son aquellos que se convierten en obsesión. En este caso, el celoso o celosa desconfía de la fidelidad de su pareja, a la que puede someter a vigilancia y controlar todos sus actos. Se origina así un doble sufrimiento: el del celoso que nunca está tranquilo, pensando que puede perder lo que considera de “su propiedad”, y el del objeto de los celos que vive acosado, sin poder desenvolverse con normalidad en la vida diaria. Cuando la obsesión es muy fuerte, el celoso (en su mayoría hombres), puede dar rienda suelta a la agresividad y acabar llevando a cabo actos violentos contra su pareja. Muchos crímenes pasionales tienen su origen en los celos. Algunos casos de mujeres separadas maltratadas por sus antiguos esposos, son causados porque el hombre no acepta la nueva situación y la sola idea de que la que antes era su mujer pueda estar con otro hombre o hacer su vida sin él, le llena de desesperación.
Triste situación la de la pareja donde los celos constituyen un obstáculo para la armonía, porque ninguno de sus miembros puede ser feliz. Sólo educando a los seres humanos desde la infancia, para que aprendan a amar y a respetar a sus semejantes, se podrá evitar que se den esas situaciones dramáticas de las que la sociedad tanto se lamenta. Si alguna vez sientes el aguijón de los celos, procura que no anide en ti, recuerda que toda persona es libre por naturaleza, que nadie te pertenece y que si quieres conservar el cariño de alguien, lo que tienes que hacer es tratar a esa persona con la mayor positividad posible. Y si alguna vez descubres que no eres realmente correspondido y que había motivos reales para desconfiar de la fidelidad de esa persona, afronta con serenidad la situación y si decides terminar con la relación, procura hacerlo de forma no traumática. Todo el mundo pude equivocarse, no lo olvides, todo el mundo puede cometer errores. No juzgues, actúa en positivo de la mejor manera para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario