Las zonas y objetos de cocina que más bacterias albergan
Tablas de cortar y estropajos son algunos de los objetos de cocina que suelen tener más bacterias patógenas
- Por MARTA CHAVARRÍAS
- 8 de enero de 2015
Imagen: Rachel Johnson
Incluso en los hogares más limpios se podrían encontrar bacterias patógenas, sobre todo en ciertos lugares de la casa con mayor predisposición, como la cocina. Según un estudio realizado por microbiólogos de la Fundación Nacional de Sanidad (NSF), "seis de los lugares más sucios de la casa están en la cocina". Otro estudio, realizado por la Universidad de Arizona sobre cómo se transfieren las bacterias en el medio ambiente y focalizado enE.coli y Staphylococcus aureus, "hay unas 200 veces más bacterias fecales en las tablas de cortar que en el inodoro". El artículo enumera cuáles son, según estos estudios, las zonas y los objetos con más carga microbiana y qué hacer para minimizar esta presencia.
La cocina es una de las estancias de la casa que mayor cantidad de bacterias patógenas puede llegar a albergar, incluso más que un lavabo, según los estudios mencionados. Los estropajos y trapos son los objetos más contaminados. Las principales vías de infección ocurren por contaminación cruzada a través de alimentos, manipuladores o, incluso, mascotas, que actúan como reservorios y difusores de patógenos, o bien por unamanipulación inadecuada de alimentos, incluida la fase de almacenamiento.
Zonas y objetos con más riesgo de contaminación
La mayoría de los patógenos que se encuentran en la cocina llegan a través de productos como la carne cruda o vísceras de animales, donde se originan muchas de las bacterias fecales. En la gran parte de los casos, no alteran ni el sabor, ni olor ni apariencia de los alimentos. Debe tenerse en cuenta, además, que los alimentos preparados en el hogar contribuyen a una carga importante de enfermedades, debido sobre todo a unas prácticas inadecuadas de manipulación de alimentos y de limpieza de ciertas zonas y objetos:
Seis claves para prevenir la contaminación
1.- Control de la temperatura. Las bacterias crecen mejor a temperaturas entre 5ºC y 65ºC (zona de peligro), por lo que los alimentos que se han dejado a estas temperaturas pueden causar intoxicación alimentaria. De ahí que el control de la temperatura sea una de las bases fundamentales en el control de patógenos en la cocina.
2.- Lavado de manos. Es una de las formas más eficaces de prevenir contaminaciones cruzadas. Las manos deben lavarse antes de preparar alimentos y después de manipular los crudos.
3.- Cocción adecuada. La mayoría de los patógenos suelen destruirse a temperaturas de entre 60ºC y 75ºC, a partir de las cuales se entra en un rango conocido como "temperatura de seguridad". Por lo tanto, los alimentos deben cocinarse a unos 70ºC, también en su interior, sobre todo aquellos con un elevado riesgo alimentario, como aves, carnes y huevos.
4.- Limpieza y desinfección de superficies. La limpieza elimina la grasa que favorece el crecimiento de bacterias y la desinfección reduce el número de patógenos a niveles más seguros. Se necesita un cuidado especial con encimeras y tablas de cortar, antes y después del contacto con los alimentos crudos, ya que los patógenos pueden sobrevivir durante un periodo prolongado de tiempo, sobre todo si hay humedad.
5.- Limpieza con lavavajillas. Cubiertos, vasos, ollas y otros utensilios se suelen introducir en este electrodoméstico para eliminar residuos, restos de grasa y también bacterias. Algunos estudios sugieren que un enjuague poslavado es fundamental para la descontaminación.
6.- Especial atención con trapos y estropajos. Suelen utilizarse para limpiar utensilios y superficies, pero constituyen una importante manera de estimular el crecimiento de microorganismos. Por tanto, deben limpiarse y desinfectar de forma regular y evitar usar un mismo trapo para distintas funciones.
Algunos de los alimentos que se conservan mejor
Sal y pimienta. Pueden permanecer en el salero durante meses, a no ser que se ponga arroz en la sal para evitar los grumos (el arroz puede humedecer el salero). En estos alimentos las bacterias no encuentran lo que necesitan para crecer: ni agua ni nutrientes para sobrevivir. La sal actúa por ósmosis, es decir, absorbe la humedad de los alimentos y detiene el crecimiento de bacterias patógenas.
Azúcar. Retiene agua y se dificulta la supervivencia de los microbios. Si el azúcar está seco es difícil que las bacterias crezcan en él, pero si está húmedo debe cambiarse para garantizar que no crecen las bacterias. El azúcar, igual que la sal, actúa por ósmosis.
Harina. Como los anteriores, la harina, si está seca, es segura, ya que las bacterias tienen dificultad para reproducirse en estos ambientes. Debe almacenarse en un envase hermético para mantener la humedad alejada, extender su vida útil y mantener los patógenos alejados.
Especias. Aunque se conservan durante tiempo, las especias como la canela o el tomillo también pueden llegar a contener bacterias con el tiempo. Es importante comprobar también que no se humedezcan.
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