La Watchtower, para sostenerse como religión en el mercado de las religiones de la cristiandad, se ha visto en la necesidad imperativa de mentirle al mundo y hasta a sus propios miembros para no desplomarse como una religión falsa. Son los manotazos de ahogado que da la Watchtower para seguir subsistiendo. Sus marchas y contramarchas las están desacreditando tanto, que ahora hay que valerse de todo para no desaparecer como culto. Para ello, el cuerpo gobernante o "el Esclavo fiel y discreto" de la Watchtower no duda ni un ápice en manipular las fechas históricas para poder fundamentar sus doctrinas y mantenerse vigente y creíble.
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