LUZBY BERNAL

sábado, 31 de marzo de 2012

EL HOMBRE Y LA MUERTE


New post on EL NUEVO ORDEN MUNDIAL DE YAHWEH// blog del Apologista, Ingº Mario A. Olcese Sanguineti APO.21:5, JOB 34:13

EL HOMBRE Y LA MUERTE

by apologista

Por Daniel Ubeda Portugués

¿Como nos hizo Dios?:

7 Y Dios el Señor formó al hombre  del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente (Génesis 2, 7)

3 Pero el Señor dijo: «Mi espíritu no permanecerá en el ser humano para siempre, porque no es más que un simple mortal; por eso vivirá solamente ciento veinte años.» (Génesis 6, 3)

4 Porque dentro de siete días haré que llueva sobre la tierra durante cuarenta días y cuarenta noches, y así borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.»

21 Así murió todo ser viviente que se movía sobre la tierra: las aves, los animales salvajes y domésticos, todo tipo de animal que se arrastraba por el suelo, y todo ser humano. 22 Pereció todo ser que habitaba la tierra firme y tenía aliento de vida. 23 Dios borró de la faz de la tierra a todo ser viviente, desde los seres humanos hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo. Todos fueron borrados de la faz de la tierra. Sólo quedaron Noé y los que estaban con él en el arca (Génesis 7, 4, 21-23)

27 Abraham le dijo: —Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza (Génesis 18, 27)

21 Mataron a filo de espada a todo hombre y mujer, joven y anciano. Lo mismo hicieron con las vacas, las ovejas y los burros; destruyeron todo lo que tuviera aliento de vida. ¡La ciudad entera quedó arrasada! (Josué 6, 21)

40 Así Josué conquistó toda aquella región: la cordillera, el Néguev, los llanos y las laderas. Derrotó a todos sus reyes, sin dejar ningún sobreviviente. ¡Todo cuanto tenía aliento de vida fue destruido completamente! Esto lo hizo según el mandato del Señor, Dios de Israel (Josué 10, 40)

3 que mientras haya vida en mí y aliento divino en mi nariz, 4 mis labios no pronunciarán maldad alguna, ni mi lengua proferirá mentiras (Job 27, 3-4)

19 Me arroja con fuerza en el fango, y me reduce a polvo y ceniza (Job 30, 19)

8 Pero lo que da entendimiento al hombre es el espíritu que en él habita; ¡es el hálito del Todopoderoso! (Job 32, 8)

4 El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso (Job 33, 4)

17 Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento y atiendes a su clamor. 18 Tú defiendes al huérfano y al oprimido, para que el hombre, hecho de tierra, no siga ya sembrando el terror (Salmos 10, 17-18)

48 ¿Quién hay que viva y no muera jamás, o que pueda escapar del poder del sepulcro? (Salmos 89, 48)

14 Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro (Salmos 103, 14)

3 Señor, ¿qué es el mortal para que lo cuides? ¿Qué es el ser humano para que en él pienses? 4 Todo mortal es como un suspiro; sus días son fugaces como una sombra (Salmos 144, 3-4)

18 Pensé también con respecto a los hombres: «Dios los está poniendo a prueba, para que ellos mismos se den cuenta de que son como los animales. 19 Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo, 20 y todo va hacia el mismo lugar. »Todo surgió del polvo, y al polvo todo volverá (Eclesiastés 3, 18-20)

5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. 6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’ ” »

9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’ ” » 10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!

14 Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el

Señor.” » (Ezequiel 37, 5-6, 9-10, 14)

1 Esta profecía es la palabra del Señor con respecto a Israel. Afirma el Señor, que extendió los cielos, que echó los cimientos de la tierra, y que puso en el hombre aliento de vida (Zacarías 12, 1)

¿Qué pasa cuando una persona muere?:

19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste sacado. Porque polvo eres, y al polvo volverás.» (Génesis 3, 19)

9 Recuerda que tú me modelaste, como al barro; ¿Vas ahora a devolverme al polvo? (Job 10, 9)

14 Si pensara en retirarnos su espíritu, en quitarnos su hálito de vida, 15 todo el género humano perecería, ¡la humanidad entera volvería a ser polvo! (Job 34, 14-15)

5 En tus manos encomiendo mi espíritu; líbrame, Señor, Dios de la verdad (Salmos 31, 5)

9 Porque en ti está la fuente de la vida, y en tu luz podemos ver la luz (Salmos 36, 9)

29 Si escondes tu rostro, se aterran; si les quitas el aliento, mueren y vuelven al polvo. 30 Pero si envías tu Espíritu, son creados, y así renuevas la faz de la tierra (Salmos 104, 29-30)

4 Ya no me queda aliento; dentro de mí siento paralizado el corazón.

7 Respóndeme pronto, Señor, que el aliento se me escapa. No escondas de mí tu rostro, o seré como los que bajan a la fosa (Salmos 143, 4, 7)

3 No pongan su confianza en gente poderosa, en simples mortales, que no pueden salvar. 4 Exhalan el espíritu y vuelven al polvo, y ese mismo día se desbaratan sus planes (Salmos 146, 3-4)

8 No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte. No hay licencias durante la batalla, ni la maldad deja libre al malvado (Eclesiastés 8, 8)

Al morir, tiene lugar el proceso inverso que ocurrió en la creación:

7 Volverá entonces el polvo a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio (Eclesiastés 12, 7)

¿Cuánto sabe una persona muerta?

 

10 El hombre, en cambio, muere y pierde su fuerza; exhala el último suspiro, y deja de existir.

12 así los mortales, cuando se acuestan, no se vuelven a levantar. Mientras exista el cielo, no se levantarán los mortales ni se despertarán de su sueño.

21 Si sus hijos reciben honores, él no lo sabe; si se les humilla, él no se da cuenta (Job 14, 10, 12, 21)

5 En la muerte nadie te recuerda; en el sepulcro, ¿quién te alabará? (Salmos 6, 5)

3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme; ilumina mis ojos. Así no caeré en el sueño de la muerte (Salmos 13, 3)

17 Los muertos no alaban al Señor, ninguno de los que bajan al silencio (Salmos 115, 17)

5 Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido. 6 Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida.

10 Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría  (Eclesiastés 9, 5-6, 10)

18 El sepulcro nada te agradece; la muerte no te alaba. Los que descienden a la fosa nada esperan de tu fidelidad. 19 Los que viven, y sólo los que viven, son los que te alaban, como hoy te alabo yo (Isaías 38, 18-19)

¿Se olvida Dios de los que duermen el sueño de la muerte?

1 » ”Entonces se levantará Miguel, el gran príncipe protector de tu pueblo. Habrá un período de angustia, como no lo ha habido jamás desde que las naciones existen. Serán salvados los de tu pueblo, cuyo nombre se halla anotado en el libro, 2 y del polvo de la tierra se levantarán las multitudes de los que duermen, algunos de ellos para vivir por siempre, pero otros para quedar en la vergüenza y en la confusión perpetuas

13 Pero tú, persevera hasta el fin y descansa, que al final de los tiempos te levantarás para recibir tu recompensa.” » (Daniel 12, 1-2, 13)

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